31 marzo 2008

Apagón ecológico mundial

AGENCIAS / ELPAÍS.com - Madrid -
Las luces de las ciudades de medio mundo se apagaron ayer en una jornada convocada para concienciar sobre el ahorro de energía y la lucha contra el calentamiento global. Hoteles, restaurantes, viviendas y edificios enteros han apagaron sus luces a las 20.00 horas para secundar la campaña La Hora de la Tierra .
Se calcula que unas 30 millones de personas habrán apagado sus luces durante una hora una vez se complete el ciclo de husos horarios que comenzó en Fiji y Nueva Zelanda. Más de 380 localidades y 3.500 empresas de 53 países han participado en la iniciativa, que tiene su origen en una acción similar, pero convocada sólo para la ciudad australiana de Sidney.
La icónica Opera House de la ciudad australiana y el Puente Harbour se oscurecieron durante una hora, en el inicio de una campaña llamada La hora del Planeta, que es como se ha llamado a esta iniciativa para reducir la energía, y subrayar el peligro y la amenaza que supone el cambio climático.
Ayer en Sidney, la ciudad se veía bastante oscurecida, aunque no totalmente. El distrito financiero estaba en gran parte sumido en la oscuridad, según los organizadores, que han comentado que 250 de los 350 edificios comerciales de la ciudad habían prometido apagar sus luces completamente.

Apagón por la Tierra
En Bangkok, participaron algunos de los distritos empresariales y centros comerciales, aunque las luces de las calles permanecieron encendidas. Uno de los hoteles de la ciudad invitó a sus huéspedes a cenar con velas.
En Copenhague, los Jardines de Tivoli, el Palacio Real y la Opera apagaron sus luces durante una hora, al igual que muchas de las farolas de la capital. "En la plaza central muchas personas se concentraron para ver las estrellas", indicó la portavoz de WWF Dinamarca, Ida Thuesen. "No es habitual poder ver las estrellas en una ciudad", explicó. En Noruega, la estación de esquí de Kvitfjell, sede de los Juegos Olímpicos de invierno de 1994, celebró fiestas a la luz de las velas mientras caía una fuerte nevada.
En Reino Unido, un total de 26 pueblos y ciudades se adhirieron a la convocatoria y fue curioso ver por una noche apagadas las luces del Ayuntamiento de Londres, la catedral de Winchester y otros edificios oficiales. Otras ciudades europeas como Budapest, con su castillo, catedral y sede del Parlamento secundaron la iniciativa.
Ahora llega el turno de las ciudades del otro lado del Atlántico. El emblemático Golden Gate de San Francisco, las Torres Sears de Chicago o la Torre CN de Toronto también se quedarán a oscuras, al igual que las cataratas del Niágara.
WWF asegura en el portal en la Red dedicado al apagón que La Hora del Planeta demostrará que trabajando juntos se puede lograr un impacto positivo en la lucha contra el cambio climático, aduciendo el éxito que una iniciativa como esta tuvo en Australia en marzo del pasado año.
En la campaña de Sidney participaron 2 millones de personas y 2.000 empresas. Se logró una disminución de un 10,2% en el consumo de energía, lo que es equiparable a retirar más de 48.000 vehículos de la circulación. El 97% de la población en Sidney conocía la campaña, según datos de la ONG organizadora.


EL PAÍS, Sábado 29 de marzo de 2008
Imagen: El País (Opera House y Puerte Harbor)

Los biocombustibles pierden la etiqueta ecológica

JAVIER RICO - Madrid -
A los biocombustibles cada vez les resulta más difícil llevar colgada la etiqueta de fuente de energía ecológica. La culpa es del creciente número de expertos, investigadores y ecologistas que cuestionan su capacidad para reducir las emisiones de CO2, y hablan los efectos de deforestación y de aumento de las desigualdades que pueden causar.
Por segunda vez en lo que va de año, la Comisión Europea ha tenido que salir a defender su progresiva incorporación al transporte por carretera -el objetivo es que supongan el 5% en 2010 y el 10% en 2020-, ante las declaraciones críticas de Reino Unido. En las últimas, Robert Watson, asesor de medio ambiente del primer ministro Gordon Brown, recomendó al Gobierno británico que estableciera una moratoria en la aplicación de las cuotas establecidas por la UE y cuestionó seriamente la contribución de los biocombustibles a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
"Seguimos pensando que es razonable y hasta modesto aspirar a que en 2020 el 10% de la energía para el transporte proceda de los biocarburantes, hay que pensar que la alternativa es el petróleo". Ferran Tarradellas, portavoz del comisario de Energía, Andris Pieblags, mostraba así la firme decisión de mantener los objetivos.
También los defendió con los mismos argumentos el propio comisario hace dos meses, justo después de conocer un informe presentado a la Cámara de los Comunes británica (Are biofuels sustainable?), en el que se criticaba el precipitado y poco ecológico desarrollo de los biocombustibles. Sin embargo, no se trata sólo de asesores e informes del Reino Unido. Otros expertos en materias ambientales, numerosos centros de investigación y universidades y la mayor parte de los grupos ecologistas y de defensa de los derechos humanos emiten a diario declaraciones y documentos en los que afirman que los biocombustibles no contribuyen a luchar contra el cambio climático, que provocan graves impactos ambientales en zonas de alto valor ecológico (Indonesia y Suramérica, principalmente), que alteran el precio de los alimentos y que afianzan un modelo agrícola de explotación laboral y alta dependencia de grandes multinacionales.
Los economistas del área de Medio Ambiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acaban de reconocer en un foro abierto en Internet que "el rápido crecimiento en el uso de los biocombustibles de primera generación ha repercutido en el precio de los alimentos y es un tema de preocupación en numerosos países". Sin embargo, también hablaban de sus beneficios, como la reducción de emisiones del impacto de su producción sobre el medio ambiente.
Se trata de un constante cruce de acusaciones y apoyos que mantienen al sector en vilo, especialmente en Europa. Según Roderic Miralles, presidente de la sección de Biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), "países como Alemania o España producen entre el 10% y el 20% de su capacidad instalada, algo inaudito, porque por un lado se nos acusa de tener una gran influencia en la subida de precios y por otro mantenemos plantas sin operar por la inestabilidad del sector". Además, el sector continental de biocombustibles tiene que luchar contra las miles de toneladas altamente subvencionadas que entran en Europa procedentes de Estados Unidos.
Jorge Riechmann, del equipo técnico del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de Comisiones Obreras, prefiere no mostrar a los biocombustibles, de partida, como ecológicos. "No todo aprovechamiento de la energía renovable resulta sostenible. La idea de sustituir la gasolina y el gasóleo por carburantes elaborados a partir de la biomasa sólo sería buena con muchos menos vehículos de motor en el planeta y mucho menor uso de los mismos; es decir, con otro modelo de transporte", sostiene.
Uno de los cuestionamientos que se ponen a los objetivos de la UE es que para cubrir los porcentajes establecidos (que ahora superan escasamente el 2%) habrá que poner en cultivo millones de hectáreas, y no todas en Europa. La Agencia de Evaluación Ambiental de los Países Bajos, en un estudio publicado el mes pasado, cuantificaba entre 20 y 30 millones las hectáreas necesarias para abastecer de biocombustibles el 10% de la demanda en 2020. "El sistema de libre comercio conllevará que la UE produzca sólo la mitad de los cultivos necesarios, mientras que la otra mitad se importará", concluía.
El cultivo y producción en terceros países, la roturación de terrenos vírgenes, el empleo de maquinaría pesada para la plantación y recolección, la utilización de fertilizantes y plaguicidas y el transporte hacia los lugares de procesamiento y consumo cuestionan la contribución de los biocombustibles en la lucha contra el cambio climático y, por el contrario, hacen pensar que, incluso, pueden favorecer el aumento de las emisiones. Así lo piensa, no sólo el instituto holandés, sino organizaciones ecologistas como Greenpeace y Amigos de la Tierra y varios estudios publicados recientemente en la revista Science.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio de Industria, advierte de que la política de la UE va mucho más allá de los porcentajes. "Nunca antes se había llegado tan lejos con la exigencia de sostenibilidad, hasta el punto que los biocombustibles reciben un peor trato que la producción agrícola tradicional o los carburantes fósiles, para los que no existen esas exigencias".
La nueva directiva europea de energías renovables dice que no se podrán etiquetar como biocombustibles los que utilicen materias primas de bosques vírgenes, praderas y áreas protegidas o de la conversión de humedales y zonas de silvicultura, ni los que emitan por encima de un 35% menos de GEI que los combustibles fósiles. "Esto supone primar el uso de carburantes fósiles", asegura el IDAE.
En cualquier caso, las investigaciones para mejorar los biocombustibles siguen en marcha. Y avanzan. "Entre las muchas direcciones en las que se trabaja, está la de atender a las características de cada mercado. Por ejemplo, en el norte de Europa, habrá un desarrollo viable y sostenible en torno al aprovechamiento de los residuos forestales y de las fábricas de pasta de papel. En el sur de Europa habrá que pensar en aprovechamientos o plantaciones que no supongan una alta demanda de agua. Es decir, adaptarse a la geografía y la climatología para producir de forma sostenible", asegura Luís Cabra, director corporativo de Tecnología e Ingeniería de Repsol YPF y presidente de la Plataforma Tecnológica Europea de Biocarburantes.
Con información de Ricardo M. de Rituerto (Bruselas) y Patricia Tubella (Londres)
EL PAÍS, Lunes 31 de marzo de 2008
Imagen: El País

¿Por qué usar maíz para mover un coche si puede alimentar a un niño?. Nestlé abre el debate

El maíz necesario para hacer 50 litros de bioetanol podría alimentar a un niño durante un año. Nestlé dice que habrá escasez de alimentos con los biocarburantes.
L. Cecilia
Madrid. Empiezan las señales de alarma desde el sector alimentario. Nestlé acaba de encender la luz roja frente al uso de biocombustibles. El consejero delegado del primer grupo alimentario del mundo, Peter Braback, ha arremetido contra el incremento de la producción de biocombustible en el mundo, algo que considera “moralmente inaceptable”, ya que afirma que tendrá efectos devastadores y provocará falta de suministro de alimentos en el futuro.
Europa se ha puesto como objetivo que en 2020 el 10% del combustible utilizado para transporte sea bio, es decir, elaborado con alimentos. En 2006, el porcentaje apenas alcanzaba el 1,8%. El biocombustible se produce con maíz, azúcar, remolacha, cereales... Se divide en el bioetanol y derivados y en biodiésel. El primero se elabora a partir de caña de azúcar y de grano ( y en un futuro de residuos forestales y pasto) y el segundo se realiza a través de aceite vegetal y grasas animales (en un futuro de algas y plantas no comestibles). Braback argumentó en el último número de la revista suiza NZZ am Sonntag : “Es irresponsable derivar alimentos a biocombustibles cuando hay gente por el mundo que lucha por alimentarse a sí mismos y a sus familias”. Esto lo dice el responsable del primer grupo de alimentación del mundo, que no sólo predica con palabras, sino también con hechos. En su memoria de responsabilidad social, Nestlé aboga por otras formas de energía, pero diferentes. En sus fábricas genera energía con la producción combinada de vapor y electricidad, utiliza gas natural y aboga por la recuperación del gas metano. Este grupo, con unas ventas anuales de 68.623 millones de euros y 480 fábricas repartidas por el mundo, ha reducido sus emisiones de gases efecto invernadero el 17,3% desde 2003.
Braback apoya las declaraciones de un embajador de la ONU, Jean Ziegler, que afirma que el maíz necesario para hacer 50 litros de bioetanol alimentaría a un niño durante un año.
Defensores
Existen otras empresas de alimentación que por el contrario apoyan el uso de biocombustibles. En España, Ebro Puleva está construyendo fábricas para dar salida a la producción de azúcar fuera de la cuota establecida por Bruselas, y Sos Cuétara para el aprovechamiento de los desechos de la aceituna en la elaboración de su aceite.
Los biocombustibles también han sido causantes, junto a la demanda de Asia y China de leche y carne y a la sequía, del incremento del precio de los cereales durante el año pasado, por la necesidad sobre todo de maíz para la producción de biocombustibles en EEUU.
Uno de los máximos defensores en el viejo continente es EuropaBio, una asociación que representa a las industrias europeas de biocombustibles, que afirma que el uso de biomasa para combustible no pondrá en peligro el suministro de alimentos y que es necesaria más inversión en Europa en tecnología de segunda generación de biocombustibles, que no competirá con los recursos alimenticios. La sostenibilidad de los biocarburantes no sólo se cuestiona por temas de alimentación humana y por el incremento que suponen para el precio de las materias primas, sino también porque exigen la sustitución de grandes superficies forestales por campos de cultivo extensivo de especies vegetales adecuadas para la obtención de biocarburantes y por la utilización del regadío en estos cultivos con la escasez de agua que nos acecha. Por ello, las investigaciones que se están realizando en la actualidad se dirigen a desarrollar procesos para obtenerlos a partir, bien de residuos forestales o desechos agrícolas, bien de plantas no aptas para la alimentación animal o humana. Estos serían los biocombustibles de segunda generación.
En la actualidad, en España, no es rentable la producción de biocarburantes sin subvenciones, ya que el coste de producción de los mismos es superior al de los carburantes de origen fósil. EEUU es el mayor productor de biocombustibles.

LA GACETA DE LOS NEGOCIOS, Viernes 28 de marzo de 2008
Imagen: La Gaceta de los Negocios

El debate sobre las energías

JOAQUÍN ESTEFANÍA
Las dos principales limitaciones que tiene la política energética europea son su enorme dependencia del exterior y el cumplimiento del Protocolo de Kioto, en orden a atender las exigencias de la lucha contra el cambio climático. Esas limitaciones nos afectan a los españoles en un grado mayor: somos más dependientes e incumplimos en mayor medida los porcentajes pactados de emisiones de gases de efecto invernadero.
La semana pasada tuvo lugar en Eslovenia una reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, en la que se intentó aunar las posiciones con vistas a la próxima negociación energética con Rusia. Ésta abastece más de un 30% del petróleo y el 40% del gas que consume en la actualidad la UE. Ante tal nivel de dependencia, y dada la situación de excepcionalidad que supone la aceleración de los síntomas del calentamiento del planeta, ha vuelto a primera fila el debate sobre las energías alternativas, entre ellas las renovables y la nuclear.
Este debate pilla a España en posiciones excéntricas. Si uno acude al reciente programa electoral del PSOE, lo único que sacará del mismo es que en el marco del Plan Nacional de I+D se desarrollará el eje estratégico "Energía y cambio climático", potenciando la investigación en todas las energías renovables y, en particular, sobre las posibilidades de transformar energías renovables no acumulables (solar, eólica, ...) en energías almacenables (potencial, hidráulica, química, ...) de forma que se garantice un suministro previsible y gestionable de energía.
En cuanto a la nuclear, los socialistas escriben: "Mantendremos el compromiso de sustitución gradual de la energía nuclear por energías seguras, limpias y menos costosas, cerrando las centrales nucleares de forma ordenada en el tiempo al final de su vida útil, dando prioridad a la garantía de seguridad y con el máximo consenso social, potenciando el ahorro y la eficiencia energética y las energías renovables, la generación distribuida y las redes de transporte y distribución local".
Poco más se dice en el programa del PP, excepto que las energías van en dos sitios distintos; los populares establecerían un marco legislativo estable y transparente para las energías renovables, mantendrían los actuales emplazamientos nucleares e incentivarían las energías del futuro, como el hidrógeno y otros combustibles de síntesis. Si hubiera gobernado el PP, hubiera sostenido un mix energético equilibrado: reducir la dependencia del exterior y las emisiones de C02, mejorar la seguridad de suministro y atender a la creciente demanda de energía en condiciones competitivas. Para ello "impulsaremos un consenso con las principales fuerzas sociales y políticas que incluya, en relación a la energía nuclear: mantener los emplazamientos actuales y gestionar la vida útil de las centrales existentes en línea con las tendencias internacionales y con el asesoramiento del Consejo de Seguridad Nuclear".
Siendo España uno de los países con una opinión pública tradicionalmente más crítica con la energía nuclear, está claro que ni el PSOE ni el PP han querido abrir este debate central en plena campaña electoral por los peligros que les entrañaba. El resultado es una anomia que nos mantiene alejados de los principales centros de discusión del asunto. La pasada semana ha tenido lugar en Londres la cumbre franco-británica, en la que uno de los temas centrales ha sido el desarrollo de la energía nuclear: Francia se dota del 80% de su electricidad a través de los grupos nucleares que tiene en funcionamiento, cuatro veces más que el Reino Unido. Pero este último país parece querer ampliar su contenido nuclear, comprando tecnología llave en mano de empresas francesas como EDF.
Parece abrirse un eje en el que la sensibilidad energética es distinta a la de la otra gran potencia de la zona, Alemania, en donde rige de facto una moratoria nuclear. España se alinea con Alemania, pero sin demasiados alardes polémicos: de la política gubernamental se desprende una mayor simpatía por las energías renovables, con gran capacidad de crecimiento, y se destaca que la energía nuclear, pudiendo crecer a medio plazo, no ha resuelto las dificultades de seguridad y de almacenamiento de los residuos, amén de los problemas geopolíticos relacionados con la proliferación de armas.

EL PAÍS, Lunes 31 de marzo de 2008

¿Futuro gris para las ballenas mexicanas?

POR MANUEL M. CASCANTE, CORRESPONSAL. CIUDAD DE MÉXICO.
El espectáculo de las ballenas grises retozando en las aguas del Pacífico mexicano, puede estar tan amenazado como el del circo. Y, de paso, uno de los principales recursos en una región, Baja California, donde el turismo de lujo aporta los mayores ingresos. La culpa, una vez más, del calentamiento global.
Según la organización ecologista Greenpeace y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales mexicana (Semarnat), el número de ballenas grises (Eschrichtius robustus) que se reproducen en aguas mexicanas está disminuyendo. El calentamiento global habría producido transformaciones en el medio donde se nutren estos cetáceos, y su alimento principal, el plancton marino, se habría reducido en gran medida. Así, de unos 3.000 ejemplares que se avistaron hace tres años habremos pasado a sólo un millar en 2007. Sin embargo, según la Semarnat, esta mengua no está originada en el país, sino en la ruta que siguen estos mamíferos gigantescos para llegar hasta él.
Este año se ha producido el fenómeno de que cientos de ballenas han pasado de largo de sus refugios invernales para llegar a las costas de Puerto Vallarta, Los Cabos y al sur de La Paz. El director regional de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Benito Bermúdez, señala que «este es un año anómalo; ocurrió alguna modificación en el medio que permite que las ballenas se desplacen más hacia el sur». Sin embargo, los científicos consideran que esta situación puede ser temporal y no repetirse la temporada próxima: «A veces hay temporadas con menos ballenas y, a veces, con muchas más», dijo Bermúdez.
Tamaño medio
La gris es una ballena de tamaño medio (los machos pueden llegar a pesar 16 toneladas y medir más de 14 metros, mientras que las hembras alcanzan los 15 metros y un peso de hasta 30 toneladas cuando están preñadas) que en la actualidad sólo habita al norte del océano Pacífico. Abundó también en el Atlántico norte y en las aguas situadas entre Japón y la península rusa de Kamchatka, pero fue cazada hasta casi su total extinción.
Hoy existen dos poblaciones de ballenas grises: la americana o del Pacífico noreste, con más de veinte mil ejemplares que nadan en aguas de México, Estados Unidos, Rusia y Canadá, y la asiática o del Pacífico noroeste, que apenas mantiene a un centenar de ejemplares -con tan sólo unas veinte hembras reproductoras- en las aguas de China, Japón, las dos Coreas y Rusia.
La ballena gris realiza una de las migraciones más largas que se conocen entre los mamíferos. Cada invierno se desplaza 10.000 kilómetros desde el Océano Ártico hasta la Península de Baja California, donde se aparea, y, un año después, da a luz a un ballenato. Entre febrero y marzo emprende regreso a los mares de Bering y Chukchi. Durante el recorrido mueren más de un tercio de las crías.
Los ballenatos pesan media tonelada y miden poco más de 4 metros al nacer. Gracias a la grasa que contiene la leche materna, las crías duplican su peso a finales del invierno, lo que les permite realizar el trayecto de regreso al Ártico. Su color es gris pizarra, aunque con los años llegan a tener tantas rémoras y cicatrices que pierden su tonalidad original. No tienen aleta dorsal, sino unas jorobas bajas y redondas en la parte trasera de su espalda.
Su alimentación la obtienen durante el verano en el Ártico, y su dieta consiste principalmente de anfípodos y camarones. Utilizan su lengua para succionar la comida del subsuelo marino: con ayuda de una lengua de casi 1.500 kilos, expulsan el sedimento de sus bocas, al tiempo que retienen en las placas de su barba la posterior ingesta. Durante la época de apareamiento y reproducción suelen ayunar, aunque en ocasiones comen sardinas.
La ballena gris es un animal gregario, capaz incluso de seguir a su líder hasta alguna playa para morir. Generalmente nadan cerca de la costa, a una distancia de 10 kilómetros, viajando en grupos. Alcanzan su madurez sexual a los ocho o nueve años. Crían en las lagunas Ojo de Liebre, San Ignacio y Bahía Magdalena, y los recién nacidos se nutren de leche durante seis meses, aunque permanecen con sus protectoras madres durante uno o dos años más. El hombre (su captura se convirtió en una industria en el siglo XIX), la orca y los grandes tiburones son sus principales depredadores.
Futuro incierto
A mediados del siglo XX se llegó al límite de su extinción biológica y comercial, pues su caza se realizaba sin restricciones ni control algunos. Hacia 1970 se decretó su protección en todo el Pacífico Oriental, lo que logró su recuperación hasta cifras de un siglo antes y la condujo en 1994 a abandonar la lista de especies amenazadas.
Sin embargo, además del calentamiento del planeta, la destrucción de la línea costera por el desarrollo urbanístico y del fondo marino por la pesca excesiva, la contaminación de las aguas, el tráfico naviero y el desarrollo industrial en algunas de las zonas de crianza pueden hacer que peligre de nuevo su futuro.
Aunque, según Greenpeace, es el desarrollo del turismo de observación el que provoca el riesgo mayor. Pese a que esta actividad es «no consuntiva de aprovechamiento de recursos naturales y contiene los elementos para hacerla altamente compatible con los objetivos de protección y conservación del recurso», el impacto ambiental en estas áreas relativamente pequeñas hace que un mayor número de ballenas puedan ser perturbadas por una sola embarcación.
ABC, LUNES 31_3_2008

30 marzo 2008

La era de la destrucción bipolar

RAFAEL MÉNDEZ - Madrid
Asistimos a un espectáculo sensacional que va a dejar viejos los mapas del mundo: ante los ojos de nuestros satélites, el Ártico ha entrado en una espiral destructiva que hará que en los veranos desaparezca antes de 2020. Mientras, la Antártida permanece estable e incluso crece en su interior. Pero en el litoral, el calentamiento global resquebraja la superficie helada. El lunes pasado se completó el desprendimiento de una placa de hielo del tamaño de Murcia.
En 1993, David Vaughan, científico del British Antarctic Survey, pronosticó que la plataforma helada Wilkins se derrumbaría en 30 años. "Acerté la mitad", bromea por teléfono. El pasado febrero, el glaciólogo Ted Scambos detectó algo raro en las imágenes de los satélites de la NASA. Scambos trabaja en el Centro Nacional del Hielo de EE UU (que desde 1979 sigue el hielo en los polos). La plataforma de Wilkins, que está sobre el mar y es más grande que Navarra, aparecía resquebrajada. Scambos movilizó a equipos en todo el mundo para que siguieran a diario el suceso. El equipo de Vaughn en la Antártida mandó una avioneta y fotografió un espectáculo único. Jim Elliot iba en ese vuelo: "Era asombroso. Enormes trozos de hielo, del tamaño de una casa, que aparecían esparcidos como si fuesen escombros".
Conocer el mecanismo del agrietamiento de la plataforma es imposible, dice Vaughan: "No sabemos si se debe al calentamiento del mar o del aire o que un día muy cálido le ha dado el empujón final, pero ha sido más rápido de lo previsto". Lo que sí apunta es la causa última: el calentamiento por la emisión de gases de efecto invernadero.
En la Antártida está terminando el verano y es probable que la plataforma Wilkins se mantenga así, sin terminar de soltarse del continente, hasta el verano que viene, cuando el desprendimiento puede comenzar. En los últimos años se han soltado otras plataformas. La más famosa fue Larsen B, que en 2002 se desgajó de golpe de la misma península y obligó a los científicos a salir por piernas. Pero aunque la Antártida se resquebraja por sus bordes, no se puede decir que se esté deshelando. Al contrario, la temperatura en su interior ha bajado y cada vez acumula más hielo.
Carlos Duarte, presidente de la Sociedad Americana de Oceanografía y director de las campañas del CSIC en el Ártico explica: "En el interior de la Antártida hay temperaturas de hasta 70 grados bajo cero. Es un continente aislado de la circulación atmosférica y con altitudes de hasta 4.000 metros. No se va a fundir y aunque aumente algo la temperatura no se va a notar". Sin embargo, en la Península Antártica, un saliente fuera del Círculo Polar, sí se nota. La temperatura ha subido allí casi dos grados por década en los últimos 20 años, sólo comparable al calentamiento del Ártico. "La península está muy influenciada por el aire del Pacífico, por eso sí se calienta", explica Vaughan. Y es allí, en los bordes del continente helado, donde viven las ballenas, el krill, morsas y pingüinos, que pueden sufrir el calentamiento, señala Duarte.
Si la Antártida resiste el calentamiento, el Ártico parece abocado a la extinción. Porque son completamente opuestos. El Polo Sur es un continente con cordilleras y montañas; el Norte, océano que se hiela, cuatro veces más pequeño y más influenciado por las corrientes atmosféricas. Por último, el hielo perenne de la Antártida refleja casi toda la radiación solar. Mientras, en el Ártico, cuando en verano parte del hielo se retira deja paso al agua, y ésta absorbe más luz, por lo que funde más hielo.
En septiembre de 2007 se registró el mínimo histórico de extensión de los hielos del Ártico, y aunque la extensión se está recuperando en primavera, los expertos alertan de que su espesor es mínimo y que en verano puede desaparecer. Duarte estuvo ahí el verano pasado: "Cada día el hielo retrocedía 20 kilómetros. No lo podíamos creer". Hace dos años los científicos preveían que estaría libre en de hielo en verano de 2070; después dijeron que en 2040 y ahora dicen que en 2020.
Si pueden, viajen a un continente helado. Tendrán algo que contarle a sus nietos.
EL PAÍS, Domingo 30 de marzo de 2008

28 marzo 2008

Iberdrola planea seis proyectos de eólica marina

Cinco Días / MADRID
Iberdrola Renovables pretende llevar a cabo seis proyectos de energía eólica marina en la costa española. Alcanzarán una potencia total de 3.000 MW. y se ubicarán en Cádiz, Castellón y Huelva.
Las propuestas ya se han presentado ante el ministerio de Industria al que la empresa ha solicitado la reserva de zonas para la realización de estudios previos a la petición de autorización de los proyectos. Entrarían en funcionamiento en el periodo 2011-2015. La empresa señaló que estos proyectos suponen capacidad adicional a los 42.000 MW que ya posee en energías renovables.
A estos planes en España, se suman otros 200 MW en proyecto en Reino Unido, donde la empresa planea instalar los parques eólicos marinos de West of Duddon Sands, con una capacidad de 167 MW, y Shell Flats, con 35 MW de potencia instalada.
CINCO DÍAS, Viernes 28 de marzo de 2008

27 marzo 2008

2.5 millones de madrileños respiran aire nocivo para la salud

O.F.
El aire de la región está cada vez más sucio, y respirarlo resulta muy nocivo para la salud, según un estudio presentado ayer por Ecologistas en Acción, la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid y la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública.
La situación es especialmente crítica para los 2,5 millones de ciudadanos del sur de la región y del Corredor del Henares, las dos zonas más afectadas.
Los principales puntos negros son Alcorcón (164.000 vecinos), Torrejón de Ardoz (113.176), Getafe (159.300), Leganés (182.431) y Coslada (86.478).
Dos tipos de contaminantes
En este último municipio, la polución aumentó un 277% en cinco años: de los 13 microgramos por metro cúbico de partículas en suspensión (un indicador para medir la suciedad del aire) de 2002 se pasó a 50 en 2007.
Mientras, localidades de la sierra como Algete, Colmenar Viejo o El Atazar, además de Majadahonda, son las que ocupan los últimos puestos porque tienen aire más limpio.
El tipo de contaminante varía por zonas. Mientras en el Corredor las partículas en suspensión (PM), muy nocivas para los enfermos respiratorios, campan a sus anchas, en la zona sur el nivel de NO2 (dióxido de nitrógeno, que afecta al sistema inmunológico) supera el límite de la UE.
Niveles por encima de lo recomendado
En el Corredor, los municipios que rebasaron el límite de 40 microgramos por metro cúbico de PM recomendado por la UE en 2007 fueron, aparte de Coslada, con 50, Torrejón (46), Rivas (45) y Alcalá (44), ocupando los cinco primeros puestos de esta lista junto con Leganés (47). El motivo es la cercanía de los aeropuertos, ya que el combustible de los aviones es la principal fuente de PM.
En cuanto al NO2, generado por los tubos de escape, el tope anual establecido por la UE para 2007 era de 43 microgramos por metro cúbico. Las localidades que lo superaron fueron Alcorcón (71), Madrid (60), Coslada (56), Getafe (53), Alcobendas (51) y Leganés (47), debido al gran volumen de tráfico que soportan.
20MINUTOS, Jueves 27 de marzo de 2008
Imagen: 20Minutos

Una capa de hielo perpetuo ha empezado a derrumbarse en la Antártida

REUTERS
Unos 415 kilómetros cuadrados de la capa de hielo perpetuo Wilkins(en la imagen), en la Antártida, ha empezado a derrumbarse debido al rápido calentamiento que sufre esa región del continente blanco. Así lo muestran las imágenes por satélite del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de la Universidad de Colorado.
Wilkins es una amplia plataforma de hielo flotante perpetuo que se extiende unos 13.000 kilómetros cuadrados sobre el océano, y está situado al suroeste de la Península Antártica, a unos 1.600 kilómetros de Sudamérica.
"Bloque tras bloque de hielo, está cayendo y deshaciéndose en el océano", ha afirmado en una entrevista telefónica Ted Scambos, responsable en el Centro de Datos. "No es sólo que la capa se rompa y un pedazo se vaya a la deriva, sino que se está haciendo añicos por completo. Scambos indicó que gran parte de la capa de hielo se sostiene ahora sobre una delgada capa de hielo. Este último "refuerzo de hielo" podría derrumbarse y en torno a la mitad de toda la capa podría perderse en unos pocos años", apuntó.
A su vez, el científico David Vaughan, del British Antarctic Survey, advirtió en un comunicado que "esta capa está pendiendo de un hilo". "Una esquina de ella, que está expuesta al océano, está haciéndose pedazos de una forma que hemos visto en unos pocos lugares durante los últimos 10 ó 15 años. En todos los casos, hemos acabado concluyendo que era el resultado del cambio climático", añadió Scambos.
Desintegración a marchas forzadas
Las imágenes por satélite muestran que el derrumbe comenzó el 28 de febrero, cuando un gran iceberg que medía 41 por 2,4 kilómetros cayó del lado suroeste de la capa de hielo iniciando una desintegración a marchas forzadas del interior de la capa, explicó el científico. Con el final del verano antártico, añadió, se espera que la capa de hielo detenga su destrucción. Sin embargo, los científicos observarán si el proceso continúa el próximo mes de enero.

20MINUTOS, Miércoles 26 de marzo de 2008
Imagen: 20Miunutos

Greenpeace pide a Zapatero que cierre las centrales nucleares e impulse las renovables

EFE

La organización ecologista Greenpeace ha pedido al futuro Gobierno socialista que cumpla su compromiso de poner en marcha un plan de cierre progresivo de las centrales nucleares existentes e impulse las energías renovables para luchar de forma efectiva contra el cambio climático.
Los ecologistas aseguran que las nucleares son "un gran obstáculo para el despliegue" a gran escala de las energías renovables, y deben cerrarse de forma progresiva, pero con el horizonte de 2015.
También reclaman el cierre inmediato de la central nuclear de Santa María de Garoña de Burgos que, según la organización, padece "graves problemas de seguridad".

30% de la energía
Greenpeace pide que el nuevo Gobierno de Zapatero tome medidas para que las energías renovables provean al menos el 30% de la energía primaria consumida en España en 2020 y el 80% en 2050, así como el 50% de la energía necesaria para generar electricidad en 2020 y el 100% en 2050.
El grupo pide también una política de mejora sustancial de la eficiencia energética, que lleve a que en 2020 se consiga una reducción mínima del 20% de la demanda de energía primaria en el país con respecto a 2005.
El objetivo final será que en 2020 se produzca una reducción real de emisiones de dióxido de carbono con respecto a 1990.

Lucha contra el cambio climático
El PSOE ganó las elecciones generales utilizando "promesas como la de luchar decididamente contra el cambio climático y la de cerrar las centrales nucleares de forma progresiva", y en Greenpeace "esperamos que se cumplan esas promesas", afirmó Juan López de Uralde, Director Ejecutivo de la organización.
En Greenpeace aseguran que la viabilidad de un sistema de generación eléctrica basada al 100% en energías renovables "es un hecho ya comprobado científicamente", por el informe "Renovables 100%" del Instituto de Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Pontificia Comillas encargado por la organización.


PUBLICO, Jueves 27 de marzo de 2008
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Desmantelar o invertir

MARÍA GARCÍA DE LA FUENTE - Madrid -
Mientras el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown, discuten sobre el futuro de la energía nuclear en cada uno de sus países, en España el tema sigue abierto. La construcción de nuevas plantas o la prolongación de su vida útil sigue generando polémica, y especialmente por el problema sin resolver de los residuos radiactivos.
El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, abogó en la campaña electoral por una "política razonable de reducción de la energía nuclear", por lo que no parece probable la apertura de nuevas plantas. Queda la incógnita de si el Ejecutivo establecerá un calendario de cierre de las plantas nucleares, como demandan las organizaciones ecologistas, o si permitirá su funcionamiento durante más de 40 años, como reclama la industria.
La central de Santa María de Garoña (Burgos) cuenta con autorización de explotación hasta julio de 2009, fecha en la que tendrá 39 años, pero el titular de la planta, Nuclenor, ya ha pedido un nuevo permiso de explotación por otros 10 años, es decir, hasta 2019.
El resto de centrales dispone de permisos para 2010 o más años, y todavía no han solicitado la prórroga. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es el organismo encargado de determinar si la central cumple las condiciones para seguir funcionando y expedir los permisos, pero es el Gobierno el que determina si debe cerrar o no. Aún no lo ha hecho.

Más de 30 años con centrales
La energía nuclear aporta en la actualidad un quinto de la eléctrica que consume España, aunque su porcentaje varía dependiendo de la producción de energías renovables y de la disponibilidad de agua para generación de hidroeléctrica. Sus defensores destacan la garantía de suministro, sus nulas emisiones de dióxido de carbono y la no dependencia del exterior, mientras que sus detractores critican la peligrosidad de los residuos.
España se incorporó en 1970 a la energía nuclear, con la inauguración de la primera central, Santa María de Garoña (Burgos), todavía en funcionamiento. Le siguieron otras cinco, algunas con dos reactores.
En total ha habido nueve reactores nucleares produciendo energía en España. Dos de ellos han dejado de funcionar: Vandellós I (Tarragona) por un incendio y José Cabrera (Guadalajara) en 2006 por edad. Pero podían haber sido más, concretamente tres centrales más.
A mediados de los años 70 se proyectó la construcción de la central nuclear de Lemóniz (Vizcaya), contra la que ETA atentó en varias ocasiones; la de Valdecaballeros (Badajoz) y el segundo grupo de Trillo (Guadalajara), cuyos titulares son Iberdrola, Endesa y Unión Fenosa, respectivamente.
Pero ninguna de ellas entró en funcionamiento, ya que en diciembre de 1994 se declaró por ley la paralización definitiva de los proyectos de construcción de las tres plantas. La legislación estableció entonces que dichos titulares percibirían una compensación o anualidad por las inversiones realizadas y por el coste de su financiación.
Las compensaciones entre 1995 y 2005 a los tres proyectos de plantas nucleares ascendieron a 5.499 millones de euros, pagados por el Estado a las eléctricas.
PÚBLICO, Jueves 27 de marzo de 2008
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Brown y Sarkozy resucitan la energía nuclear

LOURDES GÓMEZ - Londres -
El Reino Unido cuenta con un muy dispuesto aliado en la orilla opuesta del Canal de la Mancha para renovar su red de centrales nucleares y liderar la nueva era atómica en Europa y el resto del mundo. Con ambos objetivos en el horizonte, el primer ministro británico, Gordon Brown, y el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, darán a conocer hoy las líneas básicas de un acuerdo energético anglo-francés, centrado en una reforzada cooperación en recursos financieros, humanos, tecnológicos y comerciales.
La visión común la dejó entrever Sarkozy al recordar, ayer, en un histórico discurso en el Parlamento de Westminster, que Francia y Reino Unido apuestan por el “poder nuclear” como “energía del futuro”. Ambos gobiernos promocionan la energía atómica como la mejor herramienta posible para “combatir el cambio climático y asegurar el suministro energético”. “Comienza un renacimiento nuclear”, advirtió horas antes el ministro británico en Comercio y Energía, John Hutton.
La energía nuclear era tabú en la retórica política británica hasta hace dos años. Los 19 reactores del país quedarán obsoletos en un par décadas, pero su renovación no se consideraba tan prioritaria como la inversión en energías renovables. Con el crudo y el gas del Mar del Norte en su fase final de extracción, el anterior primer ministro, Tony Blair, lideró el cambio ideológico, situando la independencia del suministro eléctrico como una cuestión de seguridad nacional. El pasado enero, su sucesor, Gordon Brown, dio luz verde a la construcción de nuevas centrales que ampliarán el suministro energético nuclear por encima del actual 20%.

100.000 empleos
Hutton abogó ayer por una transformación del sector para afrontar la “transición de exportadores a importadores de energía”. La audiencia que le escuchaba eran sindicalistas de un gremio que, según el ministro, puede asistir a la creación de “100.000 puesto de trabajo, muchos de ellos altamente cualificados”. “El Reino Unido puede ser la puerta del renacimiento europeo de la energía nuclear”, dijo sin dar a conocer el número de contratas que el Gobierno laborista está dispuesto a conceder. No obstante, aseguró que “ningún límite artificial” restringirá la expansión de nuevas centrales.
Londres depende del capital privado para actualizar su red nuclear. Empresas nacionales y extranjeras deberán costear la construcción y el futuro decomiso de cada planta, según estipula la ley. El proceso de adjudicación de licencias ya ha comenzado con la apertura de un concurso de modelos de reactores en el que participa el consorcio francés, Areva-EDF. Es una clara señal de la intención de la compañía pública francesa por expandir sus redes en Reino Unido. El nuevo acuerdo de colaboración debería facilitar la exportación de la tecnología nuclear dentro y fuera de Europa.
Este supuesto renacimiento nuclear nada tiene que ver con seguridad energética y cambio climático. Es, por el contrario, una ruta para generar letales residuos radioactivos que el ciudadano tendrá que pagar. Las centrales son peligrosas y pueden convertirse en objetivo de terroristas”, critica Ben Ayliffe, director de la campaña antinuclear de Greenpeace.

Grupos de presión
Los grupos de presión ecologistas no van a claudicar en su defensa de las energías renovables como apuesta limpia y segura de suministro energético. “El poder nuclear es sucio y peligroso para la salud, la seguridad y el medio ambiente. Está inextricablemente conectado a la producción de armamento nuclear en su mutua dependencia de uranio enriquecido. Tampoco es la respuesta al cambio climático puesto que no es libre en emisiones de CO2 y sólo contribuye a la producción eléctrica”, señala un portavoz de la Campaña para el Desarme Nuclear, CND.
Sondeos de opinión en Reino Unido sugieren que el 75% de la población prefiere energías renovables que nucleares. Y el 90% de las respuestas que el Gobierno recibió en su consulta sobre el futuro de la industria expresan temor por los residuos nucleares y la seguridad de las plantas. “La batalla continúa”, advierte Ayliffe.
PÚBLICO, Jueves 27 de marzo de 2008
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Las ventas de coches ecológicos crecen un 38,5% por el «impuesto verde»

ABC
MADRID. La nueva fiscalidad verde, que entró en vigor este año y que exime del impuesto de matriculación a los vehículos que emiten igual o menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro, ha provocado un aumento de la demanda de turismos y todoterrenos más ecológicos del 38,5%, con una cifra de 40.075 unidades vendidas hasta febrero, según un estudio elaborado por la consultora MSI para la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción -Faconauto-.
Sin embargo, los grandes perjudicados por la reforma fiscal son los todoterrenos que, tras unos años de fuertes crecimientos, redujeron sus ventas un 16,4% en los dos primeros meses de 2008.
Las entregas de automóviles que emiten más de 200 gramos de CO2, sujetos al tipo máximo del 14,75% en el impuesto de matriculación, cayeron un 47,69% hasta febrero, con 10.614 unidades.
En los tramos intermedios, las entregas de vehículos con un tipo del 4,75% -emisiones de entre 120 y 160 gramos-, registraron un descenso del 3,04%, con 131.906 unidades, mientras que las ventas de coches entre 160 y 200 gramos totalizaron un 22,57% menos.
ABC, Jueves 27_03_2008

26 marzo 2008

La necesaria energía nuclear

Un día después de que el Nobel de la Paz y presidente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, Rajendra Pachauri, afirmase ante la vicepresidenta del Gobierno en funciones que no se puede descartar la energía nuclear como alternativa a los combustibles sólidos si queremos reducir las emisiones de CO2, ABC da a conocer la intención del Ejecutivo de no prorrogar la vida útil de la central nuclear de Garoña, en Burgos. Por su parte, y al margen del populismo energético, Francia y el Reino Unido firman mañana un acuerdo para el desarrollo conjunto de la próxima generación de centrales nucleares, un acuerdo que supone un paso adelante en la actitud europea hacia esta fuente de energía y que tendrá consecuencias significativas en la política comunitaria en materia ambiental, de investigación y desarrollo y en política exterior.
Garoña es una central pequeña, cuya licencia expira en julio de 2009. Con esta decisión, el presidente del Gobierno mantiene la moratoria nuclear adoptada por el PSOE en tiempos de Felipe González con un coste político y económico aparentemente pequeño. Es cierto que la potencia de Garoña no es significativa -en 2010 vencen las más relevantes Almaraz I y II, con 2.000 MW-, pero también que la decisión de cerrar un reactor es prácticamente irreversible y que son tantas las dificultades prácticas en la instalación de nuevas plantas atómicas que sólo son factibles las localizaciones ya existentes, donde la población ha comprobado los efectos beneficiosos de su presencia. Eso bien lo saben las empresas eléctricas europeas que, como Iberdrola, pujan estos mismos días por British Energy, sociedad estatal que agrupa parte de las nucleares y que el Gobierno británico ha puesto en el mercado a pesar de sus discutibles resultados operativos, precisamente por el valor económico de los emplazamientos actuales.
La decisión del Ejecutivo español representa una grave irresponsabilidad: destruye valor para la sociedad, complica la consecución de los objetivos de reducción de emisiones asumidos en el Protocolo de Kyoto y aumenta el coste social de los mismos, coloca a las empresas españolas en una posición de clara desventaja en la carrera tecnológica, ahonda la brecha política con las potencias europeas y es, además, inútil desde el punto de vista de la gestión de los riesgos nucleares, que no entienden de fronteras. Es sabido que en Francia el 80 por ciento de la energía eléctrica tiene origen nuclear, y que parte de esos reactores están cerca de los Pirineos. Además, Marruecos y Argelia han anunciado ya un ambicioso programa de nuevas instalaciones que, precisamente, se explica a través de la inminente alianza franco-británica.
Es difícil entender desde la racionalidad política o económica la decisión del presidente Zapatero, cuyo pensamiento en la materia parece haberse quedado anclado en los movimientos antinucleares de los años ochenta, muy anteriores a conceptos como la seguridad energética o la lucha contra el cambio climático. La de Zapatero es una posición ideológica y no racional que no es compartida por las fuerzas sociales, pues cabe recordar que sindicatos y patronal se han manifestado inequívocamente durante la campaña electoral a favor de abrir el «debate nuclear» -eufemismo políticamente correcto para abandonar el cierre anunciado de las centrales existentes- para abaratar la factura energética, garantizar el suministro y evitar la deslocalización industrial. Esta posición resulta aún más incomprensible cuando el Gobierno se ha mostrado extraordinariamente diligente en facilitar la entrada del gigante nuclear francés EDF en España a cambio de que una empresa española llegue incluso a gestionar una central nuclear francesa. Tanta ambigüedad y oportunismo son impropios de un país serio que aspira a ser una potencia económica internacional. La energía nuclear tiene riesgos, como los tiene el sistema financiero o la telefonía sin hilos, pero no por eso se condena a una industria al cierre y a todo un sector de futuro al exilio.

ABC, Miércoles 26 de marzo de 2008
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La huella ecologista de Walt Disney

POR EMILI J. BLASCO, CORRESPONSAL. LONDRES.
Normalmente han sido tenidas por sensibleras y dulzonas, pero las películas de dibujos animados de Disney han constituido una sólida palanca a la hora de edificar la conciencia social en favor de la protección del medio natural. Un estudio de la Universidad de Cambridge considera que, lejos de haber supuesto un «escapismo» de los problemas del mundo, películas como «El libro de a selva», «Blancanieves y los siete enanitos» o «Cenicienta» han extendido entre las últimas tres generaciones el anhelo del conservacionismo natural.
David Whitley, autor del estudio, publicado como libro con el título «The Idea of Nature in Disney Animation», cree que una de las películas con más influencia fue «Bambi». Estrenado en 1942, este filme ha sido señalado por varios activistas del ecologismo como aquello que por primera vez les hizo interesarse por el medio ambiente.
«Las películas de Disney han sido criticadas con frecuencia por irreales y por complacer el gusto popular más que desarrollar el medio de la animación de un modo que provoque más el intelecto -escribe Whitley-. En realidad, esos filmes nos han enseñado de forma muy variada cómo tener un respeto fundamental por la naturaleza. Algunos de ellos han constituido la base emocional para el activismo medioambiental. Durante décadas, los dibujos de Disney han suministrado a los niños potentes fantasías, haciéndoles capaces de explorar cómo se relacionan con lo natural».
El estudio de Whitley, profesor en la Facultad de Educación de la Universidad de Cambridge, se centra en dos periodos de la historia de Disney. El primero va de 1937 a 1967, cuando la compañía estaba dirigida por Walt Disney; el segundo, de 1984 a 2005, cuando el responsable fue Michael Eisner.
Bajo la tutela del fundador la factoría Disney produjo sus clásicos, de «Blancanieves y los siete enanitos» (1937) a «El libro de la selva» (1967). Según Whitley, se trata de películas «pastorales» en las que el mundo natural es retratado como idílico y al mismo tiempo como un retiro vulnerable frente a la amenazante civilización. Con Eisner, con quien se llevaron a cabo títulos como «Pocahontas» (1995) y «Buscando a Nemo» (2003), las películas se hicieron más complejas, sugiriendo que las personas y la naturaleza pueden coexistir si la gente respeta el mundo salvaje y se da cuenta de su lugar en el orden natural.
«El arte popular con frecuencia hace más de lo que pensamos en la formación de nuestros sentimientos y nuestras ideas acerca de ciertos temas. Disney nos ha dicho más acerca del medioambiente y de la manera de relacionarse con él de lo que tendemos a aceptar», según el autor del estudio.
Todas las películas tienen un mensaje reincidente, con variantes de unas a otras. De acuerdo con Whitley, ese mensaje sería el siguiente en algunos de esos títulos:
Blancanieves (1937). El emplazamiento en el bosque da a la audiencia la sensación de integridad y marca la separación entre la naturaleza y el mundo de los humanos, que es mostrado como opresivamente desequilibrado. Presenta también un modelo: cómo los seres humanos pueden proteger la naturaleza e incluso poner orden en ella.
Bambi (1942). El idílico reino de la naturaleza es vulnerable a las incursiones humanas. La relación entre los animales da al espectador la sensación de ser un testigo privilegiado en medio de la vida propia del medio natural, creando con ello una empatía entre la audiencia y la imagen arquetípica del mundo natural. Se sale de ver la película con el sentimiento de que debemos algún tipo de lealtad a la naturaleza.
Cenicienta (1950). La relación de Cenicienta con un extenso submundo de animales amigos demuestra que es amable y buena. Los animales ayudan a subvertir la autoridad de la opresiva civilización humana, que se ha separado de la naturaleza y que está representada por las ominosas hermanastras. Frente a ellas, Cenicienta es una «amorosa pastora» que protege a los animales.
El libro de la selva (1967). Mow-gli, el niño encontrado por la pantera Bagheera, no sólo muestra su aspiración de proteger el reino animal, sino también su deseo irrenunciable de formar parte de él.
La Sirenita (1989). Sugiere una básica división entre los seres humanos y el mundo natural que, al menos parcialmente, puede ser superada. La película persuade a los espectadores de que el mundo humano y el natural son comparables y equivalentes.
Pocahontas (1995). La decisión de la india Pocahontas de quedarse entre los miembros de su propia tribu enseña que el mundo natural no está ahí para que la civilización se aproveche de él. La reconciliación, históricamente incorrecta, con los colonos británicos implica que nuestra ruptura con la naturaleza puede ser superada.
Tarzán (1999). El impacto humano en el medio ambiente es visto como especialmente destructivo en el intento del cazador de gorilas Clayton de explotar el mundo natural para obtener ganancia económica.
Buscando a Nemo (2003). El tema recurrente de dejarse llevar por el instinto de protección, como le ocurre a Marlin, el pez padre de Nemo, muestra uno de los riesgos de la propia naturaleza. La película nos anima a tolerar la libertad con todos los aspectos no tan buenos que en ocasiones conlleva. El filme no une el medio humano y el natural, pero transmite un estado de interacción con resultados tanto positivos como negativos, sirviéndolo como una fábula de nuestros días.
ABC, Miércoles 26_3_2008

La energía eólica cubrió más del 40 por ciento de la demanda en Semana Santa

EFE
El temporal de viento registrado en la Península durante la Semana Santa ha propiciado que la producción de los parques eólicos superara el 40% del consumo eléctrico total, lo que supone un nuevo récord de cobertura de demanda.
Según informó ayer la Asociación Empresarial Eólica (AEE), la patronal del sector, la generación eólica alcanzó el pasado sábado en torno a las 18.00 horas los 9.862 megavatios (MW), un 40,8% de la demanda eléctrica en ese momento.
El temporal de la pasada Semana Santa coincidió con días festivos con un menor consumo, por lo que la eólica ha batido sus récord tanto en cobertura de demanda en hora punta como en promedio, a pesar de que la producción no ha sido tan elevada como en otras ocasiones.
La AEE indica que entre el viernes 21 de marzo y el domingo. el consumo promedio atendido por los parques eólicos fue del 28%, cifra que supone un hito en la diversificación del abastecimiento eléctrico.
El máximo histórico de producción eólica se alcanzó el pasado 4 de marzo con 10.032 MW a las 15.53 horas, lo que representó el 28% de la demanda eléctrica peninsular de ese momento. Ese mismo día también se registró el máximo de generación eólica horaria, con 9.803 megavatios-hora entre las 15.00 y las 16.00 horas.


El Diario Montañés, Miércoles 26 de marzo de 2008

25 marzo 2008

Plásticos a la deriva

SERGIO ROSSI - Barcelona -
Los ciudadanos de este planeta hemos pasado de generar unos 30 millones de toneladas de plástico al año en la década de 1970 a casi alcanzar los 200 millones de toneladas a principios del nuevo siglo. Botellas, envases, separadores, bolitas para proteger productos, bolsas y un largo etcétera jalonan una cadena productiva en la que las diferentes formas, composiciones y texturas del plástico se han convertido en parte de la clave del éxito tecnológico y económico de nuestra sociedad. Pero se han convertido también en un problema de primera magnitud para los ecosistemas marinos.
El plástico es útil y muy barato. Un kilo de estrellas de plástico para embalar no cuesta más de 1,3 euros y ocupa un volumen considerable. Sin embargo, parte de estos productos (alrededor de un 10% del plástico producido, según la zona del mundo) van a parar al mar por las cloacas o empujados por las riadas. Alrededor del 80% de los residuos flotantes proviene de tierra firme. Las corrientes superficiales y las mareas los trasportan, y tienden a acumularlos en el centro de los llamados "giros oceánicos". En la zona central de estos giros, como el del Atlántico Norte (mar de los Sargazos) o Pacífico Norte, los vientos son flojos y las corrientes, muy débiles. "Los plásticos se acumulan en zonas poco transitadas por la navegación, lejos de la costa", comenta Rei Yamashita, de la Universidad Japonesa de Mie. "La corriente Kuroshio, una de las más importantes del planeta, desplaza grandes cantidades de objetos flotantes desde las costas de China, Corea y Japón, países fuertemente industrializados, hacia el giro del Pacífico central". Y los residuos, en grandes cantidades también, provienen, en esa zona, de la costa de California y Oregón, en Estados Unidos.
Alimento de aves
En ésta y otras áreas, como los giros del Mar del Norte, la acumulación de residuos es un hecho muy preocupante. "Sólo en la zona que se encuentra entre Gran Bretaña, Holanda, Alemania y Noruega se cuantifican, con pescas pelágicas, robots submarinos y transectos visuales, hasta 600.000 toneladas de residuos flotantes y sumergidos", asegura Gerard Cadée, del Instituto Holandés de Investigaciones Marinas. "Más de un 80% de los residuos flotantes de tamaño medio y grande tienen marcas de haber sido picados por aves marinas", añade.
Y es que el problema es mucho más que estético. Los plásticos -de diferentes formas, texturas, flotabilidad y tamaño- están interfiriendo en diferentes componentes de los ecosistemas marinos. "La ingesta por parte de los organismos marinos como aves, tortugas, peces, calamares es muy elevada". David Shaw trabaja en el Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Alaska y ha podido constatar que los polluelos de especies como albatros y petreles son los más perjudicados. "Los adultos ven los pequeños trozos de plástico, incluidos tapones o bolas de polyexpan como presas potenciales, los ingieren, llevan al nido y regurgitan", explica. La ingesta es selectiva, ya que texturas, formas y colores determinados confunden a los organismos que los identifican con presas potenciales. Si no han muerto antes, las aves regurgitan estos objetos, que acaban con la vida de las nuevas generaciones.
Recientemente se ha descubierto que muchos de estos plásticos de pequeño y mediano tamaño son capaces, además, de acumular tóxicos como el DDT y PCB. "La acumulación de tóxicos en los plásticos flotantes ha sido comprobada", asevera la doctora Lorena Rios, de la University of the Pacific, en un artículo del Marine Pollution Bulletin. "Y lo peor es que un 44% de las especies de aves marinas los consumen de forma rutinaria", añade.
El problema sería anecdótico si la cantidad de plásticos que flota fuese insignificante. Pero, en determinadas zonas de acumulación como el Mar de los Sargazos y el giro del Pacífico Norte, se ha comprobado que existe una extensión de residuos enorme. "Pudimos comprobar que, en estas zonas, la relación entre el peso del plancton y el peso del plástico y otros objetos flotantes era de uno a seis: es decir, que por un kilogramo de plancton hay seis de desperdicios". Charles Moore, junto con el profesor retirado Curtis Ellesmeyer del Algalita Marine Research Foundation, es uno de los investigadores implicados desde hace más de una década en este problema. "No sabemos el impacto que tiene tanto material para los ecosistemas marinos, pero está claro que están interfiriendo en las cadenas alimentarias y puede que en el propio funcionamiento del sistema".
En algunas zonas se ha calculado que la nube de residuos puede alcanzar entre 20 y 30 metros de profundidad. En todo caso, es un tema poco estudiado, en el que unos cuantos especialistas (incluidos científicos de nuestro país) tratan de llamar la atención de los posibles efectos del gran vertido de sólidos que tienen que soportar los mares.
El Mediterráneo, el primero
El Mediterráneo, debido a su gran concentración urbana, industrial y agrícola en su litoral, es uno de los lugares más afectados por este fenómeno. Hasta un 90% de los objetos flotantes de nuestras costas provienen de las cuencas fluviales o las cloacas. “El problema de estos objetos es que pueden ser portadores de especies invasoras”, dice la doctora Mercedes Masó, del Instituto de Ciencias del Mar-CSIC. El turismo es el que produce gran parte de la marea de residuos. “En Mallorca pueden encontrarse hasta 36 objetos por metro en las playas”, constata en un artículo reciente Lorena Martínez-Ribes, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados-CSIC.
Basura que dura más de 500 años
En el mar, la degradación es más lenta que en tierra, en parte porque la temperatura es más constante y baja, y en parte porque están más protegidos de la acción de los rayos UV del sol. Las estimaciones de degradación de la mayoría de residuos sólidos de origen artificial indican que su desaparición supera la escala de tiempo de vida de un ser humano:
* Billete de Metro: 2-6 semanas.
* Colilla: 5-10 años.
* Bolsa de plástico: 25-50 años
.* Bamba o bota: 250-400 años.
* Botella de PVC: más de 500 años.


PÚBLICO, Martes 25 de marzo de 2008
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Pachauri cree que no se debe descartar la energía nuclear como alternativa

ABC
MADRID. El presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), Rajendra Pachauri, afirmó ayer en Madrid que «no se puede hacer caso omiso a la energía nuclear» en la búsqueda de alternativas a los combustibles fósiles porque representa entre un 16 y un 17 por ciento de la producción mundial de energía. «Una vez dicho esto, hay que decir que, aunque emite menos CO2, plantea otros problemas, pero en todo caso son los Estados los que soberanamente deben decidir sobre el tipo de energía que quieren adoptar», dijo durante la conmemoración del Día Meteorológico Mundial, acompañado de la ministra de Medio Ambiente en funciones, Cristina Narbona.
El presidente del IPCC, organismo que en 2007 recibió el premio Nobel de la Paz, compartido con Al Gore, se había reunido por la mañana con la vicepresidenta del Gobierno en funciones, María Teresa Fernández de la Vega.
Para Pachauri, España y la región mediterránea tienen un papel importante que jugar porque el impacto del calentamiento global en la zona será «serio», según informa Ep. Por otro lado, se mostró optimista respecto a la consecución de un acuerdo mundial de reducción de emisiones de CO2 para 2020, de acuerdo a la «hoja de ruta» acordada en Bali y valoró decisiones como la de la UE (que ha decidido rebajarlas un 20% de forma unilateral) para alcanzar un consenso.
Por su parte, la ministra de Medio Ambiente destacó que, aunque todavía no se ha formado el nuevo Gobierno y se desconocen los nombres de las carteras ministeriales sí se sabe ya que el Ejecutivo dará un protagonismo especial al Cambio Climático. En el acto, dedicado este año a la Observación del Planeta, también estuvo presente el director general de la Agencia Estatal de Meteorología, Francisco Cadalso.
ABC, Martes 25 de marzo de 2008

18 marzo 2008

Mallorca, entre las ocho zonas costeras más amenazadas del mundo

ANNA GRAU. NUEVA YORK.
Ya no es sólo el panel intergubernamental de Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático; ya no son sólo los científicos o los activistas medioambientales. Ya es la gente del dinero la que cree que ha empezado a correr la cuenta atrás para la destrucción de ocho paraísos turísticos del mundo, entre ellos las costas de la isla de Mallorca. Lo dice la revista Forbes.
La novedad del enfoque de Forbes es que va terriblemente a lo práctico. Para empezar elogia la capacidad del litoral mallorquín de atraer una gran cantidad de turistas y celebridades, a veces hasta un punto excesivo, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de una isla, es decir, que llega un momento que ni el territorio ni los recursos dan más de sí, no se pueden estirar como un chicle.
Entonces, la intensísima demanda turística, sumada a los efectos del cambio climático, ha producido en Mallorca una escasez crónica de agua que ya obliga a importarla en barco. Un hecho que, por sí mismo, acabará por comprometer seriamente a la industria turística que es la causa del problema: porque no habrá suficiente agua para los turistas y porque esto comportará crecientes tensiones entre los turistas y la población local.
Un diagnóstico parecido se hace para la isla de Phuket, en Tailandia, otro elíseo de alucinantes playas arenosas, pero donde ya conocen la situación de que los hoteles se queden sin agua del grifo en plena temporada alta, y eso que son hoteles muy, muy de lujo.

Amenazas encadenadas
Siguen en este ranking del riesgo las islas del Caribe, otro destino turístico de primera magnitud, así como la sede del 7% de todos los arrecifes de coral del mundo. Allí no solo sobran turistas y falta agua: el científico y conservador marino Mark Spalding habla de una «sinergia de amenazas», donde un problema lleva al otro y al otro: el calentamiento de las aguas blanquea y debilita los corales que protegen muchas especies marinas y también las costas de la erosión, se multiplican las tormentas tropicales, hay menos peces, lo cual lleva a la sobrepesca, etc.
La pesca es la segunda gran preocupación que la revista expresa acerca de las costas del golfo de Maine, un santuario del turismo norteamericano interior, pero también de las langostas más famosas del país. Las alteraciones climáticas pueden dar al traste con las dos industrias, según estudios publicados en Science.
También hay alerta roja para las costas centrales de Chile, donde el cambio climático exaspera la amenaza de una polución galopante. En las costas del noroeste del Pacífico -del centro de Oregón al sur de Canadá- y en el Mar del Norte el agua se está quedando sin oxígeno, la población de peces desciende alarmantemente y ya hay mutaciones que dan peces macho con características femeninas. Al este de Filipinas la sobreexplotación pesquera está acabando con los manglares que protegían las costas de las tormentas, filtraban las impurezas de las aguas y preservaban la renovación de la fauna marina.
Forbes pone todos estos datos en sazón económica, y la lectura no puede ser más preocupante. Los estadounidenses gastaron sólo en 2006 733.000 millones de dólares (465.000 millones de euros) en turismo playero internacional, siendo España, Italia y México sus destinos favoritos.

El negocio, en peligro
Está claro que peligra no ya el ecosistema amenazado a veces por la avidez de negocio, sino el negocio mismo: se impone un «turismo sostenible», como el comercio justo, para no matar la gallina de los huevos de oro y que los tesoros que atraen visitantes y divisas no desaparezcan en el fondo del mar.
Este sería el punto de acuerdo entre las Naciones Unidas y los empresarios. Brian Mullis, presidente de la organización Turismo Sostenible Internacional, afirma que está en la mano de los mismos usuarios, los turistas, dictar unos hábitos de consumo que obliguen a la industria a adoptar prácticas más eficientes.
La clave es cambiar el chip: respetar el medio ambiente no se debe hacer por altruismo (que también) sino por el más elemental de los egoísmos. En ese sentido empiezan a florecer entidades sin ánimo de lucro que aglutinan países y redes de operadores turísticos para optimizar prácticas y recompensar el turismo «bueno». Hay por ejemplo entidades que orientan al turista responsable hacia aquellos circuitos hoteleros donde la sostenibilidad está más garantizada.
La coincidencia entre la alarma medioambiental y la económica se da sobre todo en aquellos países o comunidades donde la dependencia del turismo es total o por lo menos ha eclipsado casi el resto de actividades. Es la clase de escenario que resulta familiar a los antiguos pobladores de Mallorca.
ABC, Martes 18_3_2008

Las emisiones de CO2 en 2006 descendieron un tercio menos de lo estimado

EUROPA PRESS
MADRID.- Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) descendieron 2,6 puntos en España en el año 2006 respecto al año base 1990. Esta cifra significa 1,4 puntos de descenso menos de lo estimado incialmente.
Hasta ahora la cifra que se manejaba era de un 4%, por lo que la cifra definitiva para el año 2006 queda establecida en un 49,35% más que en 1990.
El Departamento de Cristina Narbona comunicó el pasado jueves por la tarde de forma preliminar a la Comisión Europea el Inventario de Gases de Efecto Invernadero de España con los datos oficiales de las emisiones en 2006.
La aprobación formal del Inventario la realizará la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos en su próxima reunión.
"Las cifras reflejan una reducción de un 1,7 por ciento respecto al año anterior. Se trata de la primera reducción significativa de las emisiones GEI desde la aprobación del Protocolo de Kioto", añade Medio Ambiente en su comunicado.
En este sentido, reconoce que "los datos oficiales muestran una reducción algo menor que las cifras estimadas en abril del año pasado en el Informe elaborado por el World Watch Institute de España y Comisiones Obreras".
Hasta ahora, con una estimación de decrecimiento de emisiones del 4% se creía que, en conjunto, habían aumentado las emisiones de GEI un 48,05% desde 1990, cuando el Protocolo de Kioto sólo permite a España un aumento del 15% respecto a los niveles de 1990, en el periodo 2008-2012.
En estos momentos, las últimas cifras oficiales indican, por tanto, que el nivel de emisiones hace dos años era un 49,35% superior al de 1990, es decir, una diferencia de 34 puntos. El Ejecutivo preveía que las emisiones de 2008 superarían un 37% los niveles de 1990 (todavía no se conocen los niveles de emisiones de 2007), por lo que su estrategia consiste en cubrir la diferencia respecto con Kioto mediante la aplicación de los llamados Mecanismos de Flexibilidad (que cubrirían un 20%) y con el efecto positivo de los sumideros de CO2, básicamente bosques (el 2% restante).

El coste de estas acciones rondará entre 2.000 y 3.000 millones de euros.
A partir de 2012, la UE prepara una estrategia que obligará a los sectores industriales a reducir al menos un 20% las emisiones respecto a 1990. En el sector difuso (vivienda, agricultura, transporte), no incluido en las obligaciones de Kioto, a España le correspondería una reducción de emisiones del 10% en 2020 respecto a los niveles de 2005.
Una cifra que el Gobierno considera que debería rebajarse, mientras que los ecologistas la critican por leve, dado que permitiría al país aumentar sus emisiones más del 30% en 2020, respecto a los niveles de 1990.

Otros gases
El Inventario no solamente presenta los datos de los gases de efecto invernadero sino que también contiene otros gases contaminantes que afectan a la calidad del aire como son los óxidos de nitrógeno (NOx), el dióxido de azufre (SO2), los compuestos orgánicos volátiles (COV), y el amoníaco (NH3).
Los resultados muestran que respecto a 2005 en SOx, NOx y COVs la situación ha mejorado en el conjunto de España, mostrando una bajada del 7%, 3% y del 2,5%, respectivamente. Por su parte, el NH3, aumenta un 4%, como consecuencia de los procesos del sector primario, esencialmente la agricultura.
El año pasado se aprobó la Estrategia Española de Calidad del Aire y la nueva Ley de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera, que, entre otras medidas, fija que si se superan los niveles de contaminación, las comunidades autónomas y ayuntamientos deberán elaborar planes de reducción que serán determinantes en los instrumentos de planeamiento urbanístico y de ordenación del territorio.
"Aunque 2006 fue un año de gran crecimiento económico en España y de aumento neto de la población, la eficacia de las políticas que el Gobierno ha estado poniendo en marcha empieza a mostrar efectos estables y consolidados de mejora de la situación ambiental", concluye.
EL MUNDO, Martes 18 de marzo de 2008

'Ley seca' contra la botella de agua

MARÍA GARCÍA DE LA FUENTE - Madrid -
El agua levanta pasiones, ya sea por su escasez, su precio, su procedencia y ahora, también, por su impacto ambiental. El Gobierno británico acaba de anunciar que la Administración va a dejar de consumir agua embotellada porque sus emisiones, transporte y consumo de energía perjudican el medio ambiente. En total, consumirán 250.000 botellas menos al año.
El origen de la polémica se encuentra en un documental emitido en la BBC en el que se aseguraba que un litro de agua envasada puede generar 600 veces más CO2 que otro procedente del grifo. Varios políticos británicos criticaron después el consumo de aguia envasada, mientras que conocidos chefs londinenses y el propio alcalde de la capital, Ken Livingstone, pedían a los consumidores que no se avergonzaran de pedir agua de grifo.
Y es que el consumo del agua embotellada plantea dilemas ambientales. Julio Barea, de la Campaña de Contaminación de Greenpeace, afirma que el agua embotellada "es insostenible", ya que genera residuos y emisiones. Según Barea, para fabricar cada botella de un litro se consumen otros cinco litros de agua en el proceso y, según denuncia, en la mayoría de los restaurantes se ofrece primero la botella de agua y no la jarra. El experto destaca la iniciativa del Ayuntamiento de San Sebastián, que regaló jarras a los hosteleros para que sirvieran el buen agua de grifo de la ciudad.
Los fabricantes del material plástico de las botellas, el PET (Politereftalato de etileno, plástico derivado del petróleo), dicen, sin embargo, que el agua utilizada en el proceso de fabricación de un envase es "prácticamente nula": sólo se emplea para refrigerar los moldes en un circuito cerrado. Además, explican, el agua se recicla, y para un envase de 1,5 litros se emplea 1,9 mililitros de agua.
España es el cuarto productor europeo de aguas envasadas, después de Italia, Alemania y Francia. En 2006 se produjeron 5.765 millones de litros de agua envasada y, por tanto, millones de envases. Los ecologistas los consideran innecesarios, pero la industria argumenta que el año pasado se recicló un 40% más de envases que lo que marca la directiva europea. En cuanto a las emisiones, la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de bebida Envasada ANEABE afirma que son "mínimas", sin especificar.

También en España
En todo caso, la propuesta inglesa no es tan novedosa. El Ministerio español de Medio Ambiente lleva ya más de dos años sin comprar botellas de agua para sus actos públicos, según fuentes del departamento. En España es difícil saber cuánta agua consume la Administración, ya que ni el Grupo Arturo Cantoblanco, encargado de las contratas del Congreso y el Senado, ni Presidencia del Gobierno, han facilitado sus cifras a este periódico. Lo que sí está claro es que una decisión similar a la del Ejecutivo de Gordon Brown tendría un importante impacto en las 93 empresas que en España embotellan agua.
En los hogares se consume una media de 120 litros de agua envasada por persona al año. La producción total de las aguas embotelladas equivale al consumo de agua de tres días en ciudades como Barcelona y Madrid. Es un consumo minoritario. Bezoya explica que las aguas envasadas tienen un origen subterráneo, "por lo que la sequía o los grandes niveles de precipitaciones no tienen incidencia en el nivel de los acuíferos subterráneos". Cada año, el nivel medio de precipitaciones en España es de 340.000 hectómetros cúbicos, y en la producción de aguas envasadas se consume 600.000 veces menos, añade la compañía.
El sector está en auge, ya que registra crecimientos anuales en torno al 13%, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y aunque los embotelladores no publican datos desglosados, es probable que este consumo sea mayor en las localidades con peor agua de grifo (mal sabor), y que haya diferencias sustanciales or comunidades autónomas.

¿Un alimento?
El agua de grifo es potable en toda España y de buena calidad en ciudades como Madrid o el norte peninsular. Sin embargo, los fabricantes dejan muy claro que, a diferencia de lo que ocurren en Reino Unido, en España el agua embotellada no es agua de grifo en botella, sino un "producto alimentario, como la leche, la cerveza o los refrescos, que también se embotellan", según fuentes del sector.
Las primeras aguas mineromedicinales, de hecho, se vendían en farmacias, pero en los años 50 comenzaron a comercializarse en tiendas de alimentación y hoy incluso se ofrecen como productos exclusivos en algunos restaurantes siempre destacando sus "beneficios para la salud". La diferencia principal entre el agua de grifo y la embotellada es que la primera suele proceder de aguas superficiales depuradas y tratadas para que sea apta para el consumo, mientras que las embotelladas recogen el agua de "acuíferos, puras y que preservan intactas sus características originales", explica la ANEABE, que agrupa a 93 compañías españolas, con 4.500 empleados.
En todo caso, hace cinco años se celebró el Año Internacional del Agua Dulce y los estudios realizados para la ocasión no lograron clarificar la aportación adicional de minerales del agua embotellada respecto a la de grifo. Las autoridades mineras de cada comunidad autónoma son las que conceden un caudal máximo de explotación a las empresas. Las aguas embotelladas se someten a análisis diarios de control bacteriológico, y a analíticas físico-químicas trimestrales. Los acuíferos y manantiales de agua mineral están asociados históricamente a los balnearios y una cosa está clara: el agua es per se buena para la salud, pero la polémica sobre los beneficios de un agua embotellada frente a la de grifo está servida.

La producción equivale al consumo
5.765 millones de litros
En 2006 se produjeron casi 6.000 litros de aguas envasadas en 2006. El 95,03% fue de aguas minerales naturales; el 2,27%, de manantial; y el 2,20%, de potables preparadas.
3 días de consumo
Estos casi 6.000 litros equivalen al consumo de tres días en ciudades como Barcelona y Madrid.
96% agua sin gas
En España, al contrario que en el resto de Europa, las aguas sin gas son las preferidas por casi la totalidad de los consumidores.
2 litros al día
La Organización Mundial de la Salud recomienda el consumo diario de al menos dos litros de agua al día, aunque en el caso de los hombres se puede llegar hasta tres.
219 litros diarios
Es el gasto medio de cada español en agua de grifo, incluyendo lavadoras y aseo personal.


PÚBLICO, Martes 18 de marzo de 2008