27 noviembre 2009

La eólica generó hasta agosto el 45% de la energía renovable e ingresó sólo el 24% de las primas

MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) - El presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), José Donoso, defendió hoy la contribución de la energía eólica a la riqueza nacional y aseguró que, entre enero y agosto, esta fuente de generación produjo el 45% de la energía renovable, pero sólo recibió el 24% de las primas destinadas al régimen especial.
Durante su participación en un encuentro sectorial organizado por el Club Español de la Energía (Enerclub), Donoso sostuvo que la eólica es una fuente "madura" que "ha creado un sector propio", por lo que pidió que en los análisis económicos críticos con las renovables se tenga en cuenta su aportación.
Según los datos ofrecidos por Donoso, elaborados por la Comisión Nacional de la Energía (CNE), la relación entre contribución y primas de la eólica contrasta de forma significativa con la de la solar, que hasta agosto produjo el 8% de la energía renovable e ingresó el 46% de los incentivos.
Mientras, la cogeneración produjo el 27% de la electricidad de fuentes renovables y recibió el 17% de las primas, frente a la hidráulica, que obtuvo el 4% de las primas tras producir el 8% de las renovables.
Por otro lado, Donoso explicó a los periodistas tras participar en el acto de Enerclub que la AEE "no está satisfecha" con los cupos para el desarrollo de nueva potencia eólica aprobados recientemente por el Consejo de Ministros.
"El sector ha estado instalando de media 2.000 megavatios (MW) al año, y ahora se reduce a 1.700 MW" anuales de media, explicó, antes de urgir al Gobierno a que apruebe la nueva legislación para el sector, que deberá sustituir a la recogida en el real decreto 6/2007.
AEE desea un nuevo marco regulatorio que "permita recuperar la credibilidad" del sector y que "dé una señal" acerca de las garantías de inversión en la actividad eólica, añadió Donoso.
Por otro lado, el presidente de la patronal eólica aseguró que con un precio del barril "en torno a los cien dólares" la energía eólica no necesita primas y funciona en condiciones de rentabilidad, lo que ya ocurrió durante buena parte del ejercicio pasado.

EUROPA PRESS, Lunes 23 de noviembre de 2009

Lula: "La propuesta de EE UU para Copenhague está muy por debajo de su responsabilidad"

AGENCIAS - Manaos
Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Francia, Nicolas Sarkozy, manifestaron este jueves conjuntamente su optimismo sobre el éxito de la conferencia del clima que arranca el 9 de diciembre en Copenhague, especialmente después de que EE UU y China hicieran públicos sus propósitos para luchar contra el calentamiento global. "Hace una semana no había números de EE UU ni de China. Hoy ya los hay. Hace una semana parecía que la cumbre de Copenhague sería un fracaso, pero hoy ya se puede esperar otra cosa", dijo Lula en una rueda de prensa con Sarkozy posterior a una reunión en Manaos de los países amazónicos, entre los que se incluye Francia, para definir una posición conjunta antes de la cita danesa. Washington anunció el miércoles que llevará a la cita danesa el compromiso de reducir los gases contaminantes en un 17% para el año 2020 frente a los niveles del 2005, mientras que Pekín ha desvelado un plan de eficiencia energética para disminuir entre un 40% y un 45% la emisión de CO2.
No obstante, pese a elogiar la decisión de Estados Unidos de anunciar un compromiso, Lula considera insuficiente la propuesta presentada por Obama. "Quizá sea lo máximo que él puede hacer en función de las circunstancias políticas internas, pero está muy por debajo de aquello que es la responsabilidad histórica y el papel de EE UU en este mundo globalizado, como está muy por debajo la propuesta de los países desarrollados de Europa", explicó el líder brasileño en una entrevista con Efe.
El presidente francés suscribió el optimismo de su homólogo brasileño y aseguró, por su parte, alabar el "coraje" de Obama por su decisión de asistir al encuentro, además de instar a todos los jefes de Estado, como ya lo decidieron los de la UE, a asistir a la cumbre de Copenhague.
Compromiso en Amazonia
Los países que comparten la Amazonía (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam, Venezuela y Francia, que controla una pequeña parte en su departamento de ultramar de la Guayana) suscribieron en Manaos un documento conjunto para Copenhague que subraya el principio de "responsabilidades compartidas pero diferenciadas", con lo cual insta a los países desarrollados a "reducir significativamente sus emisiones (de gases contaminantes), de acuerdo con sus responsabilidades históricas".
Según el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, organizador y anfitrión de la cita, los países desarrollados destruyeron hace mucho tiempo todos sus bosques y por eso tienen más responsabilidad en la reducción de las emisiones y en la ayuda a los países en desarrollo a combatir el calentamiento global. Por ello, los amazónicos pedirán en la cita de Copenhague que se fijen compensaciones de las naciones ricas a las que están en desarrollo por sus esfuerzos en el combate contra el cambio climático. Nuestros países ya están sufriendo sus impactos y su superación exige apoyo internacional suficiente y previsible, por razones de equidad", agrega el texto.
En la reunión de Manaos estuvo presente también el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que aseguró que el objetivo del grupo es realizar una propuesta "muy precisa" para evitar volver a quedarse en términos generales como ocurrió con el Protocolo de Kioto, que está a punto de caducar.
El documento reafirma la propuesta hecha por el Grupo de los 77 y China para que la ayuda de los ricos a los pobres para acciones de combate al calentamiento sea equivalente a entre el 0,5% y el 1,0% del PIB de los países en desarrollo. En compensación por la ayuda financiera y tecnológica para sus proyectos para mitigar el efecto invernadero, los países amazónicos se comprometen a esforzarse para "garantizar que el crecimiento económico sustentable, inclusión social y sustentabilidad climática avancen de manera convergente y armoniosa".
EL PAÍS, Viernes 27 de noviembre de 2009

26 noviembre 2009

China anuncia un importante plan de eficiencia energética para ralentizar las emisiones de CO2

JOSÉ REINOSO - Pekín
China ha anunciado un importante plan de eficiencia energética con el objetivo de reducir entre un 40% y un 45% la cantidad de emisiones de CO2 por unidad de PIB (productor interior bruto), concepto conocido como intensidad de carbono, entre 2005 y 2020. Se trata de la primera vez que Pekín pone números a sus esfuerzos para controlar los gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, pero el compromiso no significa que el país asiático vaya a recortar el total de sus emisiones en ese plazo, ya que dependerá de la evolución que siga su economía. Lo más probable es que al ritmo de desarrollo que vive el país, la cifra global aumente, aunque a menor ritmo de lo que lo hubiera hecho. El Gobierno también ha dicho que el primer ministro, Wen Jiabao, asistirá a la cumbre de Copenhague sobre el cambio climático el mes que viene.
El anuncio se produce un día después de que Barack Obama, que también acudirá al cónclave danés, revelara que Estados Unidos disminuirá las emisiones de CO2 el 17% en el mismo plazo, el 30% para 2025, y el 83% para 2050.
El Consejo de Estado chino ha afirmado que el plan "es una acción voluntaria tomada por el Gobierno teniendo en cuenta las condiciones nacionales y es una gran contribución a los esfuerzos para luchar contra el cambio climático". India, otro de los mayores responsables del calentamiento global, ha propuesto una política similar de ligar sus emisiones de CO2 al crecimiento del producto interior bruto.
Expertos chinos han calificado el programa chino de ambicioso, pero fuentes diplomáticas europeas en Pekín aseguran que los objetivos que Estados Unidos y China puedan llevar a Copenhague son modestos, y "se enmarcan en lo que ambos países hubieran hecho en cualquier caso". Insisten, sin embargo, en que "hubiese sido peor un rechazo total, no anunciar nada". "Hubo un momento en que pareció que iba a ocurrir así, pero en los últimos días ha habido bastantes movimientos", señalan.
Los expertos consideran que para que China pueda lograr su objetivo tendrá que potenciar el uso de energías limpias, como la solar y la eólica, modernizar sus centrales térmicas y buscar nuevas formas de reducir la dependencia del carbón como fuente de generación eléctrica. Pekín también va a potenciar el uso de la energía nuclear.
El Gobierno ha dicho repetidas veces que quiere obtener compromisos con cifras para los países desarrollados en Copenhagen, mientras ha rechazado estos para sí. Pekín afirma que es injusto medir a todos con la misma vara, puesto que el calentamiento global ha sido causado principalmente por las naciones más avanzadas en su proceso de industrialización desde hace más de 100 años.
El plan chino de ralentización de emisiones de CO2 se enmarca en el programa de eficiencia energética lanzado hace unos años, por el que quiere reducir un 20% el consumo de energía por unidad de PIB entre 2005 y 2010. Pekín está basculando hacia un modelo de desarrollo más sostenible, consciente de los riesgos medioambientales y para la estabilidad social que supone la política de desarrollo a cualquier precio practicada las últimas décadas.
EL PAÍS, Jueves 26 de noviembre de 2009

Obama da oxígeno a Copenhague

ANTONIO CAÑO - Washington -
Barack Obama participará, finalmente, en la cumbre de Copenhague sobre el clima y hará público un compromiso de reducción de emisiones de gases por parte de Estados Unidos a corto, medio y largo plazo, según anunciaron ayer fuentes del Gobierno norteamericano. Pero, con toda probabilidad, su presencia no se verá respaldada por una legislación del Congreso norteamericano que le permita asumir acuerdos legalmente vinculantes.
Obama estará en Copenhague el día 9, al comienzo de una cumbre que durará 12 días y antes de la llegada de la mayoría de los otros 60 jefes de Estado y de Gobierno que han anunciado su participación en la conferencia. La elección de esa fecha está plenamente relacionada con el hecho de que un día después el presidente estadounidense estará en Oslo para recibir el Premio Nobel de la Paz. La Casa Blanca ha considerado inconveniente que Obama eluda una visita a la reunión sobre el clima estando a menos de 500 kilómetros de distancia de la capital danesa.
Su participación en la cumbre representa, no obstante, un cierto balón de oxígeno para esa trascendental cita y podría estimular a otros líderes reticentes, especialmente el presidente de China, Hu Jintao, a seguir los mismos pasos.
"Creo que la participación de Obama puede resultar decisiva", declaró ayer en una teleconferencia desde Bonn el secretario ejecutivo de la conferencia, Yvo de Boer. "El mundo está observando atentamente lo que Estados Unidos pueda hacer en este asunto, tanto por sí mismo como con ayudas a los países en desarrollo".
La verdad es que, además de su presencia y de la exposición de sus objetivos, no es mucho lo que Obama puede hacer en estos momentos para que Copenhague culmine con éxito el objetivo con el que se convocó: la redacción de un tratado internacional legalmente vinculante que sustituya a los acuerdos de Kioto.
Obama acudirá a la cumbre sin el instrumento que él mismo había exigido como condición para firmar un tratado de esas características: una ley para la reducción de la emisión de gases en Estados Unidos. El presidente norteamericano no quiere repetir la experiencia de Bill Clinton, cuyo respaldo a Kioto nunca fue ratificado por el Congreso.
Las posibilidades de que el Congreso estadounidense apruebe una legislación sobre el cambio climático previa a la conferencia de la ONU siguen siendo las mismas que antes de que se conociera el viaje de Obama, es decir, casi nulas.
En su defecto, el presidente norteamericano se limitará a exponer los objetivos recogidos en el proyecto de ley que fue aprobado en junio por la Cámara de Representantes y que reposa desde entonces en un cajón del Senado.
Esos objetivos son: la reducción para 2020 del 17% de las emisiones con respecto a los niveles de 2005, una reducción del 30% para 2025, un 42% para 2030 y un 83% para 2050.
Esas metas representan un enorme avance si se comparan con la situación en la que Estados Unidos se encontraba hace apenas dos años, cuando ni siquiera reconocía la responsabilidad del desarrollo humano en el cambio climático.
El principal inconveniente para el progreso de Estados Unidos en esta materia no es, sin embargo, el punto de vista de Europa, sino la actitud de los grandes países emergentes con los que actualmente compite la economía norteamericana, como Brasil, India, Indonesia y, particularmente, China.
Es difícil que el Congreso estadounidense adopte medidas audaces para la reducción de emisiones si esas medidas no van acompasadas por otras en Pekín. Obama ha tratado en las últimas semanas de allanar el terreno para ello, pero con un éxito muy relativo.
En su reciente visita a China, Obama consiguió que los dos países expusieran de forma conjunta su preocupación por el cambio climático y su voluntad de negociar instrumentos para combatirlo. Pero no alcanzó, al menos públicamente, acuerdos concretos para salvar Copenhague.
De hecho, unos días antes, durante la presencia de Obama y Hu en la cumbre de la Asociación Asia-Pacífico en Singapur, todos los participantes en ese evento comunicaron al primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, que sería imposible conseguir un tratado legalmente vinculante en la conferencia de la ONU.
En su lugar y para sacar adelante en lo posible la reunión, las delegaciones -incluidos Estados Unidos y China- negocian ahora un acuerdo de carácter político, un compromiso para seguir discutiendo sobre un texto legal con vistas a la siguiente conferencia del clima, prevista para el próximo año en México.
Un compromiso así, que podría verse facilitado por la presencia de Obama en Copenhague, le serviría al presidente norteamericano para presionar al Congreso a actuar. En última instancia, no obstante, sería necesario llegar a un acuerdo con China para que la promesa de reducción de emisiones llegara a ser una realidad.
EL PAÍS, Jueves 26 de noviembre de 2009
Imagen: El País