18 febrero 2010

Dimite el secretario de la ONU para el cambio climático

AGENCIAS - Londres

El jefe de la ONU para el cambio climático, Yvo de Boer, ha anunciado que abandonará la secretaría de la Convención de Naciones Unidas -institución que lidera desde 2006- en julio después de que la organización de la Cumbre de Copenhague en diciembre no llegase a ningún acuerdo.
"Ha sido una decisión difícil, pero creo que ha llegado el momento de asumir un nuevo reto, trabajando sobre el clima y la sostenibilidad en el sector privado y académico", ha explicado De Boer en un comunicado. "Copenhague no nos ha provisto de un claro acuerdo en términos legales, pero el compromiso político el sentido de dirigirse hacia un mundo de bajas emisiones es irrefrenable. Esto requiere nuevas alianzas con el sector empresarial y ahora tengo la oportunidad ayudar a que suceda", ha añadido.
La Cumbre, calificada como "decepcionante" por la UE, no solo se convirtió, después de días de negociaciones en vano, en terreno prácticamente valdío en acuerdos, sino en un fracaso organizativo que se saldó con varios incidentes y detenciones de manifestantes durante las protestas ecologistas.
De Boer seguirá en su actual puesto hasta el próximo 1 de julio y ayudará a dirigir las negociaciones hacia la XVI conferencia de las Partes de la Convención (COP XVI), que tendrá lugar en México en noviembre de este año. "Los países responsables del 80% de las emisiones de CO2 han remitido planes nacionales y medidas para luchar contra el cambio climático. Esto subraya sus compromisos de hacer frente al calentamIento global y trabajar hacia la consecución de un acuerdo en Cancún", explica.
Antes de su elección como secretario ejecutivo de la Convención de la ONU para el Cambio Climático, Ivo de Boer trabajó en las políticas medioamientales de la UE como director general del Ministerio Holandés de Medio Ambiente. También fue vicepresidente de la Comisión de la ONU sobre Desarrollo Sostenible, donde actuó como asesor del Gobierno chino y del Banco Mundial y trabajó muy cerca del Consejo Mundial Empresarial de Desarrollo Sostenible.
EL PAÍS, Jueves 18 de febrero de 2010
Imagen: El País.

15 febrero 2010

...Y de la mina nació el bosque.

Raquel Bonilla – Madrid
Mil plazas de párking , capacidad para más de 2.300 personas y una superficie equivalente a diez campos de fútbol. Las cifras del edificio de la sede central de la compañía Endesa, en Madrid, son, cuando menos, gigantescas. Construido bajo los parámetros de la edificación bioclimática, este “coloso” de la arquitectura tiene, sin embargo, un gasto energético anual de 23 millones de kilovatios hora (kWh) – el 66 por ciento corresponde al consumo de electricidad y el 34 por ciento al de gas -, lo que se traduce en la emisión de más de 10.500 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año a la atmósfera. A pesar de estos datos, la sede central de Endesa tiene el objetivo de convertirse en un “edificio cero emisiones”. ¿Misión imposible? Parece que no.
El secreto está en compensar el cien por ciento de las emisiones de CO2 derivadas de las oficinas a través de un ambicioso plan de reforestación en la antigua explotación minera de As Pontes de García Rodríguez, en La Coruña. “Pero antes de contrarrestar lo que emitimos era necesario reducir el consumo energético del edificio”, confiesa Arturo Maldonado, director de Patrimonio de Endesa. El objetivo ya está cumplido, pues gracias a un plan de ecoeficiencia desarrollado por la eléctrica entre 2004 y 2008 – en el que se incluyó la aplicación de medidas como mejorar los sistemas de climatización e iluminación, cambiar algunos hábitos de consumo o autoproducir energía con paneles solares fotovoltaicos -, la compañía ha reducido en más de un 18 por ciento el consumo de electricidad del edificio, en un 27 por ciento el de gas y en cerca de un 29 por ciento el de agua.
“Con estas medidas, la sede redujo su gasto energético anual a casi 20 millones de kWh, lo que significa la emisión de algo más de 9.000 toneladas de CO2 al año. Según una auditoría energética, para capturar estas emisiones durante los próximos 25 años era preciso reforestar unas 600 hectáreas de suelo, plantando unos 400.000 árboles. Pero hemos ido más allá, ya que bajo el proyecto cero emisiones, desarrollado entre 2008 y 2012, se tiene previsto reforestar cerca de 700.000 árboles en 750 hectáreas de terreno en As Pontes equivalentes a la mitad de la Casa de Campo de Madrid”, detalla Maldonado.
Al tratarse de una superficie de características heterogéneas en cuanto a orografía, orientación y tipo de suelo, la realización de un plan técnico forestal en la antigua mina de As Pontes fue el primer paso que permitió establecer el índice de especies más adecuadas para crear un hábitat apropiado. “El objetivo de la restauración de cualquier zona de actividad minera es buscar la integración paisajística y la aparición de vegetación y fauna de forma natural. De ahí que la selección de las especies a plantar sea clave”, afirma Miguel Colomo, director de Producción Minera de Endesa.
Más de 33.000 Castaños.
A finales de este mes de febrero ya se habrán plantado manualmente más de 78.000 especies autóctonas de alto valor ecológico en cerca de 82 hectáreas de terreno. En concreto, se han sembrado 33.720 castaños, 29.730 pinos, 7.331 abedules y 7.321 arces. “La selección y la proporción de las especies es muy acertada, ya que el castaño, el arce y el abedul son las frondosas más características de esta zona de Galicia. Su crecimiento será rápido”, explica José Luis García de Ángela, vocal de Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y profesor de la Universidad Politécnica de Madrid.
El mecanismo de fijación de dióxido de carbono es relativamente sencillo. Los árboles, mediante fotosíntesis, absorben CO2 de la atmósfera para su crecimiento, fijando el carbono en sus células. “Pero además de paliar las emisiones, la nueva plantación de una masa forestal de calidad disminuye la erosión, mejora la regulación hídrica de la zona y genera biodiversidad, incrementando sensiblemente el valor de los terrenos”, puntualiza Maldonado.
Sin embargo, tal y como matiza García de Ángela, “no basta con plantar y quedarse en una mera cifra. Para hablar de una plantación agroforestal sostenible hay que llevar un control de la misma, con revisiones y estudios de calidad externos, además de generar puestos de trabajo y dar rentabilidad al terreno”. A este respecto, Maldonado asegura que “aunque nos planteamos obtener alguna certificación, dado que las empresas participantes y las propias plantes están amparadas por certificados de calidad, hemos decidido que no se hará en las fases iniciales del proyecto”. Lo que sí está previsto es la realización periódica de controles de plantes perdidas y, posteriormente, su reposición, así como la creación de puestos de trabajo, aún sin determinar. En cuanto a la rentabilidad del terreno, en un futuro se podrá vender la madera, pero ese no es el objetivo principal de Endesa.
Buen ejemplo de que el proyecto no caerá en caso roto es la cifra de más de un millón y medio de árboles y un millón seiscientos mil arbustos que ya ha plantado la eléctrica en las escombreras de sus antiguas minas a cielo abierto, como la de Andorra, en Teruel, la de Puertollano, en Ciudad Real, o la de Peñarroya en Córdoba. Y no es únicamente cuestión de números. “Merece la pena fijarse en As Pontes, donde la recuperación va camino de convertirse en un espacio natural singular, con 600.000 árboles, extensas praderas y centenares de animales veterbrados, como el corzo o el lobo, que ahora pueblan el paraje y avalan la validad del trabajo realizado”, afirma Colomo. “No estaría de más que proyectos así sirvieran de ejemplo a seguir”, concluye García de Ángela.
Objetivo: 10 millones de árboles
El denominado proyecto “cero emisiones” no termina con la plantación de 700.000 árboles y la compensación del cien por cien de las emisiones de CO2 producidas por las oficinas centrales de Endesa. De hecho, eso es tan sólo el primer paso de un propósito mucho más ambicioso: plantar diez millones de árboles en 10.000 hectáreas en el plazo de los próximos diez años, lo que supondrá la absorción de más de 200.000 toneladas de CO2 al año. Gracias a este plan global, la compañía eléctrica pretende compensar las emisiones de dióxido de carbono relativas a todas las sedes territoriales de la firma en España (en total son 12 delegaciones). Pero no sólo eso, ya que, además, está previsto desarrollar el programa “huella ecológica”, con el fin de neutralizar las emisiones que producen todos los empleados de la compañía en los desplazamientos realizados por motivos de trabajo, lo que supone la implicación de los trabajadores en la política medioambiental de la empresa. El último escalón de la gran meta tendrá como objetivo implantar aquellas medidas que hagan posible que se compensen las emisiones de los clientes.
“La reforestación, a diferencia de otras medidas tecnológicas, no requiere de un período de desarrollo; su coste es moderado y es uno de los mecanismos con mayor potencial para la mitigación de los efectos del cambio climático”, asegura Maldonado, quien recuerda que convertir los restos de las antiguas minas que fueron explotadas por Endesa en un frondoso bosque forma parte del compromiso de la compañía con el medio ambiente y el desarrollo sostenible.
VERDE – LA RAZÓN, Domingo 14 de febrero de 2010

12 febrero 2010

Cambio Climático, desarrollo sostenible y fiscalidad ambiental

Marta Villar Ezcurra
Catedrática Derecho Financiero y Tributario CEU San Pablo
Cambio climático y desarrollo sostenible son conceptos que han adquirido carta de naturaleza en las políticas ambientales. Representan una nueva forma de enfrentarse a los problemas de nuestro entorno, nuevos retos y compromisos políticos a nivel mundial.
El sector de la energía se ha convertido sin duda en una gran apuesta en términos de sostenibilidad. Se busca un consumo energético más eficiente, una movilización de recursos que potencie energías más limpias y la correspondiente financiación de las inversiones que sean necesarias.
Desde hace tiempo, se viene alentando el papel que debe jugar la fiscalidad ambiental para disminuir el efecto invernadero y promover la sostenibilidad en su triple dimensión ecológica, económica y social. Y muchas voces llaman la atención sobre el potencial de los flexibles instrumentos económicos de mercado como sustitutos de las políticas reguladoras.
Las iniciativas fallidas hacia un “carbón tax” a nivel mundial o hacia un impuesto a las emisiones en la Unión Europea han otorgado protagonismo a los distintos países. En algunos casos, como en Alemania, Dinamarca o Suecia, se han llevado a cabo reformas tributarias verdes, pero en otros, han proliferado impuestos pretendidamente ambientales o falsas “ecotasas”, que en realidad ni son ecos ni son tasas. Sólo se han podido reconducir a su verdadera naturaleza jurídica cuando han intervenido los tribunales.
No hay aún consenso sobre lo que es y no es tributo ambiental, ni sobre cuáles han se ser los principios rectores (el principio quien contamina paga no es un principio jurídico tributario). Tampoco es infrecuente que las categorías jurídico tributarias se manipulen al objeto de eludir las limitaciones competenciales o los principios de legalidad y disciplina presupuestaria.
En la Unión Europea, el régimen de comercio de derechos de emisión, complementado con impuestos armonizados, constituye un importante mecanismo para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Se han fijado también las tendencias de insostenibilidad que hay que frenar, de manera que el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades (así se definió el desarrollo sostenible en el Informe Brundtand, en 1987) ha pasado a integrarse en las distintas políticas sectoriales de energía, transporte, investigación y desarrollo, etc. Ya no se asocia desarrollo a progreso, sino que hablamos de sostenibilidad en una triple dimensión ecológica, económica y social.
Hoy ya no se confía a las medidas fiscales la solución de los problemas ambientales. Los últimos vientos soplan hacia la relegación del instrumento fiscal a un papel complementario de los instrumentos de mercado, y en concreto, del régimen de derechos de comercio de emisión. Pero en lugar de complementariedad hay superposición sobrevenida, hay doble regulación y como consecuencia, ausencia o multiplicidad de costes. Algunas técnicas de exención se han arbitrado como medidas de coordinación pero no todas están libres de tacha de ilegalidad. En países como Suecia o Dinamarca, la Unión Europea no ha dudado en poner en tela de juicio las rebajas o exenciones fiscales por entender que son contrarias a las Directrices de la UE sobre ayudas estatales a favor del medio ambiente.
A la vista del panorama está claro que los esfuerzos no solo deben realizarse en las Conferencias internacionales. Deben también descender al terreno de las normas para conseguir esa sabia combinación de instrumentos de acción que elimine las insuficiencias detectadas.
Quizás no sea absolutamente necesaria – ni posible – en España una reforma fiscal verde al estilo de otros países de nuestro entorno, pero debemos tratar de evitar no ya la proliferación de impuestos ambientales de dudosa constitucionalidad, sino la pérdida de competitividad de las empresas y la superposición indebida e injustificada de regulaciones y costes.
Para ello, hace falta asentar los principios de esta no tan nueva tributación ecológica y que se adopten las medidas necesarias de coordinación de instrumentos económicos y de mercado en el doble plano político y de técnicas jurídicas.
ABC NATURAL, Viernes 12 – 02 - 2010

Geoingeniería. Técnicas para “descarbonizar” el planeta

POR ARACELI ACOSTA
Desde hace décadas muchos grupos de investigación en todo el mundo trabajan en soluciones novedosas al calentamiento global. Desde fertilizar los océanos con hierro, modificar las nubes para que reflejen más la luz solar al espacio o desarrollar árboles artificiales. Ideas que en la mayoría de los casos no han pasado de proyectos y de algunas páginas en revistas científicas. El objetivo principal en la lucha contra el calentamiento global era, y sigue siendo, estabilizar la concentración dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, esto es, las llamadas acciones de mitigación que conduzcan a bajar “los humos” al planeta.
Sin embargo, en los últimos años las voces a favor de la llamada geoingeniería vuelven a oírse con fuerza, toda vez que el consenso científico apunta a que no nos podemos permitir que la temperatura media del planeta suba más de 2 grados centígrados sobre los niveles preindustriales. En los últimos cien años los termómetros ya señalan una temperatura media 0,7 grados superior a dichos niveles. Y el calentamiento continúa. Así, el año 2009 terminó como el quinto más cálido desde que comenzaron los registros meteorológicos fiables en 1850, sólo por detrás de 2005, 1998, 2007 y 2006, según los datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Por tanto, la tendencia de calentamiento es clara y parece que nos acercamos rápidamente a un punto crítico en la cuestión del cambio climático.
Y el fracaso estrepitoso de la Cumbre del Cambio Climático en Copenhague, donde las propuestas de reducción de emisiones por parte de los mayores emisores del mundo no tienen carácter vinculante, no han hecho más que acuciar un debate que hasta hace bien poco quedaba al margen de la “hoja de ruta” para luchar contra el calentamiento global.
¿Es la geoingeniería una solución definitiva al calentamiento global o un salvoconducto hasta que se generalice la llamada economía baja en carbono? El pasado mes de agosto, en un detallado estudio del Instituto de Ingenieros Mecánicos del Reino Unido, se aseguraba que la geoingeniería no es una solución global al calentamiento, no es una “panacea”, pero podría ser otro de los componentes potenciales en el enfoque del cambio climático, que podría proporcionar al mundo tiempo extra par descarbonizar la economía mundial.
Unas décadas de plazo
Según Tim Fox, uno de los autores del estudio, el planeta sólo dispone de unos décadas para reducir los gases de efecto invernadero, y en ese tiempo no será posible que se produzcan cambios radicales en la economía global, en nuestro comportamiento y en las fuentes de energía y el uso que de ellas hacemos, Mientras tanto, la solución estaría en la geoingeniería, o lo que es lo mismo, que el hombre intervenga a gran escala en el sistema climático de la Tierra. Y esto puede hacerse de dos formas: retirando los gases de efecto invernadero (principalmente CO2) de la atmósfera o reduciendo la cantidad de radiación solar que el sistema climático absorbe.
Las técnicas para intentar lograr estos objetivos son muchas y variadas. Muchas de ellas serán discutidas el próximo mes en California en un congreso que reunirá a investigadores de todo el mundo. Mike MacCracken, investigador del Instituto del Clima en Washington, y quien ha diseñado el programa científico de esta conferencia explica que ha llegado el momento de discutir sobre estas técnicas. En declaraciones a The Guardian afirma que hasta ahora “la mayor parte de la discusión acerca de la geoingeniería se centra en que se debe esperar a que lleguemos a una situación de emergencia. Aunque, bueno, la gente del Ártico puede decir que ya está en una situación de emergencia”, afirma.
Algunas de las técnicas planteadas hasta el momento sólo requieren aplicar la física y la química para manipular el clima. Así, se propone el uso de aerosoles estratosféricos, compuestos de azufre brillante que pulverizados en la parte alta de la atmósfera ayudarían a reflejar la luz solar. Sus defensores destacan que es una técnica barata y fácil; sus detractores afirman que tendría efectos secundarios en el régimen de lluvias de todo el planeta.
La misma interferencia en los patrones de lluvia, y también de viento, podría producirse en el caso del llamado blanqueamiento de nubes. Esta técnica, cuya ventaja principal radica en que puede desactivarse a voluntad, requeriría de una flota de buques por todos los océanos que se dedicarían a pulverizar un “spray” compuesto de agua de mar. La evaporación provocaría la formación de brillantes cristales de sal, que relejarían la luz solar de vuelta al espacio.
Hay otras opciones que requieren algo de imaginación y de visión futurista. Es el caso de la propuesta de poner en órbita en el espacio una especie de sombrilla gigante para bloquear la luz solar. Esta idea tendría más posibilidades si se hace con miles de millones de pequeños espejos, si bien es muy costosa e impracticable con la tecnología actual.
Técnicas de bloqueo solar
Son todas técnicas que se refieren al enfriamiento de la Tierra esquivando el reflejo solar. El año pasado, un influyente informe de la Royal Society concluyó que la geoingeniería de métodos que bloquean el sol “puede proporcionar una solución potencialmente útil de respaldo a la mitigación a corto plazo si lo que se necesita es una reducción rápida de la temperatura global en un momento dado”.
En este sentido, pero dirigida a conseguir un efecto más local, se ha lanzado muchas veces la idea de que los tejados se pinten de blanco para contrarrestar el efecto de “isla de calor” de las ciudades. Está demostrado que las ciudades con altas concentraciones de tráfico tienen hasta 4 grados centígrados más de temperatura que los suburbios o núcleos del extrarradio, lo que conlleva un mayor uso del aire acondicionado. Los expertos calculan que estos tejados reflectantes pueden reducir el consumo energético hasta un 60 por ciento.
Por su parte, Nem Vaughan, de la universidad de East Anglia (Inglaterra) y uno de los autores del estudio del Instituto de Ingenieros Mecánicos del Reino Unido, asegura que todas las técnicas que se refieren al enfriamiento de la Tierra esquivando el reflejo solar “sólo consiguen enmascarar el problema”. Por eso, desde este centro abogan por las técnicas que pretenden eliminar el carbono de la atmósfera y almacenarlo.
“Sumideros” de carbono
Además de las tecnologías ya en prueba de captura y almacenamiento de carbono en yacimientos agotados, hay sobre la mesa otras ideas que pretenden imitar lo que la naturaleza hace por sí misma. En Instituto de Ingenieros Mecánicos del Reino Unido propone adherir a la fachada de los edificios tubos llenos de algas, que se encargarían de absorber el CO2, y luego esta biomasa puede convertirse en carbón vegetal y enterrarse.
Otra de las opciones que lleva tiempo discutiéndose, con ensayos que han resultado muy polémicos, es la fertilización oceánica. Se trata de verter hierro en el mar para favorecer el crecimiento del plancton, que “atrapa” el dióxido de carbono de la atmósfera. No obstante, plantea complicaciones para hacerlo a gran escala, por lo que en los últimos tiempos esta idea pierde adeptos.
El Investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carlos Duarte explica a ABC Natural que estas técnicas “son interesantes desde el punto de vista científico, peo no son ni operativas ni fiables, además de que hoy por hoy estamos a tiempo de ejercer otras opciones”.
En este sentido, los océanos y los ecosistemas marinos son un potente “sumidero” de CO2. Hace pocos meses un informe de la ONU sobre la capacidad de absorción de los ecosistemas encargado a un grupo de científicos, entre ellos el propio Duarte, aseguraba que basta con preservar las praderas submarinas, marismas y boques de manglar para conseguir un efecto equivalente a un 10 por ciento de la reducción de CO2 necesaria para mantener la concentración de este gas en la atmósfera por debajo de las 450 partes por millón, límite considerado como máximo para que la temperatura no supere más de 2 grados.
Y es que los ecosistemas marinos como manglares, praderas submarinas o marismas, pese a ser menores en superficie que los bosques tropicales del planeta, tienen un poder entre 3 y 10 veces superior de capturar y almacenar CO2 de la atmósfera. Como dice Duarte, “lo tenemos delante de nuestras narices, así que sólo hace falta conservarlo”. Estos ecosistemas están desapareciendo a un ritmo siete veces mayor que hace 50 años, liberando por tanto el CO2 absorbido hasta el momento. Se calcula que cada año se pierde entre el 2 y el 7% de estos sumideros naturales.
Bosques en el desierto.
Los otros sumideros de CO2 están en tierra, son los bosques que día a día van perdiendo presencia como consecuencia de la conversión en tierras de cultivo y de los incendios forestales. Ante este retroceso vegetal, algunos investigadores proponen “plantar” árboles artificiales. Según cálculos del Instituto de Ingenieros Mecánicos del Reino Unido, un “bosque” de 100.000 árboles artificiales podría contribuir a reducir las emisiones de dióxido de carbono en diez o quince años.
La propiedad de estos árboles consiste en un filtro que captura el CO2 de la atmósfera, que luego se adhiere a un material absorbente y se almacena bajo tierra de al misma forma que ya se está haciendo con la captura de gases directamente de las plantas de producción.
Según el investigador y catedrático de la Universidad de Columbia, Wallace Broecker, padre del término calentamiento global y que en los últimos años respalda investigaciones encaminadas a la captura a gran escala de CO2, esta técnica “no es cara, porque el coste no está en capturar sino en extraer y recuperar el CO2 de allí donde lo hemos logrado atrapar. Las plantas de producción suelen estar cerca de las ciudades, por lo que el CO2 luego debería ser conducido al lugar donde lo vamos a enterrar. Si lo extraes directamente de la atmósfera, lo puedes hacer justo donde lo vas a almacenar. Por eso creo que lo mejor sería colocar estos dispositivos que imitan a los árboles en zonas desérticas”.
Tanta modificación del paisaje y tanta interferencia en el sistema climático siguen encontrando muchas reticencias en buena parte de la comunidad científica. Recientemente un informe de la Sociedad Sueca para la Conservación de la Naturaleza afirmaba que la geoingeniería es un “acto de geopiratería” advirtiendo que “el mundo se enfrenta al riesgo de elegir soluciones que pueden convertirse en nuevos problemas globales”; esto es, peor el remedio que la enfermedad.
Una receta para salvar la Tierra
Hace poco más de dos años, James Lovelock, autor de la Teoría Gaia, según la cual la Tierra es un organismo que se autorregula, evoluciona y está vivo, publicó una carta en la revista “Nature” en la que exponía una hipótesis para salvar nuestro planeta “enfermo”. Junto al investigador Chris Rapley, proponían “una forma de estimular la capacidad de la Tierra para curarse a sí misma, como un tratamiento de emergencia para la patología del calentamiento global”. Una autocuración posible a través de los océanos. Lo que Lovelock propone es bastante simple y tiene que ver con el ciclo natural del CO2. Introduciendo en el océano unos tubos de entre 100 y 200 metros de largo y 10 metros de diámetro, que terminan en su base en una especie de válvula batiente, se logra bombear agua, permitiendo la mezcla de las aguas ricas en nutrientes del fondo con las más pobres de la superficie. Esto provoca la fertilización de las algas, que crecerían y podrían absorber más dióxido de carbono de la atmósfera. Al mismo tiempo, estas algas convierten, gracias a la luz, el sulfato inorgánico del mar en sulfuro de dimetilo, que se oxida en la atmósfera en compuestos que atraen la humedad. Así, provoca la formación de nubes, que absorben mayor radiación solar y, por tanto, favorecen un efecto de enfriamiento.

“La geoingeniería nos aparta de lo importante”
Bjorn Stevens – Director del Instituto Max Plank de Meteorología.
El investigador Bjorn Stevens, actualmente director del Instituto de Meteorología Max Planck (Hamburgo), pasó hace unas semanas por Madrid para hacer público quien es el último galardonado con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático. Este estudioso del sistema climático habló con ABC del desafío del cambio climático, pero también abordó algunos aspectos de las técnicas de geoingeniería como solución al calentamiento global del planeta.
Dice usted que contra el cambio climático hay que actuar cuanto antes, sin esperar a conocer todos los detalles. ¿Las técnicas de geoingeniería son las adecuadas para esta acción?
La gente olvida cuánto conocemos del sistema climático, éstas son propuestas que pasan por alto ese grado de desconocimiento, porque la mayor parte de esas técnicas presuponen un conocimiento mucho más a fondo sobre el ecosistema terrestre, un conocimiento mucho más perfecto que el que realmente tenemos. La geoingeniería es una idea interesante porque nos recuerda lo poquito que sabemos. Pero sólo nos lleva a apartarnos de hacerle frente al cambio climático o gestionar los temas fundamentales dejando de lado lo que importa.
¿Lo que hace China inyectando yoduro de plata en las nubes para provocar lluvia es contraproducente?
La siembra de nubes es una técnica que se remonta a las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado. Esto fue parcialmente un instrumento de la Guerra Fría, en la se investigó mucho para intentar controlar el clima en esos años. Después de muchos pasos a lo largo de los años 70 se siguen haciendo estudios en Suráfrica e Israel, pero ha sido muy difícil dilucidar un efecto notable constatable a partir de la siembra de nubes. Localmente puedes ver que una nube se comporta de una forma diferente de lo que lo haría cuando has hecho la siembra de nubes, pero lo difícil es ver qué hubiera pasado si no se hubiera hecho. O qué pasa más lejos, a una cierta distancia. Por tanto, si realmente se está pensando en controlar el clima, haría falta antes un análisis medioambiental y para eso necesitaríamos un conocimiento más amplio, que no tenemos.
Si no podemos controlar el clima con la geoingeniería, ¿seremos capaces de reducir nuestras emisiones?
Lo que sí podemos hacer, por lo menos, es controlar nuestra conducta, nuestro comportamiento. Y no creo que pedir que se controle nuestra conducta sea demasiado pedir.
ABC NATURAL, Viernes 12-2-2010

09 febrero 2010

El Calentamiento existe

CAYETANO LÓPEZ
No siempre, y no todos los científicos proceden con el debido rigor a la hora de obtener o procesar datos experimentales. Ni tampoco los modelos o teorías científicas que son consideradas correctas suelen estar libres de carencias a la hora de explicar este o aquel dato concreto; se perfeccionan a lo largo de un proceso en el que normalmente participa mucha gente y que puede llevar mucho tiempo. La ciencia, además, posee instrumentos que permiten desmontar fraudes o equivocaciones con notable eficacia.
La reciente controversia a propósito de los mensajes intercambiados entre científicos del clima en la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, o de las incorrectas afirmaciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) acerca de los glaciares del Himalaya, son una desgraciada combinación de ambos fenómenos.
Ahora bien, las repercusiones de hechos como los descritos es distinta según el campo de que se trate. La existencia del bosón de Higgs es una cuestión vital para una minoría de científicos pero no tiene repercusión alguna sobre la vida de los ciudadanos ni sobre la prosperidad de las naciones. Sin embargo, el Cambio Climático es algo que puede suponer, de grado o por fuerza, modificaciones profundas en el modo de vida y la economía del planeta; o, dicho de otra forma, afecta a los intereses de muchas personas y corporaciones. De ahí que una discusión sobre la aparente mala fe en el análisis de los datos o las predicciones erróneas de unos pocos científicos del clima derive en la puesta en cuestión de lo que se considera, de forma casi unánime, la evidencia de la interferencia humana con el clima en las últimas décadas, debida sobre todo a las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la utilización de los combustibles sólidos como fuente de energía.
Pero la evidencia es sólida, se basa en multitud de datos contrastados y resiste perfectamente a los manejos poco escrupulosos de unos pocos. Quien examine el gráfico de la concentración de CO2 en la atmósfera terrestre en el último medio millón de años se dará cuenta de que en unas pocas décadas se ha superado de lejos el máximo histórico registrado a lo largo de ese periodo de cientos de miles de años. Y si se pone en correlación ese gráfico con el de las fluctuaciones de temperatura media planetaria, quedan pocas dudas de que algo importante, que sólo puede ser la utilización intensiva de petróleo y carbón en el último siglo, está ocurriendo.
Las predicciones sobre el tiempo en que se alcanzará tal o cual temperatura, o en que se derretirá tal o cual masa de hielo, o en las inundaciones o sequías en tal o cual región, son discutibles y están sujetas a la incertidumbre propia de un sistema tan complejo como el clima. Y se equivocan quienes insisten sobre predicciones concretas a 50 o 100 años vista, seguramente para enfatizar los peligros potenciales del cambio climático, porque no es probable que sean precisas. Pero que, de seguir con nuestros hábitos de consumo de energía, perturbaremos gravemente el balance energético sobre la superficie terrestre y, por tanto, el clima, es una afirmación sobre la que quedan ya pocas dudas.

Cayetano López es director general del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, CIEMAT.
EL PAÍS,Jueves 4 de febrero de 2010

Escaladores para reparar turbinas eólicas

Por KATE GALBRAITH
MAHANOY TOWNSHIP, Pensilvania – Suspendidos por cuendas de lo más alto de una turbina eólica gigante, dos hombres descendían lentamente por una de las astas largas y plateadas. Luego se pusieron manos a la obra a 45 metros del suelo, se empezó a oír por todas partes el zumbido de una lijadora.
Para Matt Touchette y Sequoia Haughey era otro día más en la oficina. “Un viento bastante racheado”, informa Touchette por una emisora con interferencias desde su privilegiada posición.
Los especialistas en escalada como Touchette y Haughey llevan mucho tiempo desempeñando una serie de trabajos altamente especializados, como inspeccionar grandes presas, limpiar el Monte Rushmore o reparar las plataformas petrolíferas en alta mar. Pero a medida que los parques eólicos se han ido extendiendo, las empresas de especialistas en escalada no han tardado en abrirse a una nueva actividad: arreglar turbinas para que duren más tiempo a la intemperie.
Es el trabajo ideal para las personas a las que les gusta la escalada. Rope Partner, la empresa de Santa Cruz, California, que contrata a Touchette y Haughey, fue fundada en 2001 por un ávido escalador, Chris Bley, después de que aprendiera el oficio gracias a dos alemanes a los que conoció escalando acantilados de granito en el Parque Nacional Joshua Tree en los años noventa. Los alemanes formaban parte de un equipo de escaladores que ayudaron a cubrir el Reichstag, donde se reúne el Parlamento alemán con una tela para una instalación artística. Actualmente, estos trabajos consisten en inspeccionar turbinas, limpiarlas y repararlas, algo necesario si se atasca un asta por un rayo o se estropea por el hilo. Las astas están hechas de fibra de vidrio y las tareas de reparación pueden implicar extraer la fibra de vidrio antigua y poner un material nuevo, que luego se tiene que lijar para que quede homogéneo. “Me sorprendió mucho cuando ví que realmente te podías ganar la vida trabajando colgado de una cuerda”, comenta Bley.
Al menos unas cuantas empresas pequeñas de especialistas en escalada trabajan actualmente con turbinas. Algunas, como East River Rigging de Brooklyn, con nuevas y hacen labores regionales de escalada de todo tipo. Otras, como Skala de Reno, Nevada, se pasaron a los trabajos con las turbinas eólicas cuando empezó el boom hace varios años. Rope Partner se centra únicamente en las turbinas.
Igor Stomp, presidente del comité de comunicaciones de la Sociedad de Técnicos Profesionales de Acceso con Cuerdas, calcula que el coste de un trabajo básico de un día de dos escaladores puede empezar en 2.000 dólares, y llegar a costar mucho más para tareas más difíciles. Desde la perspectiva de los técnicos, “pagan bien...para escaladores cutres”, como dice Haughey riéndose.
Ni siquiera cuando están trabajando se hartan de las cuerdas. Cuando diluvia o hace demasiado viento para trabajar de manera segura en el parque de Pensilvania, Touchette y Haughey se van a escalar a lo que Touchette describe como un “pequeño acantilado zarrapastroso en el bosque”, a unos 25 minutos.
En los días de buen tiempo, el primer paso de los dos hombres es asegurarse de que la turbina está apagada, para que no dé vueltas mientras ellos están subidos a ella, algo que podría causarles la muerte. Luego organizan con cuidado el equipo que van a necesitar ese día: mezclan productos químicos para crear una capa gelatinosa para tratar las astas, preparan algo para comer y se colocan los cascos y las cuerdas.
Tras desaparecer torre arriba, los dos escaladores parecen dos motas diminutas Cada uno está amarrado a alo más alto con dos cuerdas. Lentamente se deslizan por el asta, que mira hacia el suelo, y ponen manos a la obra. Llevan un alargador naranja, de más de 45 metros de largo, para enchufar la lijadora.
Suelen producirse los típicos accidentes industriales: Haughey, por ejemplo, una vez se pilló la punta del dedo con una parte móvil del interior de la turbina, aunque no estaba colgado en ese momento, o se les caen piezas. El día en que lijaron el asta de la turbina en Pensilvania, a Touchette y Haughey no se les cayó nada, pero avisaron a los visitantes de la base de la turbina que se pusieran en contra del viento, por si acaso.
THE NEW YORK TIMES – EL PAÍS, Jueves 4 de febrero de 2010

08 febrero 2010

Y después de Copenhague, ¿qué?

CLEMENTE ÁLVAREZ
Noche del 16 de diciembre de 2009, a sólo dos días del final de la trascendental Cumbre del Clima de Copenhague. Son las 22.30 y un agotado delegado del Estado de Tuvalu habla en el plenario. “Señora presidente, le estoy preguntando si voy a dormir esta noche”. La presidenta se acerca al micrófono: “Estoy consultando sobre cómo llevar a cabo las consultas”. Estallan las risas, pero de desesperación.
Aunque situaciones esperpénticas como ésta se han dado siempre en los plenarios de estas conferencias donde participan las 192 partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la mayoría de las nociones de la Tierra, en el decepcionante desenlace de la cumbre de Copenhague son muchos los que piensan que esta vez se han rebasado los límites. Los líderes mundiales han fallado, pero el sistema de negociación de Naciones Unidas también ha quedado en entredicho. “Hay que repensar cómo conseguir una mayor eficacia, 192 opinando cada coma y con decisión de veto dificulta demasiado las negociaciones”, comenta Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Climático, que considera que las políticas climáticas se han convertido en una pieza trascendental en las relaciones internacionales por sus implicaciones en economía, energía, competitividad, etcétera.
Habían transcurrido dos años desde que en la Cumbre de Bali se fijara Copenhague como límite para llegar a un acuerdo con el que dar continuidad más allá de 2012 al único tratado internacional para la reducción de las emisiones que causan el cambio climático, el Protocolo de Kioto. En ese tiempo, las delegaciones pasaron en 2008 por Bangkok (Indonesia), Bonn (Alemania) y Accra (Ghana); celebraron entre medias una cumbre mundial en Poznan (Polonia) e intensificaron las reuniones en 2009 de nuevo en Bonn y Bangkok, además de en Nueva York (EE UU) y Barcelona (España). Sin embargo, en los últimos días de la cumbre de Copenhague todas las cuestiones importantes seguían entre brackets (corchetes) o en blanco, y las delegaciones continuaban perdidas en laberínticas discusiones por asuntos de procedimiento. “No es que falle el sistema de Naciones Unidas, pero cuando las potencias no quieren realmente llegar a un acuerdo, no hay nada más efectivo que poner a discutir sobre procedimientos a las 192 partes”, incide el sindicalista Joaquín Nieto, uno de los más veteranos en estas cumbres.
El momento de mayor exasperación se alcanza la última noche. El Air Force One de Barack Obana ha despegado hace horas de regreso a Washington, y los líderes mundiales han dejado la cumbre a la carrera sin hacerse la foto. Nunca antes han participado tantos jefes de Estado en una conferencia climática, pero lo pactado entre el estadounidense Obama, el chino Wen Juabao, el brasileño Lula da Silva y el indio Manmohan Singh resulta un fiasco. Las tres páginas del Acuerdo de Copenhague incluyen la necesidad de frenar el aumento de la temperatura del planeta por debajo e los dos grados y establecen un importante fondo de financiación, pero dejan a cada país la decisión de cómo será su reducción de emisiones, sin fijar compromisos ni plazos vinculantes.
Y, aun así, todo puede ir a peor cuando el texto es rechazado de madrugada en el plenario por unos pocos países del G-77 (el grupo de naciones en desarrollo, que ha saltado por los aires en Copenhague): Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua, Tuvalu y Sudán (curiosamente, portavoz del G-77). Las largas intervenciones de las delegaciones se suceden sin avanzar nada. “Algunos delegados tienen vuelo a las 7.00 y a las 8.00”, comenta desesperado el representante de Senegal a las 5.56. “He dormido tres horas en tres días, dejemos de llorar”, exclama la delegada de Venezuela a las 7.14. El espectáculo resulta desconcertante.
Después de una noche en vela, un derrumbado primer ministro danés, Lars Rasmussen, arroja la toalla: “Lo siento, pero no podemos aceptar este documento...”. El que actúa como presidente del plenario admite a las 8.00 que no hay consenso está a punto de lanzar contra la mesa el martillo de madera para validar sus palabras cuando es interrumpido por los golpes del Secretario de Estado de Energía y Cambio Climático del Reino Unido, Ed Miliband. El plenario no se reanuda hasta más de dos horas después, cuando un sustituto de Rasmussen anuncia de carrerilla que la convención toma nota del Acuerdo de Copenhague y golpea a toda prisa el martillo. “Las últimas dos semanas han mostrado a veces una imagen ridícula al público”, escribía después Miliband en el diario The Guardian. “Necesitamos tener una reforma importante del organismo de la ONU que supervisa las negociaciones y de la forma en que éstas se llevan a cabo”, incide el británico, que considera que la gran pregunta es: y ahora, ¿qué?.
Tras ese golpe de martillo en el plenario se suceden otros que acuerdan continuar en la Cumbre del Clima en México, en diciembre de 2010, con los textos de las dos vías de negociación principales: la de la prolongación del Protocolo de Kioto (en la que están todos los países industrializados salvo EEUU) y la de un nuevo acuerdo que integre a todas las partes de la convenció (incluidos EEUU y países emergentes como China). “Han quedado estos dos textos con mandato para seguir en México, aunque todavía con muchos corchetes, y el acuerdo político de Copenhague, que si bien está por debajo e lo que se necesita, también integra a países que generan más del 80% de las emisiones, que no es ninguna tontería”, indica Ribera. Además, se habilita al Gobierno de México para que tome las decisiones que crea necesarias para continuar el proceso.
Con todo, los interrogantes abiertos en Copenhague son todavía demasiados. “El sistema de Naciones Unidas busca garantizar la protección del más débil, y por ello hay que preservar este sistema multilateral, pero hay que buscar otras vía”, destaca la secretaria de Estado. “Éste es un proceso tan complicado, tan transversal y tan urgente que necesita de otras formas para avanzar”.
EL PAÍS – TIERRA - , Sábado 16 de enero de 2010

China echa a España del podio eólico

Belén Tobalina – Madrid
Se puede ver el vaso medio lleno: España, con 2.459 megavatios (MW) eólicos nuevos, fue el país europeo que más potencia instaló. O verlo medio vacío: China echa a España del podio. Pero de un modo u otro, lo cierto es que nuestro país, a pesar del esfuerzo realizado, ha perdido el tercer puesto mundial en potencia eólica instalada. Así lo reflejan las nuevas estadísticas publicadas el miércoles por el Consejo Mundial de Energía Eólica (GWEC). Hoy los nuevos líderes son Estados Unidos (con 35.159 MW), Alemania (25.777 MW) y China (25.104 MW).
Haciendo honor a su extenso terreno, el gigante asiático fue el que registró el mayor incremento mundial, cadi duplicando su capacidad de generación de energía eólica. Así, mientras España lograba incrementar en un 23 por ciento su potencia en sólo un año (y pasar de 16.689 MW en 2008 a 19.149 en 2009), China superaba de lejos los 12.000 MW que tenía en 2008 y alcanzaba los 25.100 a finales de 2009. Es decir, 13.000 megavatios.
Terceros en....
Y siguiendo con estas comparativas, lo cierto es que España ha logrado convertirse en el tercer país que más megavatios eólicos ha instalado en este último año, sólo por detrás de China y de Estados Unidos. Y eso a pesar de la crisis, y eso a pesar de que 2009 ha sido un buen año para este sector, que ha incrementado en un 31 por ciento la potencia instalada en 2009, al añadir 37.466 MW en sólo un año a la potencia total acumulada, que ya alcanza los 157.899 MW. De ellos 74.767 MW están instalados en la UE.
La eólica juega por tanto hoy un papel esencial en los mercados de energía del mundo: el de las instalaciones de aerogeneradores ascendió en 2009 a unos 45.000 millones de euro y, según GWEC, alrededor de medio millón de personas trabajan hoy en la industria eólica en todo el mundo.
En el caso concreto de España, a pesar de haber instalado este año 850 MW más que en 2008, los datos no son precisamente halagüeños. El parón del sector provocado por la creación del Registro de Pre Asignación, que se ha traducido ya en la pérdida de 5.000 empleos directos y otros tantos indirectos, provocará que en 2010 se instalen únicamente 1.000 MW, la cifra más baja desde el año 2000, como aseguran desde la Asociación Empresarias Eólica (AEE).
Ahora bien, volviendo al 2009, el incremento de los casi 2.500 MW supone el aumento de un 14,74 por ciento y es el segundo mayor incremento en términos absolutos en la historia de la energía eólica. Este incremento sólo se superó en 2007, año en el que se instalaron 3.519 MW (y un aumento del 30 por ciento), aunque el de 2004 fue el mayor en términos porcentuales con un 37 por ciento, pero “sólo” 2.291 MW.
El Top Ten en capacidad acumulativa
1. Estados Unidos - 35.159 MW
2. Alemania - 25.777 MW
3. China - 25.104 MW
4. España - 19.149 MW
5. India - 10.926 MW
6. Italia - 4.850 MW
7. Francia - 4.492 MW
8. Gran Bretaña - 4.051 MW
9. Portugal - 3.535 MW
10. Dinamarca - 3.465 MW
LA RAZÓN – VERDE -, Domingo 7 de febrero de 2010.

05 febrero 2010

El clima de Europa

Cristina García – Orcoyen
Directora Gerente de Fundación Entorno – BCSD España
Parece que la resaca de la Cumbre del Clima en Copenhague se empieza a diluir al mismo ritmo que la de los festejos navideños.
Cientos de delegados, periodistas, expertos y ONGs concentrados en la ciudad de la sirenita volvieron a sus casas con el deber cumplido de haber estado AHÍ; aunque ahí realmente sobraron casi todos los que estuvieron y faltaron algunos que se quedaron en casa: me refiero a los ministros de finanzas, quienes junto a los Jefes de Gobierno, son los únicos que pueden dar una respuesta válida a los problemas planteados por el cambio climático.
El mayor de estos problemas en las actuales negociaciones es que la UE ha tratado de regular indirectamente el crecimiento económico mediante acuerdos vinculantes sobre el techo de las emisiones de carbono. Esto, en un mundo con gigantescas diferencias en los niveles y calidad de vida, y en el que los países en desarrollo están centrados en el alivio de la pobreza, es sencillamente un pasaporte al fracaso.
El dilema es de equidad. Quiénes tienen los derechos sobre qué recursos, quiénes son responsables de qué contaminantes, y quiénes han de pagar qué, son cuestiones que no pueden ser resueltas en una negociación global sólo por los ministros de Medio Ambiente; por mucho que después se esfuercen los jefes de Estado en llegar a acuerdos.
El error se repite año tras años desde el famoso Informe Brundland: estamos enviando solos a nuestros ministros de Medio Ambiente como los máximos representantes de los países porque seguimos pensando que el cambio climático es sólo un cuestión ambiental. Nos equivocamos: este fenómeno tiene graves consecuencias ambientales, pero es principalmente un problema económico que trata de cómo compartimos y repartimos costes y beneficios de forma aceptable entre cada uno de los implicados.
La comunidad científica y las autoridades ambientales ya han hecho su trabajo: sacar a la luz la gravedad del cambio climático y la necesidad de abordar esta cuestión desde todas las instancias posibles. Ahora se hace imprescindible la implicación de las máximas autoridades nacionales y comunitarias en materia de economía y finanzas.
Las cumbres sobre cambio climático convocan a científicos y ministros de Medio Ambiente para que traten de resolver un problema de recursos y de distribución económica que sólo puede ser resuelto en última instancia por los ministros de economía y Finanzas.
Por eso necesitamos que las negociaciones internacionales se abran al máximo nivel de competencia económica y financiera, porque la cuestión del debate rebasa con mucho las competencias de los ministros de Medio Ambiente, que se ven impotentes ante las decisiones a tomar.
Se apunta a la próxima reunión de México en 20010 como el momento para llegar a acuerdos vinculantes. Si es así, no podemos perder otra oportunidad, porque las consecuencias de volver a fracasar serán graves. En esta nueva cita, se habrían de cerrar acuerdos en varios frentes:
El primero en el campo de la energía, donde habrá que centrarse en la eficiencia de los recursos disponibles. El segundo sería el establecimiento de un sistema de precios correcto, que suponga la eliminación de los subsidios, un precio global para el carbón y la dotación de valor a los sumideros naturales de carbono. El tercero, el desarrollo de regulación donde los mecanismos de mercado no sean suficientemente fuertes para cambiar las costumbres y los patrones de inversión, como en la edificación o el transporte.
La UE ha sido ninguneada en Copenhague por países con mucha menos solera y compromiso en materia de cambio climático, pero de incuestionable potencia económica e influencia política a nivel global. A la Presidencia Española le toca ahora trabajar para restablecer el liderazgo del Viejo Continente de cara a la próxima cita; ser capaces de reinventarnos y conseguir salvar a la UE de un nuevo fracaso.
ABC – NATURAL, Viernes 22 de enero de 2010

Biodiversidad. 2010, un año para despertar conciencias

POR MIGUEL ÁNGEL BARROSO
Se van. Cada año, entre 15.000 y 50.000 especies. Muchas de ellas ni siquiera han sido descubiertas por la ciencia. Otras quedarán para siempre como una lámina o fotografía de un voluminoso libro. Como un recuerdo, caso del buscardo del Pirineo, el delfín de río chino o el tigre de Tasmania. El Índice Planeta Vivo, indicador de la vida silvestre sobre el planeta – obtenido del estudio de la evolución de 5.000 poblaciones de 1.686 especies de vertebrados -, ha descendido un 30 por ciento desde 1970. Esta extinción silenciosa está provocada por la deforestación y la transformación de los usos del suelo en los trópicos; el impacto de las infraestructuras y del cambio climático sobre las especies de agua dulce; y la contaminación, la sobrepesca y la destrucción de los ecosistemas marinos y costeros.
Naciones Unidas ha declarado 2010 “Año Internacional de la Biodiversidad”. Un intento de remover conciencias que puede quedarse en palabrería y papel mojado si a las buenas intenciones no se le añaden compromisos. Algo que empieza a convertirse en costumbre, como acaba de constatar la Cumbre del Clima celebrada en Copenhague. En el fondo, los escépticos piensan que nada sustancial ha cambiado en el planeta con la desaparición de las especies, que ya se han producido extinciones masivas y que hay que aplicarse el cuento de Darwin: la diversidad de la vida surgió gracias a un proceso hereditario con modificaciones en el que participamos todos, seres humanos incluidos, mediante el mecanismo de la selección natural (los mejores sobreviven y se reproducen; los peores...pasan a la historia). Pues eso: adaptarse o morir. Mientras el adiós del oso polar, el tigre de bengala o el lince ibérico no suponga un quebranto económico a la especie humana, serán muchos los que acompañen en el sentimiento a los que se preocupan. Y poco más.
Los servicios de la naturaleza
El asunto del bolsillo podría abrir una brecha. Al menos eso piensa la Comisión Europea, que acaba de presentar un Informe sobre la Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad (http://www.teebweb.org/). Su teoría: los expertos olvidan cuantificar el valor del patrimonio natural de sus países. Las prestaciones que la naturaleza nos brinda de manera gratuita tendrían un alto coste si fuera necesario reproducirlas de manera artificial, por lo que unos recursos saludables representan, además, un enorme ahorro para los estados.
Según WWF España, por primera vez la conservación no se enfoca sólo desde el punto de vista de la protección de hábitats y especies, sino también desde el enorme coste que su desaparición puede suponer. El estudio TEEB señala que los gobiernos deben adoptar mejores sistemas de contabilidad, que midan el auténtico valor de los recursos naturales y permitan integrarlos en las decisiones administrativas.
La variedad de especies, hábitats y ecosistemas de toda Europa conforma una pete invalorable de nuestras vidas. Se trata del entorno en el que vivimos, el aire que respiramos y el agua que bebemos. La adecuada conservación de la naturaleza proporciona a nuestra sociedad diferentes servicios, como puede ser el filtrado del aire, el control de inundaciones, la polinización de plantas, la purificación y almacenamiento de aguas....
La Evaluación de Ecosistemas del Milenio de la ONU señala que el 60 por ciento de los servicios generados por los recursos naturales están degradados, lo que contribuye al aumento de las inundaciones y grandes incendios forestales. Esto provoca un enorme desembolso económico para los países afectados. Por su parte, el Banco Mundial estima que por cada euro invertido en la prevención de desastres naturales, se ahorran 7 euros en pérdidas tras el desastre.
Las áreas protegidas conservan plantas medicinales imprescindibles para la industria farmacéutica y la medicina tradicional. En 2000, los fármacos obtenidos de las plantas obtuvieron unos ingresos de 30.000 millones de dólares. Según el informe, invertir en la conservación, gestión y restauración de los ecosistemas proporciona beneficios a largo plazo mayores y más duraderos que las ganancias inmediatas de un uso incontrolado de los recursos naturales. Además, la degradación de los suelos, el aire y el agua afecta negativamente a la salud pública, la seguridad alimentaria, el turismo o las oportunidades de negocio.
La razón de que se hayan obviado estos costes es que los economistas no asignan precios de mercado a los servicios que aportan los espacios naturales. Esto significa que los beneficios que se derivan de ellos (a menudo de carácter público) son por lo general olvidados o infravalorados en la toma de decisiones. Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, cree que nuestro país, pese a contar con uno de los mayores capitales naturales de toda Europa “sigue desarrollando actuaciones insostenibles y altamente impactantes, como la actual política de infraestructuras, y utilizando sus ayudas y fondos para la destrucción del medio ambiente, como en el caso de muchas de las ayudas a la agricultura o la pesca”.
Una amenaza que puede alcanzar al ser humano
Circula por ahí la teoría de que los seres humanos, principales agentes de los malos tiempos, pueden sentarse en una butaca a mirar. Fernando Jiménez, escritor y biólogo, autor del libro “La sexta extinción”, cree que “la Tierra ha sobrevivido a cinco extinciones masivas, y aquí está. Pero no olvidemos que por el camino se han quedado miles de especies. El planeta puede sobrevivir al cambio climático; otra cosa es que lo hagamos nosotros, que podamos adaptarnos. Hay que verlo con perspectiva: cuando hablo de “nosotros” no me refiero a los 900 millones de personas que viven en los países ricos, sino a los 5.500 millones que habitan en los países pobres, donde la sequía mata, donde si el mar sube un metro las consecuencias serán catastróficas. La lucha no es por salvar a los osos polares, sino a nosotros mismos. No hablamos de pérdida de comodidades, de ir al cine o de compras. Hablamos de aire, agua limpia, comida, tierra fértil, un clima estable”.
Responsabilidad española
La evaluación de la Agencia Europea del Medio Ambiente de 2009 refleja la imposibilidad de alcanzar el objetivo de frenar la pérdida de biodiversidad para 2010. Durante la presidencia española, la UE debe definir qué se hace a partir de ahora. WWF pide al Gobierno que asegure el establecimiento de objetivos ambiciosos para 2020 que incluyan la recuperación de las especies y ecosistemas terrestres marinos y de agua dulce el peligro. Asimismo, iniciar la discusión sobre financiación, asegurando un fondo fuerte y específico para biodiversidad. Por último incorporar las recomendaciones del informe TEEB (The Economics of Ecosystems and Biodiversity) para que condicionen la toma de decisión de todos los Consejos, en particular los de agricultura, pesca y economía.
Diez especies al límite
WWF publica su “lista roja” para 2010. Incluye animales emblemáticos como el tigre, el oso polar o el gorila de montaña.
1. Tigre.
Estudios recientes indican que quedan tan sólo 3.200 tigres (Panthera tigris) en su hábitat natural. Estos felinos ocupan menos del 7 por ciento de su territorio original, que ha disminuido un 40 por ciento durante la última década. La acelerada deforestación y la caza desmedida pueden provocar su extinción, como sucedió con el tigre de Java y de Bali. Este animal es cazado porque algunas partes de su cuerpo son utilizadas en la medicina tradicional china y su piel es muy cotizada. La subida del nivel del mar debido al cambio climático amenaza los manglares donde habita la población de tigres de la India y Bangladesh. El Año del Tigre, en 2010, será muy importante para los esfuerzos de conservación de esta especie.
2. Oso Polar
El oso polar (Ursus maritimus) se ha convertido en un icono del cambio climático. Clasificada como una especie en peligro por el Acta de Especies Amenazadas de Estados Unidos, podría extinguirse en el próximo siglo si continúa la tendencia actual de calentamiento en el Ártico. La población rusa de estos animales adapta su comportamiento y hábitos de alimentación a los nuevos tiempos, pero sus rutas de migración están en peligro por nuevos proyectos de infraestructura. La geopolítica puede darles la puntilla, pues los países de la región codician la riqueza mineral que se escinde bajo la banquisa. WWF apoya investigaciones de campo para entender cómo el cambio climático afecta a los osos polares y desarrollar estrategias de adaptación; también trabaja con gobiernos e industrias a fin de reducir las amenazas provenientes del transporte, la explotación de gas y petróleo y las comunidades locales. Todo ello para reducir encuentros conflictivos entre humanos y osos en áreas donde estos se encuentran atrapados en tierra durante periodos más largos debido a la falta de hielo.
3. Morsa del pacífico
El mar de Chukchi y el de Bering en el Ártico son el hogar de la morsa del pacífico (Odobenus rosmarus divergens), una de las víctimas del clima. En septiembre de 2009 se encontraron 200 morsas muertas en la costa del mar de Chukchi, Alaska. Estos animales dependen de las capas de hielo flotante para descansar, procrear, amamantar y proteger a sus crías de los depredadores. Con el derretimiento del hielo, esta especie está condenada.
4. Pingüino de Magallanes.
En peligro anteriormente por derrames de petróleo, los pingüinos de Magallanes (Spheniscus magallanicus) se enfrentan ahora a una amenaza mayor, la falta de alimento, ya que los peces son desplazados por corrientes oceánicas cálidas, forzando a estas aves a viajes casi imposibles. El año pasado cientos de pingüinos de Magallanes llegaros a las playas de Río de Janeiro – más de 1.500 kilómetros al norte de sus lugares tradicionales de anidación -, muchos de ellos muertos o moribundos. Actualmente, 12 de las 17 especies de pingüinos están experimentando una rápida disminución en sus poblaciones.
5. Tortuga Laúd
La laúd (Dermochelys coriacethe) es la tortuga marina más grande y uno de los reptiles que ha sobrevivido durante cientos de millones de años a las sucesivas extinciones que ha padecido el planeta. Sin embargo, parece que le ha llegado la hora. Estimaciones recientes indican que su población está declinando, particularmente en el Pacífico, donde se calcula que sólo quedan 2.300 tortugas hembras, convirtiendo a la laúd del Pacífico en la tortuga marina más amenazada en todo el mundo. En el Atlántico, este animal tiene una población más estable, pero los científicos predicen su rápido declive debido al gran número de individuos que mueren al ser capturados accidentalmente por embarcaciones de pesca. Un peligro adicional es la subida del nivel del mar, que pone en peligro sus nidos, así como temperaturas más altas en las playas del Atlántico. El objetivo de WWF es proteger la ruta migratoria de la tortuga laúd, trabajando con pescadores para reducir la pesca accidental, proteger las playas de anidación y concienciar a las comunidades locales para que respeten a esta especie viajera del tiempo que pasa por su peor racha.
6. Atún rojo
El atún rojo (Thunnus thynnus) es un pez migratorio de gran tamaño que se localiza en el Atlántico y el Mediterráneo. Se usa en la preparación de sushi de primera calidad. La especie se encuentra muy cerca del colapso si continúan las prácticas de pesca no sostenibles El informe “El saqueo del atún rojo en el Mediterráneo y Atlántico Oriental”, de WWF, pone al descubierto la dimensión real de la catástrofe. Los mayores infractores son las flotas de la Unión Europea (principalmente Francia), Libia y Turquía, que dejan de declarar la mayor parte de sus grandes capturas. La Comisión para la Conservación del Atún Atlántico, donde participan 42 países, impuso una cuota anual de 32.000 toneladas, cifra que no se respeta.
7. Gorila de montaña
Los científicos consideran que el gorila de montaña (Gorilla beringei beringei) es una subespecie en peligro crítico de extinción, con sólo 720 individuos en su hábitat. Más de 200 viven en el Parque Nacional de Virunga, en el este de la República Democrática del Congo, en la frontera con Ruanda y Uganda. Una zona en permanente conflicto. La guerra ha provocado un aumento de la caza ilegal y la degradación de sus refugios naturales. Gracias a los esfuerzos de conservación durante los últimos 12 años en los montes Virunga, la población de gorilas ha aumentado un 14%.
8. Mariposa Monarca.
Cada año millones de delicadas mariposas monarcas (Danaus plexippus) emigran de Canadá y el Norte de los Estados Unidos para pasar el invierno en los bosques de México. La conservación y protección efectiva del bosque de oyamel y pino de altitud en México es esencial para la supervivencia de los lugares de hibernación de estos insectos, lo que se ha reconocido como un fenómeno biológico en peligro de extinción. La protección de sus hábitats reproductivos en Estados Unidos y Canadá es igualmente crucial para salvar la migración de esta especie. WWF apoya a las comunidades locales para establecer invernaderos de árboles que se han reintroducido posteriormente en la reserva de la mariposa monarca, creando al mismo tiempo fuentes de ingresos para los propietarios del bosque.
9. Rinoceronte de Java
En estado crítico en la Lista Roja del IUCN, el rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus) es considerado el mamífero de mayor tamaño en peligro de extinción, con una población total de 60 animales. Muy cotizado por su uso en la medicina tradicional china, la población de los rinocerontes de Java también ha disminuido por la conversión de su hábitat boscoso a campos de cultivo. WWF ha estado presente en la protección y conservación de esta especie desde 1998, apoyando a los guardabosques, desarrollando censos, creando conciencia de la importancia de los rinocerontes entre sus vecinos humanos apoyando el manejo y la administración de parques. A finales de 2009, con la ayuda de perros entrenados, esta organización encontró huellas del único y extraño rinoceronte de Java vietnamita, del que se piensa que existen no más de doce ejemplares.
10. Panda gigante.
El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) enfrenta un futuro incierto, con menos de 2.500 ejemplares. Su hábitat forestal en las montañas suroccidentales de China se ha fragmentado. WWF ha estado colaborando en la conservación del panda durante casi tres décadas, coordinando estudios de campo, trabajando en la protección de hábitats y, más recientemente, apoyando al gobierno chino creando reservas.
LOS ÚLTIMOS LINCES IBÉRICOS
En España podemos “presumir” de tener al felino más amenazado del planeta, el lince ibérico. Esta especie cuenta con tan sólo doscientos ejemplares, localizados entre Sierra Morena y Doñana. La fragmentación de su hábitat, la pérdida de alimento (el concejo constituye el 90 por 100 de su dieta, de modo que las afecciones que sufre su presa favorita afectan dramáticamente a los linces) y la mortalidad directa relacionada con el hombre (venenos, disparos, atropellos) son sus amenazas más importantes.
ABC – NATURAL, Viernes 22 de enero de 2010

¿Volverse ecológicos? Quizás tras este barril

Por JAD MOUAWAD
La Administración de Obama quiere llevar a cabo la transformación de la política energética más ambiciosa en 30 años para reducir el consuno de petróleo, aumentar los suministros de energías renovables y recortar las emisiones de dióxido de carbono.
Pero los gigantes petrolíferos de todo el mundo no están convencidos de que vaya a funcionar. Incluso ahora que en Washington están poniéndose como locos con la energía, muchas de las empresas petrolíferas están manteniéndose al margen, mostrándose recias a invertir en las nuevas tecnologías por las que se inclina el presidente e incluso apartándose de compromisos que ya habían contraído.
Royal Dutch Shell anunció el mes pasado que iba a congelar sus investigaciones y sus inversiones en energía eólica en energía eólica, solar y de hidrógeno y que iba a centrar sus planes de energía alternativa en los biocombustibles. La empresa ya había vendido gran parte de su negocio solar y se había retirado de un proyecto el año pasado para construir el mayor parque eólico en alta mar, cerca de Londres.
BP, una empresa que lleva nueve años diciendo que estaba “dejando atrás el petróleo”, ha estado volviendo al petróleo desde 2007 y recortando su programa de energías renovables. Y las petroleras estadounidenses, que durante todo este tiempo se han mostrado más escépticas respecto a la energía alternativa que sus homólogas europeas, ignoran aplicadamente los nuevos mensajes de Washington.
“En mi opinión, nada ha cambiado realmente”, comenta Rex W. Tillerson el consejero delegado de Exxon Mobil. tras la elección del presidente Obama. “No nos oponemos a las fuentes de energía alternativa ni a su desarrollo. Pero hacer que el futuro de la energía del país dependa únicamente de esas alternativas oculta la realidad de su tamaño y escala”.
La Administración estadounidense quiere invertir 150.000 millones de dólares en la próxima década para crear lo que denomina un “futuro energético limpio”. Su plan pretende diversificar las fuentes de energía de la nación, impulsando más energías renovables, así como reducir el consumo de petróleo y recortar las emisiones de dióxido de carbono de los combustibles fósiles.
A menudo las petroleras han creado anuncios que expresan su interés por las nuevas formas de energía, pero sus inversiones reales no han respaldado estas promesas.
“La escala de sus inversiones alternativas es tan increíblemente pequeña que cuesta encontrarlas”, señala Nathanaek Green, veterano analista político del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales. “Éstas empresas no se sienten en la obligación de ser pioneras en la materia”.
Quizás no resulte sorprendente que la mayoría de las inversiones en fuentes alternativas de energía provengan de lugares que no son las petroleras. En los últimos 15 años, las cinco principales empresas petrolíferas se gastaron aproximadamente 5.000 millones en el desarrollo de fuentes de energía renovable, según Michael Eckhart, presidente del Consejo Estadounidense de Energía Renovable, un grupo de comercio industrial. Esto representa solamente un 10 % de los cerca de 50.000 millones de dólares destinados al sector de la energía limpia por fondos de capital riesgo e inversores empresariales durante este período, añade. “Las principales empresas petrolíferas no consideran que la energía renovable sea un negocio convencional”, remacha Eckhart. “Para ellas, es un negocio secundario”.
Shell, por ejemplo, afirma que se ha gastado 1.700 millones de dólares desde 2004 en proyectos alternativos. Esta cantidad resulta insignificante en comparación con los 87.000 millones de dólares destinados a proyectos de gas y petróleo en todo el mundo.
Los directivos del sector sostienen que comparar las inversiones en proyectos de gas y petróleo con sus planes de investigación en el campo de la energía renovable lleva a confusión. Afirman que aunque los combustibles renovables son necesarios, siguen estando en su primera fase de desarrollo, y que el petróleo seguirá siendo una fuente energía dominante durante décadas.
En sus perspectivas a largo plazo, Exxon asegura que para 2050, los hidrocarburos (incluidos el petróleo, el gas y el carbón) representarán el 80% de los suministros de energía mundiales, casi la misma cantidad que hoy en día.
“La energía renovable es muy real”, afirmaba David J. O´Really, el consejero delegado de Chevron, en noviembre. “La necesitamos. Va a ser una parte esencial del futuro que imagino. Pero no es realista suponer que seremos capaces de sustituir la energía convencional en el plazo de tiempo que sugieren algunos”.
Incluso los objetivos modestos están resultando difíciles de alcanzar. El mandato del Congreso sobre el etanol, que exige que las petroleras utilicen 36.000 millones de galones (unos 136.000 litros de etanol) para 2020, no se puede cumplir afirman los expertos, sin avances tecnológicos importantes para los que todavía faltan muchos años.
John M. Deutch, un profesor del Massachusetts Instutute of Technology (MIT) y ex director de inteligencia central, señala que no tiene mucho sentido criticar a las petroleras sin establecer primero normas federales que establezcan un precio para las emisiones de dióxido de carbono.
“¿Qué papel desempeñarán en el futuro las petroleras en las alternativas al hidrocarburo convencional? La respuesta correcta es que nadie lo sabe”, afirma Deutch. “Lo importante es que el Gobierno establezca una política sobre el dióxido de carbono. Las petroleras la cumplirán”.
THE NEW YORK TIMES JUEVES 23 DE ABRIL DE 2009
EL PAÍS

El Estado comienza a remodelar sus edificios de forma sostenible

EVA M. RULL – MADRID
La sede que el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio comparte con el Ministerio de Economía y Hacienda, el denominado “Complejo Cuzco”, del paseo de la Castellana de Madrid, es el primero de los entre 7.000 y 8.000 edificios públicos que el Estado prevé modernizar según el Plan de Acción de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética, aprobado el 1 de agosto de 2008.
La convocatoria pública ha entrado en la fase de adjudicación y definirá el marco legal para futuras contrataciones: “El tipo de contrato que se establecerá con la empresa de servicio energético adjudicataria servirá de modelo jurídico en España”, explica José Javier Guerra, del Centro de Eficiencia Energética Gas Natural Soluciones y Servicios SL. Las compañías con empresas que brindan a sus clientes la planificación, realización y financiación de una serie de medidas para mejorar el consumo y rendimiento energético de sus negocios.
INVERSIÓN
El panorama actual es prometedor, tanto a nivel medioambiental como a nivel empresarias, ya que España se ha comprometido a disminuir su consumo energético en un 20 por ciento para 2020, con el fin de adaptarse a la exigencia de la directiva 32 de 2006 de la UE. El Plan de Acción del Gobierno prevé que el volumen de inversión global en servicios de eficiencia energética será en los próximos años superior a los 17.000 millones de euros y, para predicar con el ejemplo, el pasado mes de julio sacó a concurso la primera de sus sedes públicas.
Este incipiente negocio tiene que superar en España tres carencias fundamentales: redactar el tipo de contrato modelo, encontrar la financiación y establecer un protocolo transparente para la evaluación de resultados. Para aclarar estas tres puntos y encontrar soluciones, Gas Natural y la consultora Garrigues convocaron la primera jornada sobre el presente y futuro de la eficiencia energética en España. A ella asistieron miembros de empresas de servicios energéticos y representantes de los sectores financiero y legal. “Todas las instalaciones en España tienen el potencial de ahorro”, explica Guerra. El “Complejo Cuzco” establecerá las bases legales para los futuros contratos; los gastos de las instalaciones correrán a cargo de la empresa de servicios contratada, que amortizará la inversión percibiendo un porcentaje del ahorro energético conseguido. “La banca comercial se debe implicar”, añade Guerra. Por último, ha de establecerse un protocolo para la medición de resultados que dé fiabilidad al cliente.
LA RAZÓN – VERDE, Domingo 18 de octubre de 2009

La segunda vida del plástico

EVA M. RULL – MADRID
Las posibilidades que tiene el envase de plástico son infinitas. Si miramos nuestro entorno con atención descubriremos que aquella botella que decidimos tirar al contenedor amarillo ha vuelto a nuestra vida convertida en bolsa de plástico, tubería de descarga, mueble decorativo, drenaje para el césped del jardín del vecino, pantalla acústica que separa nuestra casa de la carretera o plataforma para la parada del autobús.
Además el poder calorífico del plástico (unos 45 megajulios por kg.) es equivalente al del gas natural y está por encima de otros combustibles fósiles.
En España, sólo en 2008, el reciclado doméstico de envases creció un 14 por ciento. Al año, unas 289.000 toneladas de plástico provenientes de los iglús “resucitan”, según datos de Cicloplast, organización sin ánimo de lucro creada en 1996 por la industria del plástico.
La realidad del mercado demuestra que, si bien el residuo tiene una nueva vida asegurada como bolsa de basura o pieza industrial, hay un incipiente sector muy imaginativo que “reencarna” los envases en objetos de lo más dispares. Todo un ejemplo de emprendedores “verdes”.
Industria Clásica
A nivel nacional un total de 27 recicladores homologados convierten nuestros residuos plásticos en granza (pequeñas bolitas de diferentes materiales). La granza en la base de la transformación y su precio, aunque fluctúa, es inferior al de la materia prima virgen. Según el último boletín de Anarpla (Asociación Nacional de Recicladores de Plástico) el precio de la granza reciclada está, según el tipo de polímero, entre los 0,6 y los 0,9 euros el kg. Mientras que la materia virgen se gaga entre 0,9 y 1,3 euros el kg.
RESL (Reciclados Escanero) Y PESL (Plásticos Escanero) son empresa recicladora y empresa transformadora respectivamente. Reciben unas 3.000 toneladas de plástico al año de las que 2.800 salen convertidas en piezas para uso industrial, agrícola y, en menor medida (sólo 3.000 toneladas debido a la crisis), para el sector de la construcción Los productos abarcan desde tubos de aspiración para cocina a cantoneras de embalaje, vallas para la seguridad de las obras y piezas para separar a los animales de granja y para dispensarles comida.
Mobiliario Urbano
Zicla es otra empresa especializada en productos reciclados, ejemplo del uso del plástico en el mobiliario urbano. El polietileno (uno de los polímeros del plástico) se transforma en una encimera para el baño o en la capa que drena el césped del jardín. Uno de los usos más llamativos de esta empresa es una plataforma de autobús molecular autoencajable hacha a base de cable eléctrico, que además cumple las normativas de accesibilidad para minusválidos. La empresa ha sido galardonada por la Generalitat de Cataluña con el Premio Medio Ambiente 2009 por el diseño de unos separadores de carril bici o carril bus que provienen de cable eléctrico y de restos de perfiles de ventana.
El Futuro que Viene
Cicloplast está trabajando en tres proyectos nuevos para el año que viene. Los dos primeros son de investigación: el primero, dentro de los “Cip`Eco-innovación Pilot and market replication projects”, tiene como objetivo mejorar el proceso de fabricación de madera plástica. El segundo nace del acuerdo con varios fabricantes de asfaltos para evaluar el comportamiento de los polímeros para reforzar el firme y para la construcción de carretera nueva.
Por último, ha firmado un acuerdo con Oficemen (Agrupación Española de fabricantes de cemento) ara probar el uso del plástico como combustible en tres cementeras. Una aplicación, la del reciclado energético, en la que España todavía se encuentra a la cola de Europa.
VERDE – LA RAZÓN, Domingo 29 de noviembre de 2009

Electrodomésticos eficientes para ahorrar un millón de toneladas de CO2

S.V. – MADRID
Los electrodomésticos eficientes de clase A consumen un 55 por ciento menos de energía que los aparatos tradicionales. De modo que sólo con sustituir los electrodomésticos obsoletos por eficientes se ahorraría al año en España más de un millón de toneladas de dióxido de carbono.
Así se desprende del estudio “Eco Savings”, realizado por el Grupo Electrolux en 22 países europeos. En él se destacan los notables efectos beneficiosos para el medio ambiente que tienen los electrodomésticos eficientes, gracias a su menor consumo de agua y electricidad, lo que implica una reducción de las emisiones emitidas a la atmósfera.
En concreto, los resultados del informe para España se basan en la situación hipotética de que los hogares de la muestra reemplazaran todos los electrodomésticos de más de diez años de antigüedad por otros más eficientes, los denominados de clasificación energética “a” o superior.
“Los electrodomésticos actuales, con una mayor eficiencia energética, utilizan una parte muy pequeña de la energía que gastan los aparatos de más de diez años”, afirmó en una nota de prenda Henril Sundström, vicepresidente de Medio Ambiente de Electrolux.
“El potencial de ahorro que se refleja en el estudio – prosigue Sundström – indica que la sustitución de los electrodomésticos juega un papel fundamental en el desarrollo sostenible”.
EN TÉRMINOS ECONÓMICOS
Pero no basta con cambiar los aparatos que tienen más de diez años de vida por otros más modernos, sino que, ya puestos a realizar este desembolso, mejor elegir aquellos que sean más eficientes, una inversión que después revertirá en el bolsillo del consumidor, que verá cómo disminuye la factura.
Según el Grupo Electrolux, el ahorro anual en términos económicos que alcanzaría España con esta medida sería de cerca de 175 millones de euros, y en términos energéticos, de casi 1.400 millones de kilowatios hora (kWh).
LA RAZÓN – VERDE, Domingo 27 de septiembre de 2009

Inquietud en la eólica por el parón de nuevos proyectos

Elena Alonso – ZARAGOZA
La séptima edición de Wind Pover Expo, celebrada esta semana en Zaragoza, ha sido el escenario elegido por la Asociación Empresarias Eólica (AEE) para poner de manifiesto la incertidumbre del sector ante la futura legislación que se prepara y su preocupación por una posible parálisis.
La causa, los más de 4.000 megawatios (MW), en nuevos proyectos, que según fuentes de la asociación “están bloqueados” en el Ministerio de Industria a la espera de poder entrar en el “registro de preasignación de retribución”.
Es éste uno de los requisitos fijados desde el pasado mes de abril, cuando se aprobó el RD Ley 6/2009, para todas las tecnologías renovables que quieran poner en marcha proyectos nuevos y beneficiarse de las primas correspondientes al sistema anterior hasta alcanzar el objetivo fijado de los 20.155 MW para 2010, en el caso de la eólica.
Un día después del comienzo del Wind Power Expo, el secretario de Estado de Energía, Pedro Luis Marín Uribe, en su comparecencia en la Comisión de Industria del Congreso, explicó que se han presentado al Registro un total de 708 solicitudes entre todas las tecnologías.
De ellas, se han resuelto favorablemente 767 MW para la eólica, 50 MW para la solar termoeléctrica, 34 MW para biogás y un MW para cogeneración. En total, una veintena que “corresponden a instalaciones cuya inversión se da por finalizada y que se encuentran, por tanto, en disposición de verter energía a la red, ya que cuentan con acta de puesta en servicio”, aseguran desde Industria.
Sin embargo, desde la AEE explican que además de pedir que se desbloqueen los proyectos que puedan salir adelante, el mayor problema está precisamente en los que no tienen todavía financiación, y que al no saber a qué tarifa podrán acogerse y no conocer el futuro marco del nuevo Real Decreto puedan verse en dificultades para encontrarla... Por ello, su presidente, José Donoso, aprovechó la inauguración de las Jornadas Técnicas de la Asociación en la Expo para aclarar que “la eólica necesita saber cuántos parques pueden empezar a construirse” y pedir que se acelere la elaboración y publicación del futuro Real Decreto.
ERRORES
El Ministerio de Industria informa de que ha pospuesto la resolución de aproximadamente 50 solicitudes presentadas fuera de plazo, o que no disponían de las autorizaciones antes del 7 de mayo y asegura que sigue tramitando el resto, muchas, por cierto, en proceso de subsanación de errores.
LA RAZÓN – VERDE, Domingo 27 de septiembre de 2009

Bodas más sostenibles

Clara Navío – MADRID
Las estadísticas afirman que se celebran menos bodas, pero lo cierto es que sigue habiéndolas. Y, aunque no es frecuente pensar en su impacto ambiental, lo cierto es que lo tienen. Casa vez hay más gente que opta por reducir la huella que genera en su vida privada. Así que ya hay muchas parejas que buscan y preguntan sobre las posibilidades que tienen a su alcance para que su enlace sea “amigable con el medio ambiente”. Y ya hay, al menos, una empresa que trabaja en esa dirección.
Creada hace poco más de un año, Zankyou se ha especializado en ofrecer a los novios la posibilidad de hacer su lista de bodas a través de Internet “ de forma que los invitados, además de hacer regalos convencionales, puedan contribuir a hacer realidad otros proyectos de los novios. Incluso si lo que ellos desean es ayudar a alguna causa solidaria o ambiental”, explica Guillermo Fernández, socio fundador de la empresa, junto a Javier Calleja.
Así, en su página web ofrecen a los futuros contrayentes “ideas para que puedan hacer que su boda sea sostenible, incluidos regalos procedentes del comercio justo o la participación en proyectos ambientales y solidarios”. Empezando por la propia lista de bodas. “Eso, a mi modo de ver, es consumismo irresponsable, sobre todo cuando hoy muchas parejas viven juntas antes de casarse y tienen su casa montada”, afirma.
Por ello, sus clientes, puedan crear la página web de su boda donde, entre otras cosas, “tienen la libertad de exponer proyectos solidarios y ambientales en los que les gustaría implicarse y que con las aportaciones económicas de sus invitados van a poder hacer. Se trata de que puedan, si así lo desean, organizar una celebración más sostenible y solidaria y menos consumista”, hace hincapié Fernández.
“Nosotros – prosigue – somos intermediarios de servicios. Orientamos a los novios, por ejemplo, sobre cómo puedan hacer invitaciones más ecológicas, con indicaciones sobre los tipos de papel, tintas, etcétera, o calcular las emisiones derivadas de sus bodas”.
En este año que llevan funcionando, entre los cuatro países de Europa donde están presentes, se han inscrito en su web 7.000 parejas. “Unas se han casado ya y otras están en ello. De ellas, unas 400 han compensado las emisiones derivadas de su enlace. Cada vez hay más bodas en las que los novios son de diferentes países, y eso conlleva muchos desplazamientos de invitados. Hay muchas parejas verdaderamente concienciadas con el problema del cambio climático”, asegura.
ACUERDO CON INTERMON
Por eso, están en vías de suscribir un acuerdo con una ONG ambiental en España, en Francia ya lo tienen, para “ofrecer proyectos concretos en los que colaborar económicamente; que los novios puedan exponer en la página web de su boda y sus invitados sepan exactamente a lo que van a contribuir”. De momento, esta posibilidad ya está prevista con los detalles de boda, porque Zankyou ha llegado a un acuerdo con Intermon Oxfam “y los novios pueden adquirir productos de comercio justo o participar económicamente en un proyecto solidario”, explica.
LA RAZÓN – VERDE, Domingo 27 de septiembre de 2009

Alternativas biodegradables a las bolsas de plástico

Pilar Ferrer
Es una iniciativa en España dentro del sector. Carrefour, compañía de distribución presidida por Rafael Arias – Salgado, eliminará de forma definitiva las bolsas de plástico de un solo uso de la línea de cajas. Bajo el lema “Freno a las bolsas de plástico”, la decisión se hará efectiva de modo paulatino en todos los centros de la cadena y, durante el periodo de transición, se regalarán bolsas reutilizables. Ello supone una rotunda apuesta por fomentar esta práctica de materiales sostenibles, en un adelanto de cumplir el Plan Nacional Integrado de Residuos.
Con ello, los clientes de Carrefour podrán utilizar cualquier tipo de bolsas en sus compras. Además, la compañía ofrecerá alternativas sostenibles como bolsas de rafia, algodón, biodegradables de fécula, bolsas monedero o carritos plegables. La iniciativa, no exenta de polémica en algunos círculos como las asociaciones de fabricantes de plásticos, se enmarca dentro del compromiso medioambiental del grupo, suscrito al Pacto Mundial de Naciones Unidas, proyectos energéticos de biometanización y acuerdos con SEO/Birdlife, Global Nature, Fapas, Cártias, Banco de Alimentos y Cruz Roja para acciones medioambientales y sociales. España es el tercer país europeo en consumo de bolsas de plástico, de las cuales sólo se recicla el diez por ciento. Otras compañías también han adoptado similares novedades. Así, el grupo Eroski descontará un céntimo de euro a los consumidores por cada bolsa no utilizada en la compra. El objetivo es un ahorro económico a los clientes y un hábito más respetuoso con el medio ambiente. La supresión de las bolsas de plástico y su impacto ecológico está generando una gran polémica dentro del sector de la distribución, fabricantes y consumidores.
LA RAZÓN – VERDE, Domingo 27 de septiembre de 2009

La energía prescindible

R.S.
Es lógico que en las estaciones de invierno y verano se dispare el consumo de energía. En concreto, es en el hogar donde se produce el mayor gasto energético.
Los usos en los que interviene el calor son los más importantes. El mayor gasto es el de la calefacción, que supone el 45% del consumo. Le siguen los electrodomésticos, el agua caliente sanitaria, la cocina y el horno, la iluminación y la refrigeración.
Los hogares españoles consumen una media anual de 1.600 euros en energía, según un estudio del Ministerio de Medio Ambiente. El consumo de energía por hogar se ha incrementado un 11,2% desde 2000.
Impacto ambiental
La energía causa el 15% del impacto ambiental. Contribuye además a la contaminación local, a la emisión de gases de efecto invernadero y al agotamiento de los recursos.
Mucha de la energía que consumimos es innecesaria y se puede ahorrar con la puesta en marcha de unas acciones simples. Reducir la calefacción a 19 o 21 grados, usar el agua caliente lo indispensable, cocinar aprovechando el calor al máximo, utilizar los electrodomésticos lo mínimo, desenchufarlos en vez de apagarlos y, por último, instalar bombillas de bajo consumo serían de ayuda.
Es importante mantener un control diario y no aplazarlo hasta que lleguen a nuestras manos las facturas mensuales. Algunas comunidades de vecinos en diferentes ciudades de España han conseguido ahorrar en energía hasta un 20%.
Si en cada comunidad se redujera el consumo de esa manera, se conseguiría ahorrar hasta un 3% de toda la energía que gastamos en España, casi la mitad de toda la energía renovable instalada actualmente.
Además del control, también podemos bajar el importe de la factura instalando sistemas de ahorro energético, como son las calderas de condensación, las ventanas con PVC, los detectores de movimiento y las bombillas de bajo consumo.
20 MINUTOS, Jueves 3 de diciembre de 2009