28 agosto 2008

Nuevos biocombustibles, nuevos riesgos potenciales

Por ELISABETH ROSENTHAL
ROMA. El año pasado, a medida que el desvío de las cosechas de alimentos como el maíz o la palma para fabricar biocombustibles ha ido contribuyendo a aumentar los precios de los alimentos, inversores y políticos han empezado a fomentar unos biocombustibles más nuevos, de "segunda generación", como la próxima onda de energía verde.
Estas cosechas, procedentes de cultivos no alimenticios, como juncos y hierbas salvajes, ofrecerían, en su opinión, combustible sin el riesgo de sustraer comida de la mesa.
Pero ahora hay biólogos y botánicos que están alertando de que éstos también podrían tener graves consecuencias inesperadas.
La mayoría de estos nuevos cultivos son lo que los científicos califican de "especies invasoras", es decir, malas hierbas, que, según ellos, tienen un potencial enormemente elevado para escaparse de las plantaciones de biocombustible, hacerse con las granjas colindantes y terrenos naturales y de paso crear un caos económico y ecológico.
En un encuentro de Naciones Unidas, celebrado en Bonn, Alemania, el 20 de mayo, unos científicos del Programa Global sobre Especies Invasoras, The Nature Conservancy y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, así como de otros grupos, presentaron un artículo con una advertencia sobre las especies invasoras.
"Alguna de las especies más comunmente recomendadas para la producción de biocombustibles son también las principales especies exóticas invasoras", se explicacaba en el artículo.
Controlar la propagación de dichas plantas podría resultar difícil, aseguran los expertos, lo cual provocaría "Más perdidas financieras que ganancias".
Para llegar a las conclusiones a las que han llegado, los científicos compararon la lista de biocombustibles más populares de segunda generación con la lista de especies invasoras y descubrieron un alarmante grado de coincidencia. Declararon que apenas se ha evaluado el riesgo antes de plantar.
"Con los biocombustibles siempre van con prisas" señala Geoffrey Howard, un experto en especies invasoras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
"Las plantaciones las han impulsado los inversores, a menudo de EEUU o de Europa, así que están deseosos de generar biocombustibles en un par de años y, como no es difícil imaginar, tampoco quieren que haya una valoración negativa", explica.
Desde la industria de los biocombustibles se asegura que el riesgode que estos cultivos se transformen en malas hierbas se ha exagerado.
"Hay muy pocas plantas que sean malas hierbas y punto", asegura Willy DeGreef, secretario general entrante de EuropaBio, un grupo del sector.
"Hay que fijarse en la biología de la planta y el entorno en el que se va a introducir y preguntarse si hay puntos problemáticos al respecto".
y añade que, inevitablement, los agricultores de biocombustibles introducirán los nuevos cultivos con cuidado porque no querrán que crezcan de forma incontrolada.
La UNión Europea y Estados Unidos se han marcado objetivos respecto al biocombustible como método para reducir las emisiones de CO2.
El objetivo de la Unión Europea de utilizar biocombustibles en un 10% del transporte para 2020 es vinculante.
Por tanto los políticos esperan con ansiedad el perfeccionamiento comercial de los biocombustibles de segunda generación.
THE NEW YOK TIMES - EL PAÍS, Jueves 8 de junio de 2008

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