30 marzo 2009

España lidera el renacer termosolar con 3.000 millones de inversión

RAFAEL MÉNDEZ - Madrid -
La escalera que atraviesa el amasijo de hierros de la central termosolar que Acciona construye en Alvarado conduce a una vista espectacular: 184.000 espejos parabólicos recubren 130 hectáreas. El brillo metálico contrasta con los olivos. Estos espejos, de casi seis metros, concentrarán el recio sol de Badajoz sobre un aceite que calienta agua, cuyo vapor mueve una turbina. La planta, que abrirá antes de final de año, generará electricidad para abastecer a 28.000 hogares. Pero eso no es lo más relevante. La central es una muestra de cómo España lidera el renacer de la energía solar termoeléctrica, prácticamente abandonada en los noventa y hoy gran esperanza de las renovables.
El director de la Plataforma Solar de Almería, Diego Martínez, no oculta su satisfacción: "El actual auge demuestra que el que aguanta gana". Martínez recuerda los años difíciles, cuando el complejo del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), casi echa el cierre. "La planta de investigación abrió en 1981 y a principios de los noventa había momentos en que no sabíamos si seguiríamos un año más. Ahora toda la industria recurre a nosotros".
Casi cada semana se sucede un anuncio. Todo tipo de empresarios, hasta el ex grande del ladrillo Manuel Jové, anuncia millonarias inversiones en energía termosolar. "Hay 14.000 megavatios pedidos", dice Carlos Muñoz, presidente de la sección solar termoeléctrica de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA). Pero inmediatamente pide poner en cuarentena la cifra. La inversión de cada planta -en plena sequía de crédito no es sencillo conseguir los 250 millones que cuesta cada una-, la falta de turbinas o la disponibilidad de agua frenarán muchos proyectos.
Aun así, ya hay en construcción 10, que se suman a la que ACS construyó en Granada o a la de Abengoa en Sevilla, lo que supone una inversión que ronda los 3.000 millones para generar luz para unos 300.000 hogares. Están en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, que reúnen sol y agua. El norte no es rentable. Pero en el sur, con la tecnología y la prima que sale del recibo de la luz, es buen negocio.
La previsión de APPA es que en 2010 haya instalados 531 megavatios, algo por encima de los 500 previstos en el Plan de Energías Renovables en 2010. Muñoz señala que Red Eléctrica podría afrontar 9.500 megavatios en 2020 (superior a la potencia nuclear). Y pide que el sector tenga un crecimiento equilibrado, sin burbujas como la que en 2007 y 2008 llevó en España a instalar unos 3.000 megavatios de solar fotovoltaica. Esto la convirtió en líder mundial, pero Industria la cortó en seco en septiembre pasado con el argumento de que el precio que pagan los consumidores en la tarifa es demasiado alto.
La termosolar seguirá creciendo. En España, en EE UU y el norte de África, donde la UE quiere instalarla masivamente para abastecer Europa. "Estamos empezando a dar el salto y no sé cuál será el límite. Nos miramos en la eólica, que en España produce un 11% de la electricidad. Hace 10 años nadie hubiera creído esa cifra. Las empresas españolas están reconquistando EE UU". Acciona tiene una planta en Nevada, la segunda construida allí desde 1991. Abengoa tiene planes en Arizona, Nueva York y Marruecos.
Una de las claves del éxito es que pueden funcionar hasta de noche. Al alba los espejos apuntan al este y se van moviendo con el Sol. De noche, un sistema de sales almacena el calor y puede producir electricidad. La tecnología hace brillar el Sol en la oscuridad.
EL PAÍS, Sábado 20 de marzo de 2009

24 marzo 2009

Los nuevos biocombustibles procederán de los desechos

JAVIER SAMPEDRO - Madrid -
Los biocombustibles primarios -maíz, palma o caña de azúcar cultivados para su uso energético- pierden fuelle ante una segunda generación inspirada en el reciclado. Alemania, el primer productor mundial de biodiésel antiguo, ha marcado la pauta con la primera refinería que saca fuel de la madera. Y el Reino Unido abrió en enero un Centro de Bioenergía Sostenible para obtenerlo de residuos agrícolas, desechos leñosos, algas marinas y microbios alterados.
Hay dos problemas con los biocombustibles primarios, uno ambiental -requieren ganar al bosque nuevas tierras de cultivo, lo que agrava el cambio climático- y otro económico: pueden alterar los precios, y comprometer el suministro de alimentos como el azúcar, el sorgo y el maíz.
La Unión Europea revisó el año pasado su objetivo para 2020, que era cubrir con biocombustibles (de los llamados primarios) el 10% de la energía para el transporte. Bruselas mantiene esa cifra, pero ha decidido que se pueda cubrir también con hidrógeno, paneles solares o cualquier otra fuente renovable.
Contra las expectativas de hace unos años, y pese al apoyo de muchos gobiernos, incluido el español, el mercado mundial lleva tiempo acumulando excedentes de biocombustibles primarios. Hay un exceso de oferta, según el sector. Repsol, por ejemplo, acaba de congelar la construcción de una planta en Tarragona que iba a producir 150.000 toneladas anuales.
Al mismo tiempo, sin embargo, la primera refinería de segunda generación ha nacido en Friburgo: Industrias Choren empezará este año a producir 13.500 toneladas de biodiésel a partir de residuos de madera. La empresa se basa en una técnica propia llamada Carbo-V que primero convierte la madera en gas, y luego usa el gas para sintetizar el diésel.
Los residuos leñosos -paja, madera, partes no comestibles de los cultivos- son una fuente potencial muy abundante. Pero digerir la madera ha resultado un problema técnico extremadamente difícil. Mientras Industrias Choren explota su método químico exclusivo, los británicos se han acordado de una vieja pesadilla de sus costas: el gribble, la versión marina de una termita.
El gribble de cuatro puntos (Limnoria quadripunctata) es un pequeño crustáceo. Se conoce en el norte de Europa desde hace siglos por sus destrozos en la quilla de los barcos, y más en Inglaterra, donde se comió el muelle victoriano de Swanage. Simon McQueen-Mason, de la Universidad de York, ha identificado las enzimas (catalizadores biológicos) que digieren la madera en el estómago del gribble.
"Hemos hallado enzimas nunca vistas", dice el científico. "Falta ver si podemos adaptarlas para objetivos industriales". McQueen-Mason coordina el programa de investigación sobre el gribble en el Centro de Bioenergía Sostenible del Reino Unido. Con una dotación pública de 27 millones de libras (29 millones de euros), el centro es la mayor inversión británica en investigación sobre biocombustibles de cualquier tipo.
Pero sus seis programas científicos persiguen un objetivo muy definido a corto plazo: la producción industrial de bioetanol a partir de paja de cebada. Incluyen el desarrollo de un cereal optimizada para lo que nadie la ha mejorado en 10.000 años de agricultura: que tenga una paja más energética. Otros laboratorios trabajan con los microorganismos que producen el actual bioetanol primario a partir de cultivos. Quieren crear cepas adaptadas a usar paja en vez de grano.
El pionero privado de la genómica, Craig Venter, tiene planes más ambiciosos para las bacterias. Se ha dedicado en los últimos años a secuenciar en masa cualquier cosa que saliera del agua, empezando por el mar de los Sargazos. La gran mayoría de los microorganismos no crecen en los cultivos convencionales, y esta estrategia no los necesita. Venter ha descubierto así miles de nuevos microbios y millones de nuevos genes.
Entre ellos hay 3.000 genes que fabrican distintos fotorreceptores, las proteínas especializadas en captar la luz solar. Una de las ideas de Venter es crear una bacteria artificial que lleve toda una gama de esos genes para aprovechar un espectro muy amplio de la energía solar. Convirtiendo en hidrógeno un 10% de esa energía, el científico calcula que una superficie de 13.000 kilómetros cuadrados bastaría para alimentar todo el transporte de Estados Unidos.
Venter ha creado su nueva empresa, Synthetic Genomics, alrededor del concepto de vida sintética: un genoma bacteriano que podrá ser hecho desde cero, añadiendo una a una las funciones buscadas, y combinándolas a la carta. Su gran plan es usar esa vida sintética para producir biocombustible. O combustible a secas.

En Oslo no se tira nada, ni siquiera las heces
Oslo tendrá en septiembre 80 autobuses alimentados por las heces de sus habitantes. Las contribuciones serán anónimas. Las dos plantas que tratan las aguas residuales de la capital noruega recogerán el gas metano que desprende la fermentación natural de las deposiciones. Al autobús sólo llega después un metano libre del pasado y revestido de inocencia química.
La medida ahorra emisiones, porque el carbono del CO2 que se emite al quemar el metano en el autobús proviene de las heces, y por tanto de la comida, y por tanto de las plantas que fijan el CO2 atmosférico (el balance neto de carbono es cero). Pero además evita que el propio metano de los detritos se escape a la atmósfera, como ocurre en todas partes menos en Oslo. Y sale 40 céntimos más barato que el litro de diésel.
Más cerca en varios sentidos, el Ayuntamiento de Alicante acaba de instalar 26 contenedores para que los vecinos depongan su fritanga. El aceite refrito sigue sirviendo como fuente de energía mucho después de haberse convertido en un peligro alimentario, y deshacerse de él resulta un engorro en cualquier caso.
Una ventaja de la fritanga es que no hay que inventar ninguna técnica nueva. El biodiésel actual ya se obtiene refinando aceites. Por lo general, provienen de campos de cultivo -palma, coco, soja, colza y aguacate sembrados con ese propósito-, pero el método se va aplicando a pequeña escala para reciclar aceites usados. El producto sirve para sustituir al gasóleo en los motores diésel. Y a nadie se le ha ocurrido venderlo.
EL PAÍS, Martes 24 de marzo de 2009

20 marzo 2009

Gore destaca el liderazgo español en el sector de las energías renovables

Nueva York, 17 mar (EFE)
El ex vicepresidente de EEUU Al Gore subrayó hoy en Nueva York el liderazgo de las empresas españolas del sector de las energías renovables, a las que animó, junto con las firmas estadounidenses, a cooperar más para combatir los efectos del cambio climático y la crisis económica.
"España tiene mucho que enseñar a Estados Unidos sobre energías renovables", dijo Gore durante su intervención en una conferencia sobre sostenibilidad económica, organizada por el Ministerio español de Industria y el Instituto de Comercio Exterior (ICEX).
El premio Nobel de la Paz 2007 y vicepresidente de EEUU durante el Gobierno de Bill Clinton (1993-2001) animó a las empresas españolas a invertir y a cooperar con las estadounidenses en esos aspectos, dijeron a Efe asistentes a la conferencia.
En esa intervención, en la que Gore no quiso que la prensa estuviera presente, el ex candidato a la Presidencia de EEUU consideró que el mundo se enfrenta a tres crisis: una económica, otra por los efectos del cambio climático y una tercera de seguridad.
Asimismo, consideró que ello se debe, en parte, a la dependencia actual de las economías de las fuentes de energía exteriores, en especial del petróleo, y a la vulnerabilidad que ello supone.
Gore consideró que el mundo está "ante una situación imperiosa" de encontrar nuevas fuentes de energía, como serían las renovables.
En su opinión, la crisis económica y del cambio climático podrían solucionarse de forma conjunta, tal como prevé el plan de estímulo económico del presidente de EEUU, Barack Obama, que incluye dedicar una multimillonaria cifra a las inversiones en infraestructuras y energías renovables, entre otros.
Agregó que al invertir en energías renovables se inyecta dinero a la economía, lo que permitirá crear empleo de forma inmediata, producir energía y reducir los riesgos del cambio climático para el planeta, lo que supondrá "un futuro más sólido y productivo".
Se refirió, en ese sentido, al liderazgo de España en ese sector, pues recordó que el país europeo es líder en el desarrollo de la energía solar, al igual que de eólica junto a Estados Unidos y Alemania.
El ex vicepresidente de EEUU alertó una vez más sobre la necesidad de combatir los efectos del cambio climático sobre el planeta de forma global, y subrayó que esos peligros no son algo exagerado, como desde algunos sectores se pretende.
FINANZAS, Jueves 19 de marzo de 2009