23 mayo 2008

Ideas para una ciudad reciclable

ÓSCAR MENÉNDEZ - Madrid -
El mobiliario urbano también se apunta al ecologismo. Un grupo de diseñadores ha creado una serie de objetos cotidianos de la ciudad desde una perspectiva sostenible. Su resultado, en forma de prototipos, se ha convertido en la exposición Ecodiseño, inaugurada ayer en el museo CosmoCaixa de Madrid.
Normalmente, se crea un producto y, una vez acabado, se plantea qué se puede hacer para respetar el medio ambiente, explica Jorge Wagensberg, director del Área de Medio Ambiente y Ciencia de la Fundación La Caixa. En este caso, se ha hecho al revés, se ha pensado primero en la sostenibilidad. Es un cambio de talante, un cambio de estilo, prosigue.
Ocho diseñadores han creado otros tantos ejemplos de mobiliario urbano. Se trata de una papelera, un aparca-bicicletas, una farola, un banco, una jardinera y una biblioteca móvil. Todos respetan el medio ambiente: eficiencia energética, reutilización, reciclado... Su coordinación ha correspondido al grupo de investigación SosteniPra del Instituto de Ciencias y Tecnologías Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Todos los objetos de esta iniciativa han sido fabricados partiendo de productos de reciclaje, como residuos de los contenedores amarillos (para el plástico del aparca-bicis), de áridos de construcción (para el hormigón reciclado del banco) e incluso de alfombrillas de coche (para el aislante de la biblioteca). Están realizados sin mezclar materiales, para no generar residuos y facilitar su posterior reciclaje.
Evitar el transporte
Los creadores se han esforzado en evitar uno de los principales costes ecológicos actuales: el transporte. La biblioteca móvil, que ocupa una superficie de hasta 40 metros cuadrados, disminuye su espacio casi en un tercio, hasta convertirse en un contenedor estándar de transporte internacional. En el caso del resto de artefactos urbanos, todos son modulares, para reducir su volumen en los traslados. La eficiencia energética también ha sido crucial en su desarrollo. Tanto la farola como la biblioteca, los dos únicos que dependen de la electricidad, son energéticamente autónomos, gracias a sus placas solares.
El objetivo de esta exposición, que previamente ha visitado Barcelona, es mostrar a los visitantes la posibilidad de crear y fabricar productos 100% ecológicos. Pero también, comprobar la fiabilidad de estos objetos, por ahora, todavía en fase de prototipo. Queremos ver que funcionan bien, explica Jorge Wagensberg. Ya estamos recibiendo llamadas de empresas y también estamos abiertos a aquellos ayuntamientos que estén interesados en probarlo.
PÚBLICO, Miércoles 21 de mayo de 2008

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