14 abril 2008

El Bundestag, verde y eficiente

POR RAMIRO VILLAPADIERNA. CORRESPONSAL. BERLÍN
Autónomo
, eficiente y sostenible, así quiere ser el legislativo alemán, cuya sede en el histórico Reichstag ha decidido ser el Parlamento más verde del mundo: se pasa por entero a la energía renovable, por principios y por prestigio. El viento, el agua y el sol mantendrán el edificio y el espíritu de la ley, tanto como la preocupación alemana con la energía y, especialmente, con su escasez, carestía y polución. La decisión ha sido tomada y se espera que después del verano se producirá el cambio a la energía renovable. En la misma línea, la ciudad alemana de Kassel (200.000 habitantes), en el corazón del país, es ya la primera ciudad en alimentarse únicamente de energías renovables, sin elevar el coste debido al gran contrato ofrecido a la hidroeléctrica sueca Vatenfall. Como el Gobierno con el Bundestag, aquí el alcalde Bertram Hilgen espera hacer de Kassel un símbolo a seguir.

Urbanistas climáticos
Las ciudades están a su vez poniéndose crecientemente en manos de urbanistas climáticos, como el departamento de Climatología Aplicada de la Universidad de Duisburg-Essen, para hacer circular y renovar el aire y repartir estratégicamente jardines y parques que alivien a estas enormes islas de calor ambiental.
La renovación del bombardeado Reichstag, a mediados de los años 90, logró una reducción de emisiones de un 94 por ciento: su cúpula transparente y un juego de espejos reparte la luz natural por todo el plenario, mientras el aislamiento mantiene la temperatura en invierno y reduce el aire acondicionado en verano.
En los sótanos, generadores de biocombustible producen el 40 por ciento de la energía para electricidad, calefacción, aire acondicionado y agua; el resto procede de fuentes convencionales, a un coste de tres millones de euros anuales, que del verano en adelante pasará a ser enteramente renovable.
A los alemanes, que dieron a luz a los Verdes en los años 80 de la lluvia ácida, les preocupa tanto el medio ambiente que incluso partidos y autoridades abogan por que el pueblo más viajero del mundo salga menos de vacaciones y disfrute de su entorno local. «Sylt en vez de Seychelles», dice a este respecto el eslogan que apuesta por la isla del mar del Norte frente a las paradisíacas del océano Índico.
«En pocos años no tendrá nada de chic viajar contaminando el ambiente», subraya el presidente de la Feria Internacional del Turismo, Martin Buck, quien dentro de este contexto recurda que un vuelo de ida y vuelta a Tailandia produce seis toneladas de CO2, frente a los 35 kilos de un tren al Báltico.

El debate nuclear
A todo esto se une la creciente moda de poseer casas «con cero grado de emisiones», algunas tan autosuficientes que hasta producen su propia energía e, incluso, están capacitadas por ley para vender el excedente a la red eléctrica. Además, el Gobierno ha presentado un ambicioso plan para convertir a Alemania en el país más eficiente del mundo en el uso de la energía. Ya posee una de las mayores industrias de energía limpia y, gracias a subsidios, un 13 por ciento de su consumo es renovable y espera serlo del 27 por ciento en 12 años. La energía nuclear — el 33 por ciento— está destinada a desaparecer a largo plazo, pero la creciente crisis ha reabierto el debate.
El Gobierno quiere involucrar a industria y consumidores para mejorar el rendimiento energético y recortar las emisiones en un 40 por ciento para el año 2020. La conciencia de los consumidores ha sido fundamental y, en el último año, más de tres millones de alemanes han cambiado su proveedor eléctrico por uno renovable. En total, el consumo de quienes han tomado esa decisión ecológica suma ya un 6 por ciento del total de energía eléctrica gastada por el conjunto de todos los alemanes.
«El cambio es ya», reza la campaña de la Asociación de Consumidores, que además pretende ahorrar 180 euros anuales por familia.
ABC, Lunes 14_4_2008

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