15 abril 2008

Naciones Unidas asegura que la producción de biocarburantes es un «crimen contra la humanidad»

EFE
El riesgo de una hambruna de consecuencias planetarias provocada por la fuerte carestía de los alimentos ha llevado a las principales instituciones supranacionales a tomar cartas en el asunto. Si el FMI o el BM han advertido durante este fin de semana de los problemas para la estabilildad política de los países pobres ante la carencia de productos básicos como el arroz o el trigo, el portavoz especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler, ha ido más allá al afirmar que la producción masiva de biocombustibles es un «delito contra la humanidad». Por ello, Ziegler ha exigido al Fondo Monetario Internacional que cambie su política de subvenciones agrícolas al mismo tiempo que ha acusado a la Unión Europea de estar «arruinando» la agricultura en África al financiar la exportación de los excedentes europeos a este continente. Además, Ziegler ha asegurado que detrás de el encarecimiento de los alimentos también se esconde un proceso de especulación en los mercados de futuros agrícolas, fenómeno que según el responsable de Naciones Unidas se ha visto potenciado por la reciente inyección de capitales de los principales bancos centrales.
Por su parte, desde el comité de primavera del FMI y el Banco Mundial BM realizado el pasado fin de semana, los ministros de Economía y Finanzas de los príncipales países desarrollados han hecho un llamamiento a todo el planeta para tomar medidas urgentes que contengan la subida de los alimentos, alarmando del malestar general que se ha creado ante la envergadura del problema, según un comunicado del BM en el que sin embargo no se hace ninguna mención a los biocumbistibles.
En la rueda de prensa de cierre de las reuniones, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, alertó que la escalada de los precios, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), «podría agravar la pobreza de 100 millones de personas».A su lado, el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, aseguró que «lo que está en juego es la estabilidad política de muchos países».


LA VERDAD, 15.4.2008

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