16 julio 2008

Bombillas de bajo consumo, ¿habrá para todos?

ESTHER PANIAGUA - Madrid -
La Comisión de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino del Congreso aprobó el 25 de junio , por unanimidad, reemplazar las bombillas poco eficientes antes de tres años. Sin embargo, la propuesta se ha topado con las críticas de la industria de iluminación, cuya patronal cree que “no es realista” y creará “confusión” en el consumidor final.
La proposición no de ley , iniciativa del Grupo Parlamentario Catalán (CiU), insta a sustituir todas las bombillas ineficientes (la mayoría incandescentes) en hogares, edificios públicos y en el sector industrial y empresarial. El objetivo es conseguir una mayor eficiencia energética como medida contra el cambio climático, ya que las bombillas son el equipamiento eléctrico que más energía eléctrica consume en un hogar (un 16% de la factura mensual). Usando bombillas de bajo consumo, ese porcentaje puede reducirse significativamente. Su principal característica es su capacidad de convertir la electricidad en luz (y no en calor, como hacen las incandescentes), por lo que pueden ahorrar un 75% de energía, según técnicos fabricantes.
El problema, según Alfredo Berges, director de la patronal de fabricantes ANFALUM, es que, actualmente, “sólo un 15% o 20% de los españoles tiene una bombilla de este tipo en su vivienda”. Berges asegura que hay “muchos estudios” que demuestran que es inviable realizar la sustitución en tan poco tiempo y su propuesta es hacerlo en un proceso gradual que duraría nueve años. En menos tiempo, señala, no se podrían fabricar bombillas realmente eficientes para todos. “No es posible hacer un esfuerzo para aumentar la producción porque el esfuerzo ya está hecho”, asegura Berges.
Sin embargo, el responsable del departamento de I+D de Antares iluminación (fabricante miembro de ANFALUM) sí cree posible esta sustitución en tres años: “El problema es que, debido al elevado precio de las bombillas de bajo consumo producidas en Europa, los usuarios prefieren comprar las que vienen de China. Y de ella dependerá el abastecimiento si esta tendencia continúa”.

La propuesta sí es factible
El IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía) sí cree posible el reemplazo de las bombillas tradicionales antes de tres años. “Es tiempo suficiente para que cualquier proceso de producción se adapte”, opina también la Unión de Consumidores de España (UCE). José Luis Gómez, miembro de esta organización, señala que siempre se deja a los usuarios el mayor grado de compromiso “pero el gasto energético es cuestión de todos y las empresas tienen que aportar su granito de responsabilidad social”.
Para la ONG Ecologistas en Acción, la sustitución se podría hacer incluso antes. El intento de los fabricantes de retrasarla, asegura Ladislao Martínez, miembro de la ONG, es una estratagema para evitar cualquier obligación. “Los grandes fabricantes europeos quieren tener su mercado controlado y con esta propuesta entrarían en competencia con los fabricantes pequeños” sentencia.
Las bombillas eficientes llegaron al mercado hace 25 años pero siguen vendiéndose mucho menos que las tradicionales (15 millones de unidades al año frente a 95 millones). Eso a pesar de que, al igual que las incandescentes, hace tiempo que tienen su hueco en la mayoría de supermercados.

Lámparas incandescentes contra eficientes
1. Consumo y eficiencia: las bombillas tradicionales gastan prácticamente más energía en calor que en luz. Una lámpara incandescente de 100 watios será sustituida por una de bajo consumo de 23w.
2. Diseño: Junto con el precio, el diseño suele ser una barrera a la compra de las bombillas de bajo consumo, que estéticamente gustan menos. No obstante, poco a poco se parecen más a las tradicionales.
3. Vida media: mientras la vida de una bombilla incandescente es de 100 horas (aproximadamente), la eficiente puede durar unas 5.000 horas.
4. Precio: las bombillas ineficientes cuestan entre 60 céntimos y un euro. El precio de las de bajo consumo está entre tres y siete euros, dependiendo del tipo de bombilla (hay unas más eficientes que otras o fabricadas con componentes más caros) o del lugar de procedencia (según si están fabricadas en China, Europa, EEUU...). Pero aunque estas son más caras, siguen siendo más rentables que las incandescentes por el ahorro en energía que suponen.
5. Cantidad de mercurio: las bombillas eficientes tienen menos cantidad de este material tóxico (peligroso sólo en caso de ruptura de la bombilla) y su presencia en estas bombillas es cada vez menor.
6. Uso: en ambos casos se recomienda no apagarlas y encenderlas constantemente porque eso reduce su vida útil.
PÚBLICO, Miércoles 16 de julio de 2008
Imagen: Flickr

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