22 junio 2009

Un semáforo solar que ahorra energía

Belén Tobalina – Madrid
¿Se acuerdan del apagón que en verano del año 2007 sembró el caos en Barcelona?. Entonces todo quedó a oscuras salvo los parquímetros, que, dotados todos ellos con una placa fotovoltaica, seguían funcionando. La energía solar no es sólo útil en “huertos” y cubiertas. En España hay instalados cerca de 30.000 semáforos, lo que supone el consumo de la friolera de 433,5 gigavatios hora (GWh) al año, que traducido en euros supone un gasto de 44,19 millones al año. Así lo detalla Ricardo Vela Rodríguez, director de Proyectos de Dener Ingeniería, S.L.
Esta compañía torrelaveguense ha creado un nuevo modelo de semáforo que se alimenta, de forma autónoma, gracias a la energía solar fotovoltaica, lo que le ha valido a la empresa ser la merecedora de uno de los galardones de la quinta edición de los “Premios Cantabria” de Medio Ambiente, dotados cada uno de ellos con 6.500 euros.
El “semáforo fotovoltaico” en cuestión está provisto de un sistema de pequeñas placas solares de 180 vatios de potencia, que se instalan justo al lado del poste. Además, tiene un dispositivo de diodos de emisor de luz (más conocidas como LEDs) en lugar de las tradicionales bombillas incandescentes, más caras pero que consumen menos y tienen una vida útil 20 veces mayor que las de las tradicionales.
Y por si el día no sale precisamente soleado, los semáforos tienen “unas baterías que les dotan de una autonomía de 20 días para poder lidiar contra las posibles inclemencias del tiempo”, asegura Ricardo Vela. Algo que está más que demostrado con los semáforos ubicados en el Ayuntamiento de Polanco (Cantabria), financiados por Genercan y por la propia Alcaldía. Y al parecer son, según Vela, “los únicos que están funcionando del país”.
Ahorro
El modelo más común de semáforo de tres luces de 200 milímetros y dos más para la señalización de peatones consume un promedio de 1.145 kWh al año de electricidad, lo que supone unos 160 euros por semáforo, y los modelos de báculo ( los de poste alto y curvo) aún más, 227 euros al año de gasto en electricidad”, explica Vela.
A ese ahorro anual, producido sólo por dejar de “chupar” de la red, hay que sumar el coste de implantación por semáforo, que “se reduce en casi un 45%, ya que el fotovoltaico no necesita obra civil, al utilizar una tecnología de comunicación inalámbrica y un sistema de alimentación autónomo y descentralizado”, añade el director de Proyectos de Dener Ingeniería.
VERDE – LA RAZÓN, Domingo 21 de junio de 2009

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