25 julio 2007

Los árboles de Madrid, con estrés, según los expertos

Al igual que sus habitantes, los árboles de Madrid también sufren estrés: sus hojas se arrugan, se llenan de hongos y finalmente acaban por secarse. Las obras, la contaminación y el cambio climático están causando verdaderos estragos en las zonas verdes.
De los cerca de 230.000 árboles que se encuentran en las calles de la capital, "todos están afectados por el estrés", según han comprobado los delegados de CC OO en el Servicio de Inspección, el área que se encarga de vigilar las plantas. De ellos, los más indefensos "son los mñas de 13.000 plantados en el último año en el entorno de la M30" porque "aún les falta adaptación". Este problema provocará que "en torno a un 15% de los mismos se seque antes de octubre", destaca Gemma Sánchez, portavoz de CC OO.

Raíces sin reservas

El nerviosismo arbóreo se debe a "las zanjas y a la compactación del suelo alrededor del árbol que impide que las raices se oxigenen". Algo en lo que coincide Mariano Sánchez García, conservador del Jardín Botánico, que resalta que "las plantas están estresadas por el calor que el asfalto transmite a las raices, lo que les deja sin reservas". Además, "la contaminación, la lluvia ácida o los golpes en su tronco hacen que "se debiliten, siendo así más propensos a los hongos".
Otro de los factores que estresa a los árboles es el cambio climático. "Las temperaturas de este verano son atípicas en julio, lo que altera sus ciclos de floración", apuntan desde CC OO. Estos desajustes hacen que "la caída de la hoja se retrase", subraya Mariano Sánchez García.
Fuentes del Ayuntamiento de Madrid aseguraron ayer que "en el primer año de vida es normal que algun árbol muera porque se está aclimatando".

BEATRIZ CASTRILLO
20 MINUTOS MIERCOLES 25 DE JULIO DE 2007

1 comentario:

Santiago Bustos Montero dijo...

El día que Al Gore visitó España para presentar su documental sobre el cambio climático y sus efectos - "Una verdad incómoda" - el alcalde de Madrid se presentó ante la sociedad como el estandarte en la lucha contra este peligro global que nos amenaza. Y no le cambio el gesto ni se puso "colorado" al afirmar que Madrid iba a liderar esa lucha pese a haber hecho de la capital una de las ciudades más contaminadas de Europa, dudoso privilegio conseguido a base de tuneladoras, nefastas políticas de movilidad dirigidas de manera fundamental a potenciar el uso del transporte privado en detrimento del público y, como no, por haber acabado con una buena parte de los árboles que se interponían en sus ambiciones faraónicas.
Sensibilizado, no me cabe la menor duda, por el documental de Al Gore, prometió en la última campaña electoral, "tapizar" Madrid con un gran manto verde formado por un millón y medio de árboles. ¿Cual será el futuro de esos árboles? Esperemos no sea el mismo que el de los miles que se plantaron para paliar las talas de aquellos ejemplares que tanto molestaban. Aunque me temo que, más o menos, lo importante será plantarlos: la publicidad institucional hará el resto. Y el futuro de los árboles...qué mas da! No se prometió mantenerlos.