16 noviembre 2007

Marín abandona la arena política para luchar contra el cambio climático

J. L. LORENTE. MADRID.
Se va otro de los dirigentes históricos del PSOE. El presidente del Congreso, Manuel Marín, anunció ayer que no desea renovar el acta de diputado en las próximas elecciones generales y que su intención es abandonar la primera línea de la batalla política en marzo. Su futuro se encamina ahora hacia el ámbito universitario, desde el que pretender luchar contra el cambio climático y defender un modelo económico sostenible y renovable.
Aunque Marín quiso dejar claro ayer que deja la actividad política «satisfecho y sin reproches», lo cierto es que la marcha de la actual tercera autoridad del Estado estaba cantada desde el verano, cuando se filtró la noticia de que Zapatero ofreció a Bono la Presidencia del Congreso, si el PSOE revalidaba su mayoría en los próximos comicios. En la retina de políticos y periodistas se encuentra todavía la imagen de un Marín abatido confesando en julio que no pensaba «competir» por el puesto y que, en su momento, se buscaría otra salida «no tan complicada» como la Presidencia de las Cortes.

Luces y sombras en su gestión
El momento ha llegado y, para anunciar la noticia, el dirigente socialista se fue ayer a Ciudad Real, la localidad donde nació hace 59 años y la circunscripción por la que fue elegido en las legislaturas constituyente, primera, segunda y séptima. En medio, desarrolló una importante carrera en la UE, donde llegó a ser vicepresidente de la Comisión Europea.
La gestión de Marín al frente de la Cámara Baja ha tenido luces y sombras en estos tres años y medio. En su haber se encuentra la modernización informática del Congreso y, sobre todo, lidiar con el Parlamento en una legislatura extremadamente complicada como es ésta. Así se lo reconocen tanto sus compañeros socialistas como el líder del PP, Mariano Rajoy. En su debe aparece que no ha cumplido el principal objetivo que se planteó cuando llegó al cargo, un nuevo reglamento del Congreso. Dos apuntes en su descargo: el primero, que la reforma no salió adelante por la incapacidad de los partidos para ponerse de acuerdo; el segundo, que los tres últimos antecesores -Félix Pons, Federico Trillo y Luisa Fernanda Rudi- también fracasaron en el intento.
Marín recibió ayer el reconocimiento del PSOE y los grupos minoritarios, que -en líneas generales- destacaron su «imparcialidad e independencia». Como era previsible, los más críticos fueron los dirigentes populares, que le censuran un exceso de «conflictividad y afán de protagonismo».


ABC, 16_11_2007
Fotografía: El Mundo

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