11 septiembre 2007

Las empresas españolas dan aire a EE.UU.

MARIO SÁNCHEZ GUILLÉN MADRID.
En Mahanoy City, en el estado de Pensilvania, el empresario Brent Alderfer no sabía como llevar a cabo su proyecto para crear un parque eólico que abasteciera de electricidad a las localidades de este condado, que dista 230 kilómetros de la ciudad de Nueva York.
A pesar de las buenas perspectivas del negocio, Alderfer no encontraba compañías que quisieran involucrar sus fondos en el proyecto, y se encontraba con que los aerogeneradores que necesitaba tardarían más de dos años en llegar si finalmente conseguía los permisos oportunos para construir el parque en el estado donde viven los «amish».
Entonces (finales de 2005), el presidente de la empresa de energías renovables estadounidense Community Energy contactó con Iberdrola, compañía española con sede en Bilbao, que rápidamente encontró soluciones para ayudar al señor Alderfer a llevar a cabo su proyecto de energía eólica.
La solución fue sencilla: a los seis meses, Iberdrola -a través de su filial Iberdrola Renovables- adquirió Community Energy por 40 millones de dólares, y dos meses después sus técnicos equiparon el proyecto con aerogeneradores, que comenzaron a producir electricidad limpia y suficiente para abastecer a 6.500 hogares. Iniciativa, tecnología y capital español impulsaron el proyecto eólico de Community Energy, que desde entonces se presenta de forma orgullosa, en su logotipo corporativo, como «una compañía de Iberdrola».

La conquista del Oeste

Pero Iberdrola, cuarta «utility» europea por capitalización bursátil, no es la única que ha visto el enorme potencial de desarrollo de la energía eólica en Estados Unidos y se ha lanzado de compras en aquel país, que mira con envidia la iniciativa, solvencia y poder tecnológico de las compañías españolas.
También Acciona, a través de su rama energética, ha decidido poner una pica en América y empezar a desarrollar proyectos eólicos en su suelo. La empresa que preside José Manuel Entrecanales compró el pasado 12 de julio a la compañía EcoEnergy los derechos para desarrollar tres parques en los estados de Illinois, Iowa y Wisconsin.
Esta operación se encuadra dentro de una estrategia en la que la compañía prevé un importante crecimiento de su potencia instalada en el país, a razón de unos 400 MW adicionales al año, hasta superar los 1.000 MW eólicos en 2009. De igual forma, a finales de la década prevé generar el 13% de su energía eólica en EE.UU., con una inversión acumulada de 1.300 millones de euros.
Acciona, además, usará en estos proyectos sus propios aerogeneradores, por lo que no tendrá que depender de uno de los eslabones más débiles en la cadena industrial de la energía eólica: la construcción de turbinas, muy inferior a la demanda y que está produciendo un auténtico «cuello de botella» para las intenciones de muchos empresarios, que quieren construir parques eólicos y se encuentran con plazos de hasta dos años desde que solicitan los aerogeneradores hasta que finalmente los reciben.
Precisamente, la segunda compañía mundial en producción de molinos de viento para parques eólicos es Gamesa. La sociedad vasca, de la cual Iberdrola posee el 18%, entró en el Ibex-35 en 2001 y desde principios de 2005 su cotización ha pasado del entorno de los 10 euros por acción al entorno de los 30, impulsada por las buenas perspectivas del negocio.
EE.UU., por supuesto, es un cliente preferente para Gamesa, que ya ha montado en aquel país cinco parques eólicos, que cuentan con 104 aerogeneradores en total y una capacidad de 132,75 MW.
Las empresas españolas, por tanto, están dando aire a EE.UU., un país muy contaminante que quiere dejar de serlo.
En el mundo hay un sector económico donde España es líder indiscutible: la energía eólica. Tanto que la primera potencia del mundo echa mano de nuestras compañías para sus proyectos
REUTERS
ABC Lunes 10_9_2007

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