01 septiembre 2008

Europa vuelve al carbón y saltan las alarmas del cambio climático

ELISABETH ROSENTHAL
CIVITAVECCHIA. Italia - En un momento en el que los expertos climáticos mundiales coinciden en que las emisiones de carbono deben reducirse con rapidez para controlar el calentamiento del planeta, el mayor productor de electricidad italiano, Enel, está convirtiendo su enorme central eléctrica de Civitavecchia del petróleo al carbón, considerado el combustible más sucio del planeta.
En los próximos cinco años Italia aumentará su dependencia del carbón del 14% al 33%. La energía generada por Enel a partir del carbón aumentará un 50%.
Pero Italia no es la única que va a volver al carbón. Impulsados por el aumento de la demanda de electricidad, los precios record del petróleo y el gas natural, las preocupaciones por la seguridad energética y la aversión a la energía nuclear, está previsto que los países europeos pongna en marcha unas 50 centrales de carbón en los próximos cinco años, centrales que estarán en funcional¡miento los próximos 50 años. En EEUU, es probable que pocas centrales de carbón empiecen a funcionar en un futuro próximo, en parte porque cada vez es más difícil conseguir las licencias exigidas.
Economías en rápida expansión como la de India y la de China, donde el carbón sigue siendo el principal combustible para más de 2000 millones de personas, se consideran desde hace tiempo los mayores retos para reducir las emisiones de carbono.
Pero la vuelta al carbón incluso en la Europa preocupada por el medio ambiente está sembrando verdadera alarma entre los ecologistas, que advierten que se está poniendo al mundo en una trayectoía desastrosa que imposibilitará el control del calentamiento del planeta. Ha habido prtestas en Civitavecchia, en una nueva central de carbón en Alemania, y en una en República Checa, así como en la central eléctrica de Kingsnorth, en Kent, que se convertirá en la primera nueva central de carbón de Reino Unido en más de una década.
Los propietarios de centrales de Europa hacen incapié en que están haciendo las nuevas centrales los más limpias posible. Pero los excépticos afirman que el "carbón limpio" es una fantasía. "Construir nuevas centrales de carbón es un error", opina James E.Hansen, importante climatólogo del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. "Necesitamos una moratoria del carbón inmediata", añade, "con un calendario de desmantelamiento de las centrales existentes a lo largo de las ´róximas dos décadas".
Enel y otras muchas centrales eléctricas afirman que no tienen muchas más opciones que construir centrales de carbón para sustituir una infraestructura que envejece, en especial en países como Italia y Alemania, que han prohibido la construcción de centrales nucleares. Los costes del combustible han aumentado un 151% desde 1996, y los italianos pagan la electricidad más cara de Europa. Pero las actitudes hacia la energía nuclear tal vez estén cambiando en Europa; Italia anunciaba el 22 de mayo que retomaría la cosntrucción de centrales nucleares, después de dos décadas de prohibición.
En lo referente al coste y a la seguridad energética, el carbón tiene todas las ventajas, sostienen sus partidarios. Las reservas de carbón durarán 200 años, frente a los 50 del gas y el petróleo. El carbón es relativamente barato en comparación con el petróleo y el gas natuaral. Más importante, no hay un cartel de carbón, de modo que hay más margen para negociar los precios.
"Nuestro plan para dejar el petróleo, que cada vez está más caro, es convertir todas las centrales de petróleo y emplear tecnologías de carbón limpias", explica Gianfilippo Manzini, jefe de generación y gestión energética de Enel. "Esta será la central de carbón más limpia de Europa".
"Carbón limpio" es un término acuñado por el sector hace décadas, en referencia a sus esfuerzos por reducir la contaminación local. Mediante el uso de nueva tecnología, las centrales de carbón limpio redujeron drásticamente el número de partículas de hollín emitidas a la atmósfera, además de gases como el dióxido de azufre y el óxido nitroso. Pero la tecnología tiene un efecto mínimo en las emisiones de carbono.
El cometido - que consiste en bombear las emisiones de carbono a almacenes subterráneos en lugar de liberarlas -, es complicada para cualquier fuente de combustible, pero en especial para el carbón, que produce más dióxido de carbono que el petróleo o el gas natural.
En la actualidad, en condiciones óptimas, el carbón produce más del doble de dióxido de carbono por unidad de electricidad que el gas natural, el segundo combustible más usado para generar electricidad, de acuerdo con el Instituto de Investigación de la Energía Eléctrica. En el mundo en desarrollo, donde hasta las nuevas centrales usasn carbón de menor calidad y maquinaria menos eficiente, la ecuación es aún peor.
Sin captura y almacenamiento del carbono, el carbón no puede ser ecológico. Pero para resolver este problema hará falta coordinación a escala mundial y miles de millones de euros de inversión, señala Jeffrey D.Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia. "Descubrir como capturar el carbono es verdaderamente esencial - puede que al final no funcione -, y si no es viable, la situación, en lo que respecta al cambio climático, es mucho más terrible", asegura Sachs.
EL PAÍS - THE NEW YORK TIMES - , Jueves 5 de junio de 2008
Imagen: Flickr

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