22 enero 2008

El camino hacia la Europa limpia

A. C. - Bruselas - 22/01/2008
Comercio de emisiones de dióxido de carbono, garantías de origen de energía renovable, secuestro de CO2. Éstos son algunos de los complejos mecanismos que vertebran las propuestas de directiva que la Comisión Europea pondrá sobre la mesa mañana para luchar contra el cambio climático una vez que expire Kioto en 2012, en medio de las críticas de los Estados miembros y de los empresarios. La propia Comisión calcula que las medidas se cifrarán en un 0,5% del PIB comunitario. Con el paquete legislativo, una sopa de cifras de difícil comprensión y aún más complicada aplicación, Bruselas quiere reducir el 20% de las emisiones de dióxido de carbono en 2020 respecto al nivel de 1990.
- 20-20-20. El triple 20 se ha convertido en el mantra con el que la Comisión se presenta ante el resto del mundo como la campeona de la lucha contra el cambio climático. Aprobadas por los Veintisiete en 2007, estas cifras se refieren a la reducción del 20% de las emisiones de CO2 en 2020, y a la obligatoriedad de que para ese año, el 20% de la energía que se consuma en la UE proceda de fuentes renovables y el 10% del combustible de biocarburantes. Las leyes, que detallarán mañana cómo alcanzar esos objetivos y qué deberes le corresponden a cada país, deben ser aprobadas después por los Estados miembros y por el Parlamento Europeo.
- Los ricos pagan más. El PIB por habitante determinará en parte cuánto podrá contaminar cada Estado. Así, mientras Bulgaria y Rumania podrán aumentar sus emisiones hasta en un 20%, los viejos y ricos países de Europa tendrán que reducir los gases hasta en un 20%.
- Las emisiones, a subasta. Bruselas fija una reducción del 21% para aquellos sectores obligados a participar en el llamado comercio de emisiones, por el que la industria estará obligada a pagar por los derechos de emisiones de CO2 que le concedan. El objetivo será único en toda la UE, pero el PIB per cápita se tendrá en cuenta a la hora de repartir el volumen de emisiones. La industria química, la eléctrica, la siderúrgica o el aluminio son algunos de los sectores incluidos en el sistema.
- Impulso a las renovables. El reparto del objetivo del 20% de renovables ha sido una de las cuestiones más polémicas de la propuesta. Prácticamente todos los países se han quejado del porcentaje que se les asignado. Además, España y Alemania se han opuesto a las llamadas garantías de origen, un sistema de comercio de títulos de renovables por el que países pequeños con poco potencial para las renovables podrían invertir, por ejemplo, en un parque eólico en España y a cambio apuntarse esa energía como propia. Tanto España como Alemania consideran que este comercio de renovables pondría en peligro el sistema de subsidios a las renovables que aplican. Al final, según explicaron ayer fuentes comunitarias, no habrá un mercado europeo de renovables, pero los países que lo deseen sí podrán intercambiar garantías de origen.


EL PAÍS, Martes 22 de enero de 2008

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