15 diciembre 2007

Bali ultima un pacto a la baja

RAFAEL MÉNDEZ Nusa Dua 15/12/2007
Sólo había acuerdo en que tenía que haber acuerdo. Después de dos semanas de disputa entre Europa y EE UU sobre sobre si el mandato de Bali debía incluir rangos concretos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la Cumbre del Cima se dio un día más y postpuso el pacto.
A las ocho de la mañana en Indonesia (las 01.00 en España) el acuerdo más probable era lo suficientemente rebuscado como para satisfacer a todos: no habrá cifras en el mandato de Bali para renovar Kioto, pero sí habrá una referencia en un pie de página al escenario de reducción de emisiones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático que recomienda reducir las emisiones entre un 25% y un 40% en 2020 respecto a 1990 para evitar que la teperatura suba más de 2,4 grados. Así lo afirma el borrador al que ha tenido acceso EL PAIS. Salvo sorpresas de última hora cuando el pleno con los 190 países vea el texto en la mañana del sábado, esa era la opción más probable. Con ella, todos dicen haber ganado, pero lo cierto es que la UE rebajó sus exigencias en el último momento para salvar la cumbre. Al comienzo del plenario, esta madrugada, China e India mostraron reticencias para moderar sus emisiones bajo supervisión de la ONU, aunque la intención era perfilar un pacto pos-Kioto que, por primera vez, comprometiera a todas las grandes potencias.
El secretario de Medio Ambiente portugués, Humberto Rosa, declaró en una enrevista a a EL PAÍS pasadas las 03.30 en Bali (20.30 en España): "Habrá las cifras necesarias para tener una buena ruta de Bali. El acuerdo es lo suficentemente ambicioso. Nuestros objetivos de reducción de emisiones estarán en el texto. Creo que es un muy buen acuerdo para el mundo y encontraremos los números en el mandato". Rosa ha sido uno de los negociadores principales de la UE durante dos semanas, ya que Portugal ostenta la presidencia rotatoria de la Unión. En un perfecto castellano, se esforzaba por parecer satisfecho.
A las 02.30 los 40 países más represetativos de la Cumbre en representación de los distintos grupos se dieron un día más para que lo aprobase el pleno, algo que requiere unanimidad. El texto pactado entre las potencias reconoce que serán necesarias "profundas reducciones en las emisiones mundiales para alcanzar el objetivo de la Convención" y "enfatiza la urgencia de afrontar el cambio climático como indica el cuarto informe de evaluación del IPCC". En ese punto, un pie de página remite a las páginas 39 y 90 de uno de los informes del IPCC y a la 776 de otro, en las que se recomienda que la concentración de CO2 se debe estabilizar antes de 2015, para lo cual es necesaria una reducción de emisiones de entre el 25% y el 40%.
El acuerdo entre la UE y EE UU (más Japón, Canadá, el G7) salva la cumbre en el último momento. Así que, salvo sorpresa mayúscula y que alguien haya cambiado de opinión o que alguno de los que no estaba en la negociación se oponga, la cumbre daba por hecho ya en la mañana del sábado que el plenario tendría que votar por la fórmula intermedia. Ese texto se somete a las ocho de la mañana del sábado al pleno con los 190 ministros (o los que no se hayan vueto a sus paises). Allí puede surgir alguna discrepancia, pero si los grandes están de acuerdo, y con el avión a punto de despegar, es poco previsible que la negociación se vaya al garete. "Puede haber sorpresas en el plenario. Si algún país se opone tenemos un problema, pero espero que todo vaya rápido", declaró a EL PAÍS el secretari de la Convención, Yvo de Boer. Eran las 06.50 en Indonesia (23.50 en la Península) y De Boer parecia agotado.
El resultado de la negociación deja un sabor agridulce en la UE. Antes de Bali, casi nadie habría apostado que el acuerdo contendría un objetivo concreto de reducciones. Pero durante la negociación, la Unión tensó tanto la cuerda para mantenerlo que parece una derrota. Europa amenazó con boicotear el foro paralelo contra el clima que prepara Bush con los 15 países más contaminantes, algo que habría dejado a Washington en muy mal lugar. La UE pensó que con la Administración de Bush en el último día de su última cumbre "aceptaría arrepentirse en el último momento de sus pecados durante siete años para no pasar a la historia como la Administración que se negó a combatir el cambio climático", según un veterano negociador. Se equivocaban.
Estados Unidos, pero también Canadá y Japón, se han opuesto a que hayas cifras concretas con el argumento de eso "prejuzga" la negociación. De Bali sale el mapa con las directrices para alcanzar en 2009 un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto.
A la enorme presión recibida el día anterior, Washington respondió en la medianoche del jueves presentando un borrador en el que sólo se contemplaban compromisos voluntarios de reducción de emisiones. Fue rechazado a las pocas horas, pero EE UU dejaba claro que el elefante (como lo definió Al Gore) seguía allí.
Pese al bloqueo, nadie podía aceptar salir de Bali sin un texto. "El cambio climático ha marcado la agenda mundial, con el informe del IPCC, el premio Nobel.. Era inconcebble salir de aquí sin un acuerdo. No podía haber un fracaso", explicó Rosa. De Boer, resumió: "Ningún país quiere aparecer como el que derrumbó el acuerdo". Sobre si cedió más la UE o EE UU, Rosa afirmó: "Si miramos la posición de partida de cada uno y el último borrador que presentó EE UU, está claro".
A cambio de quitar las cifras del texto, Estados Unidos acepta que "todos los países desarrollados" tendrán "límites cuantificados a las emisiones y objetivos de reducción de emisiones teniendo en cuenta la comparabilidad de los esfuerzos entre ellos y las diferencias en sus circunstancias nacionales", según el borrador. Esto supone que EE UU asume que tiene que reducir sus gases de efecto invernadero y que lo plasma por escrito en un documento de Naciones Unidas. En los próximos dos años se decidirá si ese compromiso es legalmente vinculante (algo que difícilmente acpetará la Casa Blanca, sea republicana o demócrata) o sólo indicativo. EE UU, el único país industrializado que no ha firmado Kioto, deja la puerta abierta así a Kioto II.
EL PAÍS, Sábado 15 de diciembre de 2007

No hay comentarios: