04 diciembre 2007

No hay tregua navideña para el CO2

ARACELI ACOSTA. MADRID.
Las navidades blancas ya no se llevan, fundamentalmente por culpa del cambio climático. Y precisamente por eso hay que llevar a la práctica las navidades verdes. No se trata de decorar la casa con el tradicional árbol, musgo o acebo (estos últimos, por cierto, en peligro de extinción y protegidos en toda Europa) sino de comportarnos de una forma más ecológica en estas fiestas. Y empezando por las Administraciones que, al fin y al cabo, somos todos.
Las luces que iluminan nuestras calles y plazas en estas fechas, aunque cada vez se adelanta más su encendido, suponen un enorme derroche energético y un importante impacto ambiental. Nadie dice que se prescinda del alumbrado navideño, pero sí que los ayuntamientos podrían hacer un esfuerzo para que éste no contamine. Imposible no es.
El mejor ejemplo lo tenemos en el abeto que cada año acerca el espíritu navideño a los neoyorquinos. Situado en uno de los lugares más concurridos de Manhattan, el Rockefeller Center, y con más de 30.000 bombillas centelleantes, este año su factura energética será nula, puesto que se alimenta de las placas solares que los propietarios de este complejo de edificios han instalado en sus azoteas. Además, las bombillas son LED (diodos emisores de luz), que son más eficientes. Una tecnología que también estará presente en la bola de cristal que desde 1907 marca el inicio del nuevo año en Times Square ante la mirada de cientos de miles de personas.
Bombillas de bajo consumo
Estas bombillas de bajo consumo se han incorporado ya al alumbrado navideño de muchas ciudades españolas (Madrid, San Sebastián, Barcelona...), pero en contrapartida algunas han aumentado las horas o los días de funcionamiento. Tanto es así que en Madrid las luces decorarán sus calles durante más de un mes.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), limitar el uso de las luces al periodo comprendido entre el 15 de diciembre y el 6 de enero, desde las siete de la tarde a la medianoche (a excepción de los días 24 y 31 de diciembre y 5 de enero, en que funcionarían toda la noche) permitiría ahorrar unos 10 millones de kWh. Hay que tener en cuenta que el consumo medio de la iluminación navideña en nuestro país asciende a 30 millones de kWh, por lo que el ahorro no es nada desdeñable.
Esta cantidad que se consume cada año por estas fechas provoca la emisión de más de 10 millones de kilos de dióxido de carbono. Y es que el consumo eléctrico de las luces navideñas está cubierto en, aproximadamente, un 50% por centrales térmicas que generan y emiten toneladas de CO2 a la atmósfera. Un regalo de navidad para el efecto invernadero que causa el cambio climático.
Para Ecologistas en Acción, «abruma pensar la cantidad de energía que puede llegar a consumirse de un modo tan superfluo en el mundo desarrollado durante estas fechas». Pues, aunque los recibos de la luz los paga cada ayuntamiento (al final cada ciudadano), la factura medioambiental en forma de cambio climático, lluvia ácida, residuos nucleares o contaminación la paga todo el planeta.
Esto en nuestras calles, pero en cada casa se puede reducir considerablemente la factura ecológica. Así, ¿realmente cree necesario que las luces parpadeantes de su árbol de navidad estén encendidas toda la noche? En realidad, lo mejor sería no utilizar luces -las velas son una buena alternativa si no hay niños cerca y bajo vigilancia- y que los adornos sean reciclados de otros años o elaborados por uno mismo. Deje volar su imaginación, también a la hora de envolver los regalos. Ya sabemos que el misterio de desenvolver es parte esencial de la emoción que nos produce recibir un obsequio. Lo mejor es utilizar cajas o bolsas de papel que luego puedan tener otros usos. Un saco de tela -de los que tanto envidiábamos de pequeños de las navidades anglosajonas- es también una buena opción.
Envoltorio superfluo
Si no tiene más remedio que recurrir al papel, mejor que sea reciclado, pero eso sí, para luego tirarlo al contenedor de papel. Lo mismo debemos hacer con los múltiples envoltorios que ya vienen de fábrica con los juguetes de los más pequeños y de los mayores: ¿Se ha fijado alguna vez en las múltiples capas de envoltorio que lleva un pequeño frasco de perfume? Y es que el envoltorio superfluo es la fuente principal del aumento en la generación de basura y en otros países, como el Reino Unido, está provocando campañas en contra de los productos que llevan capas y capas de envoltorio, redescubierto ahora como un nuevo soporte publicitario.
Estas fiestas son momento de encuentro, de comidas y excesos etílicos, en muchos casos, debido al afán de brindar por casi todo. Sin entrar en las consecuencias para su línea, tenga en cuenta que las botellas deben acabar en el contenedor de cristal (el azul), y las latas, briks y residuos de envases en el amarillo. Piense que los paseos hasta los contenedores no dejan de ser una buena fórmula para contrarrestar los excesos culinarios.
Se disparan los residuos
Los envases y embalajes son un problema serio para el medio ambiente, advierten desde Ecologistas en Acción. Un 40% de la basura doméstica la forman residuos orgánicos; el resto, son envases. Este porcentaje crece sin cesar y se dispara en Navidad. Para fabricarlos se destruyen recursos naturales, se contamina el agua y la atmósfera. Tanto en su fabricación como en su reciclaje se consumen grandes cantidades de energía y cuando se convierten en residuos tienen un notable impacto ambiental, tanto si se depositan en vertederos como si se incineran. Mientras que el resto del año cada persona genera un kilo y medio de basura al día (hace 30 años no se llegaba ni a medio kilo), en estas fechas son dos kilos, de los que la mitad son envoltorios y embalajes.
Y para hacer las compras, vaya andando o en transporte público. Además de ayudar a los Reyes Magos estará haciendo un favor al medio ambiente. De los villancicos aún nadie ha dicho nada. Aunque no estaría nada mal repasar la Ley del Ruido porque algunas panderetas y zambombas seguro que superan el nivel de decibelios aconsejable.
ABC, Lunes 3 de diciembre de 2007

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