20 diciembre 2007

Los molinos se echan a la mar

MANUEL ANSEDE - MADRID - 19/12/2007 23:09
En el siglo III antes de Cristo, la ciudad griega de Rodas recibía a los barcos con una extraordinaria escultura del dios griego Helios. El Coloso de Rodas, una de las siete maravillas del mundo antiguo, medía 32 metros. Era sólo un poco más pequeño que la Estatua de la Libertad de Nueva York. Ambos gigantes parecen enanos comparados con los colosos que presidirán en unos años las costas españolas.
El pasado 11 de diciembre, el Ministerio de Medio Ambiente presentó un Estudio Estratégico Ambiental para determinar las zonas del litoral aptas para la instalación de parques eólicos marinos.
El 42,8% de las costas españolas son, según la Administración, áreas adecuadas para el establecimiento de los descomunales aerogeneradores marinos, de 80 metros de altura sobre el nivel del mar y con palas de unos 45 metros.Los primeros parques llegarán a partir de 2010.
Endesa y Acciona, que estudian la viabilidad de un parque en el Cabo de Trafalgar, y Capital Energy, en el Delta del Ebro, son las empresas que mejor se han colocado en este nuevo mercado.
Según datos de la Asociación Empresarial Eólica, los parques marinos producirán, a partir de 2020, 12.000 GWh cada año, la energía suficiente para satisfacer el consumo doméstico de cuatro millones de personas. Un auténtico subidón de energía renovable.
A pesar de sus ventajas, la energía eólica marina se ha encontrado con enemigos en diferentes frentes. Por un lado, los pescadores ven los aerogeneradores como intrusos en sus caladeros.
Por otro, los hosteleros critican su impacto visual y temen que en algunas playas españolas el sol se ponga entre barrotes. Finalmente, los ecologistas denuncian el riesgo de instalar molinos de viento en un ecosistema marino prácticamente desconocido.

Precipitación” del Gobierno
El coordinador del Área de Conservación de SEO/BirdLife, Juan Carlos Atienza, cree que los aerogeneradores, “mal colocados”, son una amenaza para las aves, “tanto en tierra como en el mar”.
Su organización ha asesorado al Ministerio de Medio Ambiente para la elaboración del mapa de zonas geográficas excluidas. “Parece que han respetado las áreas que sugerimos, pero, aun así, creemos que el Gobierno se ha precipitado”, afirma Atienza.
El 60% de las especies de aves marinas que se reproducen en España se encuentra amenazada. Por ello, SEO/Birdlife mantiene que antes de autorizar parques eólicos marinos es necesario identificar las áreas que deben ser protegidas.
Y, de momento, la Red Natura 2000 en el mar está en pañales.“Estamos a favor de la energía eólica, pero siempre que se planifique bien, no es lógico solucionar un problema generando otros”, expone Atienza.
A su juicio, las organizaciones ecologistas no están poniendo obstáculos a la llegada de la energía eólica marina. “Se nos achaca que dilatamos los plazos, pero si hoy no tenemos conocimientos adecuados del medio marino es porque la Administración no se ha puesto manos a la obra. Llevamos 10 años pidiendo que investiguen”, se queja.
El presidente de la Federación Gallega de Cofradías de Pescadores, Evaristo Lareo, es mucho más contundente. “Estamos absolutamente en contra de los parques eólicos marinos, porque compiten con muchas zonas de pesca, sobre todo en el caso de las embarcaciones pequeñas”, expone Lareo como portavoz de una organización que agrupa a 20.000 profesionales de la pesca de bajura y el marisqueo.
Cuando se instalen habrá que ver cómo funcionan, el ruido que hacen y su impacto en el paisaje”, advierte.El director de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Alberto Ceña, es más optimista: “En España no tenemos experiencia en este ámbito, por eso hay miedo. Las novedades siempre generan una oposición de entrada, pero, en realidad, los parques afectan mínimamente a la avifauna y a la pesca”.

"Demasiado restrictivo”
La AEE está evaluando el mapa de zonas excluidas elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente. “En general, nos parece demasiado restrictivo, porque desplaza la mayor parte de las instalaciones a siete kilómetros de la costa y las zonas sin restricción son demasiado profundas y requieren soluciones complejas”, explica Ceña.
España es el segundo productor de energía eólica del mundo, solo por detrás de Alemania. Sin embargo, el debate sobre los parques marinos llega con muchos años de retraso.
Dinamarca instaló el primer parque en 1991. Inglaterra, Holanda, Suecia e Irlanda también cuentan con aerogeneradores en el mar. En realidad, no es un síntoma de atraso. Las empresas eólicas españolas no han mostrado interés por el océano por una razón muy sencilla: el desarrollo de un parque marino es entre un 20% y un 30% más caro que el de uno terrestre y, de momento, no falta espacio en tierra para instalar molinos de viento.
Además, en países como Dinamarca la plataforma continental desciende de manera suave, y mantiene una profundidad de entre 5 y 10 metros, perfecta para la instalación de aerogeneradores. En España, el descenso es mucho más brusco y dificulta el enraizamiento de los molinos.“Ahora que el panorama administrativo se ha despejado, hay que explicar a la población las ventajas de la energía eólica marina”, agrega Ceña.
Entre ellas, la solución a la dependencia energética exterior, que alcanza el 80% en España. Todo un reto para cientos de colosos de fibra de carbono.
PÚBLICO, Jueves 20 de diciembre de 2007

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