07 febrero 2008

Los españoles creen que el calentamiento es una amenaza real, próxima y peligrosa

ARACELI ACOSTA
MADRID. El cambio climático es un fenómeno real, provocado en gran parte por la actividad humana y que ya se está dejando notar en España. Estas son algunas de las ideas -en este caso acertadas, a tenor de lo que dicen multitud de informes científicos-, que tienen los españoles sobre el calentamiento global. Así se desprende del estudio «Percepciones y actitudes de los españoles hacia el calentamiento global», elaborado por la Fundación BBVA y presentado en Madrid.
Nueve de cada diez españoles ya han oído hablar del calentamiento global, frente al 78% que sabían algo del tema dos años antes. No es que sea un resultado llamativo, sobre todo teniendo en cuenta que cuando se realizó la encuesta (entre el 8 de noviembre y el 14 de diciembre de 2007) los medios de comunicación ofrecían información de la presentación del cuarto informe del panel Intergubernamental del Cambio Climático en Valencia y después de la Cumbre Mundial del Clima celebrada en Bali, pero detrás de este conocimiento «de oídas» hay cada vez más personas que conocen las causas del calentamiento o fenómenos vinculados al calentamiento global.

Actividad humana
Así, una mayoría abrumadora (porcentajes por encima del 75%) conoce que la emisión excesiva de ciertos gases debido a la actividad humana está acentuando el efecto invernadero o que el uso de ciertas energías contribuye al problema. Si bien hay una cierta confusión con el papel que juega el agujero de la capa de ozono en este proceso.
Pero más allá de su conocimiento, cuatro de cada diez españoles creen que el calentamiento gobal ya tiene consecuencias en España. Así, el 82% considera que en los últimos veinte años ha aumentado la temperatura en su región, el 76% cree que el clima es más variable y el 66% constata que las precipitaciones han disminuido. Esto ya da una idea de que consideran que el calentamiento global no es algo lejano y que afectará a otros. Tanto es así que el 82% manifiesta que se trata de un problema importante para ellos y sus familias y un 93% piensa que lo será para las generaciones futuras.
Dentro de esta suerte de efectos negativos, los españoles no dejan de ser optimistas, y están convencidos (un 70%) de que es un problema reversible. Ahora, eso sí, actuando de inmediato. A este respecto, un 85% está de acuerdo con que «si no hacemos algo ahora para luchar contra el calentamiento global, las generaciones futuras vivirán en un mundo donde los recursos serán escasos». Asimismo, la mayoría está en desacuerdo (70%) con que «todo lo que se habla sobre el calentamiento global es una moda que pasará en unos años».
Unos años, los de la acción, que el planeta no se puede permitir perder. Los ciudadanos son conscientes y un 72% de ellos afirman estar dispuestos a introducir cambios en su modo de vida para combatir el calentamiento global.

Pagar por contaminar
Ahora bien, más allá del alto nivel de disposición teórica, el apoyo a diferentes iniciativas destinadas a combatir el calentamiento global y que inciden en el gasto varía según la medida de que se trate. Así, las medidas no lineales, cuyo impacto en términos de coste esté ligado al comportamiento del usuario, suscitan altos niveles de aceptación. Es el caso de establecer diferentes tarifas de electricidad según el consumo, siendo la tarifa más cara a medida que se gasta más, o aplicar impuestos a los automóviles según su emisión de CO2. En este sentido, un 29% de la población estaría dispuesta a pagar hasta 5 euros más en la factura de la luz si ésta procediera de fuentes renovables y un 13% adicional no tendría problema alguno en abonar entre 6 y 10 euros más por este concepto.
Cuando las medidas son lineales, como aumentar los impuestos a la gasolina, sin discriminar el uso que hace cada ciudadano, el desacuerdo crece hasta casi el 60%. Mientras que si se trata de restringir la utilización de algunos bienes y servicios, como por ejemplo el uso del coche según matrículas por días de la semana -medida que desde hace años se aplica en ciudades europeas como Roma- hay una gran división de opiniones entre los que usan el coche habitualmente y los que no. Entre los primeros, más o menos la mitad estaría dispuesto, en cambio, a pagar entre 10 y 30 céntimos más por un litro de gasolina mezclado con biocarburante.
Básicamente, se puede decir que por un lado el ciudadano está dispuesto a pagar, aunque no tanto a dejar de contaminar, y por otro aplica la idea de «no en mi patria», y así, las iniciativas con un impacto directo en otros actores, como el de imponer multas a las empresas que no reduzcan sus emisiones de dióxido de carbono, suscitan un alto nivel de acuerdo.

Suspenso al Gobierno
En cuanto al fenómeno visto desde el ángulo político, sólo seis de cada diez conocen de qué va el protocolo de Kioto. Aún así, un 50% opina que el Gobierno español se esfuerza poco o nada en la lucha contra el cambio climático. Una crítica que se acentúa en el caso de las empresas: siete de cada diez consideran que su esfuerzo para reducir emisiones contaminantes es insuficiente.
Tal vez por esto los españoles confíen tanto en la tecnología para ofrecer soluciones frente al calentamiento global. La tecnología es vista como un claro aliado para combatir el fenómeno por siete de cada diez ciudadanos. Además, uno de cada dos cree que los retos que plantea el calentamiento pueden servir de acicate para la innovación tecnológica.
ABC, Jueves 7 de enero de 2008

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