15 febrero 2008

Sólo las aguas cercanas a los Polos están libres de sufrir el impacto de la acción humana

A. ACOSTA
La sombra de la mano del hombre sobre los océanos es muy larga. Tanto que sólo han quedado relativamente libres de su acción algunas zonas en los Polos. Ésta es una de las principales conclusiones que arroja el primer mapa de la huella humana en los océanos, que cubren el 70% del planeta, aunque de este mapa se desprenda que están «menguando» en cuanto a su capacidad para generar recursos. Y es que los impactos son muchos y variados -en esta ocasión los investigadores han estudiado 17 actividades humanas-, muchos de ellos ocurren simultáneamente en un mismo lugar y van desde la pesca y la contaminación hasta el cambio climático, aportando una imagen de cómo y dónde nuestras actividades están perjudicando los mares.
Y las regiones más afectadas son el Caribe oriental, el mar del Norte y las aguas de Japón, según este nuevo mapa, que se presentó en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, celebrada en Boston, y que ayer publicó la revista 'Science'. «Nuestros resultados reflejan que cuando se suman éstos y otros impactos individuales,el cuadro general es mucho peor de lo que nos habíamos imaginado», aseguró el autor principal de la investigación, Benjamin Halper, del Centro Nacional para la Ecología de la Universidad de California.
Kilómetro a kilómetro
El equipo de Halper recopiló datos de diferentes fuentes y los volcaron en un modelo que asignó a cada kilómetro cuadrado de océano un valor único. Este valor refleja el conjunto de impactos de todos los cambios inducidos por los humanos en ese espacio en concreto.
Y el resultado revela que no hay ninguna área del océano que esté completamente a salvo de las actividades humanas. «En cada uno de los kilómetros cuadrados de nuestros mares están ocurriendo cambios ecológicos debido a causas antropogénicas», dice el estudio. Por eso, en la escala de afección que han utilizado no existe el valor 0, sino que el más bajo se refiere a un impacto menor de 1,4. En este sentido, y aunque muchas zonas de las regiones polares aparezcan por ahora por debajo de esa cifra, los investigadores advierten de que es probable que, a medida que el cambio climático caldee esas áreas, la mano del hombre acabe llegando hasta allí con toda su fuerza destructiva. No obstante, este análisis no tiene en cuenta la polución atmosférica, que es particularmente alta en el Ártico.
Donde ésta ya ha llegado es a un 41% de los océanos con un impacto medio alto y alto. Y aunque el porcentaje donde las afecciones han sido muy altas sólo representan el 0,5% de los mares, en cifras absolutas este porcentaje representa una superficie de más de 2,2 millones de kilómetros cuadrados.
Los ecosistemas más «tocados» son las plataformas continentales, los arrecifes rocosos, los arrecifes de coral, las praderas y las montañas submarinas. Y además de las regiones antes citadas (Caribe oriental, Mar del Norte y aguas de Japón) los investigadores identifican otras zonas con farolillo rojo: el mar de la China, en su parte meridional y oriental, la costa este de Norteamérica, el mar Mediterráneo, el mar Rojo, el Golfo Pérsico y partes del Pacífico occidental.
ABC, Viernes 15 de febrero de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

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