27 marzo 2008

Desmantelar o invertir

MARÍA GARCÍA DE LA FUENTE - Madrid -
Mientras el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown, discuten sobre el futuro de la energía nuclear en cada uno de sus países, en España el tema sigue abierto. La construcción de nuevas plantas o la prolongación de su vida útil sigue generando polémica, y especialmente por el problema sin resolver de los residuos radiactivos.
El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, abogó en la campaña electoral por una "política razonable de reducción de la energía nuclear", por lo que no parece probable la apertura de nuevas plantas. Queda la incógnita de si el Ejecutivo establecerá un calendario de cierre de las plantas nucleares, como demandan las organizaciones ecologistas, o si permitirá su funcionamiento durante más de 40 años, como reclama la industria.
La central de Santa María de Garoña (Burgos) cuenta con autorización de explotación hasta julio de 2009, fecha en la que tendrá 39 años, pero el titular de la planta, Nuclenor, ya ha pedido un nuevo permiso de explotación por otros 10 años, es decir, hasta 2019.
El resto de centrales dispone de permisos para 2010 o más años, y todavía no han solicitado la prórroga. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es el organismo encargado de determinar si la central cumple las condiciones para seguir funcionando y expedir los permisos, pero es el Gobierno el que determina si debe cerrar o no. Aún no lo ha hecho.

Más de 30 años con centrales
La energía nuclear aporta en la actualidad un quinto de la eléctrica que consume España, aunque su porcentaje varía dependiendo de la producción de energías renovables y de la disponibilidad de agua para generación de hidroeléctrica. Sus defensores destacan la garantía de suministro, sus nulas emisiones de dióxido de carbono y la no dependencia del exterior, mientras que sus detractores critican la peligrosidad de los residuos.
España se incorporó en 1970 a la energía nuclear, con la inauguración de la primera central, Santa María de Garoña (Burgos), todavía en funcionamiento. Le siguieron otras cinco, algunas con dos reactores.
En total ha habido nueve reactores nucleares produciendo energía en España. Dos de ellos han dejado de funcionar: Vandellós I (Tarragona) por un incendio y José Cabrera (Guadalajara) en 2006 por edad. Pero podían haber sido más, concretamente tres centrales más.
A mediados de los años 70 se proyectó la construcción de la central nuclear de Lemóniz (Vizcaya), contra la que ETA atentó en varias ocasiones; la de Valdecaballeros (Badajoz) y el segundo grupo de Trillo (Guadalajara), cuyos titulares son Iberdrola, Endesa y Unión Fenosa, respectivamente.
Pero ninguna de ellas entró en funcionamiento, ya que en diciembre de 1994 se declaró por ley la paralización definitiva de los proyectos de construcción de las tres plantas. La legislación estableció entonces que dichos titulares percibirían una compensación o anualidad por las inversiones realizadas y por el coste de su financiación.
Las compensaciones entre 1995 y 2005 a los tres proyectos de plantas nucleares ascendieron a 5.499 millones de euros, pagados por el Estado a las eléctricas.
PÚBLICO, Jueves 27 de marzo de 2008
Imagen: Público

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