30 agosto 2008

La guerrilla de las macetas

Lucía Magi
Existen jardines comunitarios que nacen en los sueños de los vecinos antes que en los planos de los arquitectos municipales. Jardines que plantan grupos de ciudadanos o particulares en solares hacinados con escombros, medianas desoladas o descampados baldíos. Estos jardines - grandes como manzanasenteras de viviendas o pequeños como una simple maceta - surgen sigilosamente al margen de la iniciativa de las administraciones, por la noche, lejos de las miradas indiscretas de la policía. Es un aacto de opropiación del espacio urbano muerto, según lo ven los militantes de un movimiento internacional que se ha bautizado Guerrilla Gardening.
El término fue acuñado en Nueva Yorken los años setenta, por un grupo de activistas que reanudó una práctica ya conocida en los barrios pobres de la Gran Manzana: los Community Gardens, espacios verdes que brotaron como setas a principios del siglo pasado. Pero es en los setenta, cuando el movimiento, con nuevo nombre y renovada conciencia política, se difunde en todo el mundo. En Nueva York hoy existen unos 800 jardines plantados sin permiso en suelo público. Los vecinos los mantienen, allí se casan, organizan cenas, montan guarderías autogestionadas o sencillamente toman el fresco. Muchos otros están en San Francisco, Toronto, Berlín, Milán y Londres, algunas de las ciudades más comprometidas.
Richard Reynolds lidera a los guerrilleros de medio mundo desde su piso de Elephant and Castle, en el sur de Londres. Su blog recoge las acciones del grupo quizá más activo hay día, con un nuevo jardín cada dos semanas.
En el apartado dedicado a España del foro que Reynolds modera en Internet las declaraciones caen en el vacío. El último mensaje llegó el pasado 26 de julio, firmado por Lau: "¿Hay gente interesada en formar un grupillo en Madrid?" Vendría bien ajardinar esto un poco". Ninguna contestación. Ecovirg escribió el 26 de marzo desde Barcelona: "Quiero llenar de colores la ciudad y que el gris pierda terreno. ¡Viva las flores!". Su optimismo arrastra alguna tímida declaración de solidaridad, sin concretar. Sin embargo, algo se mueve. En Málaga, por ejemplo.
Eve López, tiene 28 años, de pequeña vivía en el campo y maneja semillas y abono. Trabaja como secretario y vuelve a casa paseando. "Hay mucho terreno baldío en la ciudad. Por eso empezamos". Eve y su pequeño pelotón de guerrilleros ya van por el quinto jardín. Se están dedicando al barrio del Limonar. "Una zona de las afueras, pija, pero descuidada en el espacio público". No es fácil coordinar a parsonas que se dedican a distintas ocupaciones. "Si quedas para plantar la gente se raja". Su voz hace un guiño: "Quedo para una copa y me presento con las planta bajo el brazo". Las matitas que Eve compra en el vivero cuestan 35 céntimos: a pie de barra se hace el bote. Ocurre de noche por supuesto: "Técnicamente sería apropiación de suelo público", admite. "Sin embargo, los jardineros municipales nos ayudan a regar y los vecinos nos felicitan".

Iniciativas puntuales
Jesús Suárez ha conocido el movimiento buceando por Internet. Vive en la otra punta del país, en Oviedo. Hace 12 años fundó la asociación Jóvenes para la Ecología de Asturias: "Organizamos talleres de educación ambiental en colegios, charlas sobre el consumo responsable, el reciclaje, etc". Son una quincena de voluntarios, con una media de edad de 30 años. Jesús es informático: los otros son estudiantes, psicólogos, sociólogos, ingenieros. Hay de todo. "Pensamos en poner en marcha la guerrilla aquí porque, si el centro histórico ofrece un aspecto cuidado, la periferia necesita imaginación.", afirma Jesún. "Los nuevos parques que el Ayuntamiento publicita a bombo y platillo son de hormigón y baldosas": Conoce la ciudad al dedillo y románticamente la imagina a su medida. Así es como, mientras la primavera se acababa, los jóvenes ecologistas llamaron a la puerta de las escuelas relacionadas con estudios de jardinería. La dirección de los centros les dió calabazas. "Con una asociación de vecinos tuvimos más suerte", indica Jesús. Todo indica que en septiembre, también en Asturias se sacarán palas y regaderas.
La falta de coordinación entre las distintas iniciativas parece ser el obstáculo principal para el desarrollo de un sólido movimiento autóctono, al estilo internacional. Luis González, de Ecologistas en Acción, coincide: "Todo se queda en iniciativas puntuales. Es una pena. Estas acciones dinamizan la ciudad".
Con el mimo objetivo, pero con amparo legal, nació el entorno universitario de Granada Aulabierta. Una caseta de hojalata y madera, con una gran pizarra y muchas sillas, donde confluyen experiencias y esperanzas de un centenar de estudiantes. Talleres, exposiciones y teatro: un espacio "abierto a todos, detrás del campus", decribe María García. En septiembre pasado la caseta de hojalata fue rodeada por un jardín, Aulagarden. Explica María que proyectar, plantar y mantener un espacio verde es un acto interdisciplinario, que une a gente de competencias distintas. "El personal echa una mano con el riego, profesores de paisajismo con el proyecto, botánicos con la plantación. Trabajamos todos codo con codo, animados". El próximo año construirán bancos y mesitas.
Otra ciudad, otra experiencia legal. Joystick es el nombre que Andrea Gómez y Ricardo Duque usan para firmar las acciones crativas que realizan en Barcelona. Los diseñadores llegaron en 2000 desde Medellín, Colombia. Enseguida sintieron la necesidad de una relación más estrecha con el público verde: "En mi ciudad hay frutales de mango y mandarinas en la calle. La gente los come, mientras aquí cierra los ojos a sus plantas", compara Andrea. Habia que hacer algo. "Ganamos un concurso para construir un jardín de especies comestibles en Can Felipa, un centro cívico de Poble Nou". Doscientos metros cuadrados de desierto. "Plantamos albahaca, pepino y menta". Andrea habla rápido y con entusiasmo. "Lo más bonito fue la participación de los vecinos. Abuelos con nietos, adolescentes, jóvenes parejas, todo el barrio se volcó". Plantot, así se llama el proyecto. se desarrolló a lo largo de 2007, pero "el jardín sigue allí, aun sin nosotros". Hoy lo cuidan chavales con problemas dirigidos por la Fundación Pere Mitjana.
Cerca, en un parque de la Ronda Litoral barcelonesa, en mayo brotaron giraloses. No fue por iniciativa del Ayuntamiento ni de un colectivo reglamentado, sino de Serge Herbiet y sus amigos "del alma". Este belga, su compañera y jóvenes de la Associació de Pares de Persones amb Retard Mental, plantaron flores a los pies de los árboles un bonito día de primavera. El girasol es casi silvestre, crece rápido, no necesita especial cuidado y "tiene una fuerte carga simbólica, por eso de mirar siempre a la luz", comenta Serge. Aquel día nació en Cataluña de manera extraoficial el Movimiento Girasoleño, inventado y difundido en Bélgica. Las plantas brotaron en pocos días, pero no alcanzaron a florecer. Fueron arrancadas por perros o podadas por las máquinas cortacesped municipales. Sin embargo la semilla había caído en tierra fértil. Serge busca sitio y compañeros para repetir.
En la web
La Guerrilla Jardinera se difunde sobre todo por canales extraoficiales. La Red es su caldo de cultivo principal. En los foros, los activistas se coordinan, intercambian consejos y se citan.
http://www.criticalgarden.com/ Recoge ideas e iniciativas. Michela Pasquali es una aruitecta paisajista que ha dedicado cuatro años al estudio de los jardines comunitarios de Nueva York. Para ponerse al día, su libro Loisaida, NY Community Gardens, se puede descargar integramente en Googlebooks, en inglés e italiano.
http://www.guerrillagardening.org/ La web de Richard Reynolds es la más visitada y popular en tema de guerrilla verde. Un foro enlaza a los milicianos con pala y regadera de todo el mundo. Consejos para empezar y para crear las bombas de semillas, arma útil cuando las zonas que se desean plantar no son accesibles.
http://www.greenguerrilla.org/ Un poco de historia. El colectivo que bautizó la práctica de plantar flores y árboles en zonas abandonadas de la metrópoli. La asociación, aún activa entre Manhattan y Broklyn, asesora en español (¡aunque escriba Guerrilla con una sola r!).
EL PAÍS, Sábado 16 de agosto de 2008
Imagen: Flickr


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