CLEMENTE ÁLVAREZ - Copenhague -Bajo un cielo cubierto de nubarrones, un largo convoy de 12 vagones corre a toda máquina hacia Copenhague. Es el Expreso del Clima, un tren especial que salía este sábado desde la estación de Midi de Bruselas para llegar hasta la capital danesa, donde el lunes comienza la cumbre mundial contra el cambio climático, produciendo en el trayecto la menor cantidad de CO2 posible. "Este viaje se hará sin ninguna emisión; si el mismo grupo de personas hubiera ido en avión, cada viajero habría emitido entonces 115 gramos de CO2", aseguran los tres organizadores del viaje: la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC), WWF y Naciones Unidas.
"Soy optimista, hay una oportunidad verdadera de cambiar las cosas en Copenhague", comenta a bordo Simone Ackermann, una voluntaria de 26 años de la ONG alemana Germanwatch, que se siente orgullosa de no haberse subido a más de cuatro aviones en su vida. "El tren es lo más sostenible y me encanta", incide. A su lado, una compañera va tejiendo una larga bufanda de lana verde. No es para menos, pues se espera que el convoy tarde 14 horas.
Según la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO), los vuelos en avión suponen hoy en día cerca de un 2% de las emisiones globales de CO2, pero se prevé un crecimiento muy significativo. Lo mismo ocurre con los viajes en barco, que, de acuerdo a la Organización Marítima Internacional (IMO), representan un 3,3% de las emisiones de 2007. Hasta ahora, estos desplazamientos han sido excluidos de los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero por la dificultad de atribuir a un país concreto las emisiones de este tipo de viajes internacionales. Sin embargo, uno de los puntos de negociación de Copenhague se centra en la posibilidad de que ambos sectores asuman ahora recortes, al igual que pasa con los países, y tal como está ya previsto que suceda en la UE.
En el coche 2 viaja el aventurero suizo Bertrand Piccard, que dio la primera vuelta al mundo en globo en 1999, y que ahora pretende repetir con un avión solar, el Solar Impulse: "Hay que garantizar la movilidad de la gente, pues es una libertad fundamental, y por eso hay que encontrar nuevas soluciones para el transporte. Hacen falta coches, sí, pero eléctricos. Hacen falta aviones, pero que contaminen menos". Como cuenta, el pasado jueves consiguieron que su aeroplano solar se separase un metro del suelo a lo largo de 350 metros de la pista de pruebas. "El vuelo de los hermanos Wright fue más corto y supuso una revolución, ahora hay que recomenzar la historia, pero sin carburantes", recalca el aventurero, que espera más bien poco de Copenhague: "Se echan en falta pioneros".
¿Cuánto CO2 se emite con cada medio de transporte? Según la web Ecopassenger.com, una herramienta de la UIC para estimar estas emisiones, el viaje en tren de Madrid a Copenhague (un tren Madrid-París, otro París-Bruselas y, por último, el Expreso del Clima Bruselas-Copenhague, sin tener en cuenta compensaciones con energías renovables) ha supuesto que este periodista emita 80,5 kilos de CO2. Sin embargo, este mismo desplazamiento de cerca de 2.500 kilómetros en un vuelo directo de unas tres horas hubiera generado unos 260 kilos y en coche por carretera más de 300 kilos.
De nuevo a bordo del Expreso del Clima, un antiguo tren alemán de la Deutsche Bahn que no para de bambolearse, en el coche 10 se sienta a descansar frente a mí Jean-Pascal van Ypersele, vicepresidente del IPCC, el Panel Internacional sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, al que todos asedian con la misma pregunta: ¿Qué piensa de los correos electrónicos pirateados que están siendo usados por los escépticos para desprestigiar el consenso científico en torno al cambio climático? "Es una tormenta en un vaso de agua", subraya, "si borrasemos del dossier climático todos los datos científicos relacionados con los correos pirateados no cambiarían en nada nuestras conclusiones, son muchos los indicios". Para este vicepresidente del IPCC, "con esto se ha conseguido desviar la atención de cosas más importantes, que es justo lo que querían los que robaron estos correos".
De acuerdo a los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, cuya sede se encuentra en Copenhague, si bien se espera que la UE cumpla ampliamente con el Protocolo de Kioto, al que se quiere dar continuidad en esta cumbre mundial para después de 2012, hay un sector en el que no se ha conseguido reducir las emisiones de CO2: el del transporte (y esto sin contar con la aviación o el transporte marítimo internacionales). En el caso de España, hasta la crisis habían subido las emisiones en todos los sectores, pero, sobre todo, las de los coches y camiones en las carreteras, un 25% del total de CO2 generado por el país.
Según la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO), los vuelos en avión suponen hoy en día cerca de un 2% de las emisiones globales de CO2, pero se prevé un crecimiento muy significativo. Lo mismo ocurre con los viajes en barco, que, de acuerdo a la Organización Marítima Internacional (IMO), representan un 3,3% de las emisiones de 2007. Hasta ahora, estos desplazamientos han sido excluidos de los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero por la dificultad de atribuir a un país concreto las emisiones de este tipo de viajes internacionales. Sin embargo, uno de los puntos de negociación de Copenhague se centra en la posibilidad de que ambos sectores asuman ahora recortes, al igual que pasa con los países, y tal como está ya previsto que suceda en la UE.
En el coche 2 viaja el aventurero suizo Bertrand Piccard, que dio la primera vuelta al mundo en globo en 1999, y que ahora pretende repetir con un avión solar, el Solar Impulse: "Hay que garantizar la movilidad de la gente, pues es una libertad fundamental, y por eso hay que encontrar nuevas soluciones para el transporte. Hacen falta coches, sí, pero eléctricos. Hacen falta aviones, pero que contaminen menos". Como cuenta, el pasado jueves consiguieron que su aeroplano solar se separase un metro del suelo a lo largo de 350 metros de la pista de pruebas. "El vuelo de los hermanos Wright fue más corto y supuso una revolución, ahora hay que recomenzar la historia, pero sin carburantes", recalca el aventurero, que espera más bien poco de Copenhague: "Se echan en falta pioneros".
¿Cuánto CO2 se emite con cada medio de transporte? Según la web Ecopassenger.com, una herramienta de la UIC para estimar estas emisiones, el viaje en tren de Madrid a Copenhague (un tren Madrid-París, otro París-Bruselas y, por último, el Expreso del Clima Bruselas-Copenhague, sin tener en cuenta compensaciones con energías renovables) ha supuesto que este periodista emita 80,5 kilos de CO2. Sin embargo, este mismo desplazamiento de cerca de 2.500 kilómetros en un vuelo directo de unas tres horas hubiera generado unos 260 kilos y en coche por carretera más de 300 kilos.
De nuevo a bordo del Expreso del Clima, un antiguo tren alemán de la Deutsche Bahn que no para de bambolearse, en el coche 10 se sienta a descansar frente a mí Jean-Pascal van Ypersele, vicepresidente del IPCC, el Panel Internacional sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, al que todos asedian con la misma pregunta: ¿Qué piensa de los correos electrónicos pirateados que están siendo usados por los escépticos para desprestigiar el consenso científico en torno al cambio climático? "Es una tormenta en un vaso de agua", subraya, "si borrasemos del dossier climático todos los datos científicos relacionados con los correos pirateados no cambiarían en nada nuestras conclusiones, son muchos los indicios". Para este vicepresidente del IPCC, "con esto se ha conseguido desviar la atención de cosas más importantes, que es justo lo que querían los que robaron estos correos".
De acuerdo a los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, cuya sede se encuentra en Copenhague, si bien se espera que la UE cumpla ampliamente con el Protocolo de Kioto, al que se quiere dar continuidad en esta cumbre mundial para después de 2012, hay un sector en el que no se ha conseguido reducir las emisiones de CO2: el del transporte (y esto sin contar con la aviación o el transporte marítimo internacionales). En el caso de España, hasta la crisis habían subido las emisiones en todos los sectores, pero, sobre todo, las de los coches y camiones en las carreteras, un 25% del total de CO2 generado por el país.
EL PAÍS, Sábado 5 de diciembre de 2009
Imagen: El País
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